Reflectores apuntan al riesgo de trombosis en pacientes con cáncer

Cristina Ferrario

Conflictos de interés

13 de mayo de 2022

Más de 70% de los pacientes con cáncer desconocen que tienen un mayor riesgo de trombosis venosa profunda que la población general y, por lo tanto, es muy importante mejorar la comunicación de estos problemas por parte de los médicos.[1]

Así lo explicaron los autores de un artículo en el que se reportan algunos resultados de una encuesta realizada por la European Cancer Patient Coalition (ECPC) publicado en Cancer Treatment and Research Communications.[1] "Esta es la primera encuesta paneuropea sobre trombosis asociada al cáncer creada con el objetivo de evaluar el conocimiento de los pacientes con cáncer sobre el riesgo de trombosis asociada al cáncer, sobre los síntomas del trastorno y sobre las posibles opciones de prevención y cura", escribieron los autores. "La idea era crear una especie de punto de partida sobre el que basar posteriores iniciativas de comunicación e información y con el cual comparar los resultados de las intervenciones sobre este tema", añadieron.

La encuesta nació luego de una mesa redonda en la que participaron oncólogos, creadores de políticas y representantes de pacientes, creada para discutir y revisar datos y necesidades insatisfechas relacionadas con el riesgo de trombosis asociada al cáncer y el deseo de los pacientes de estar más informados sobre el tema.

"De la discusión ha surgido una situación que ha estado bastante estancada a lo largo de los años, así como la necesidad de un mayor conocimiento de la trombosis asociada al cáncer, tanto por parte de los médicos como de los pacientes, en particular en lo que respecta a la prevención primaria y secundaria", escribieron en el artículo.

De estas premisas surge la idea de la encuesta paneuropea de la European Cancer Patient Coalition, considerada por muchos como "la voz de los pacientes con cáncer en Europa", en la que participaron seis países (Francia, Alemania, Grecia, Italia, Reino Unido y España) y 1.365 pacientes/cuidadores cuyos resultados se presentaron por primera vez a finales de 2018 con motivo del Día Mundial de la Trombosis.[2]

La Dra. Anna Falanga, autora principal del artículo publicado recientemente, nos guio en la comprensión de los resultados y nos ayudó a comprender cómo mejorar la conciencia de los pacientes con cáncer sobre trombosis asociada al cáncer.

"Sabemos que la trombosis venosa profunda afecta a alrededor de 20% de los pacientes con cáncer que, por lo tanto, tienen un riesgo 4 a 5 veces mayor que la población general", recordó la experta, profesora de hematología en la Università Bicocca di Milano, en Italia, y jefa del departamento de Inmunohematología y Medicina Transfusional y del Centro de Trombosis y Hemostasia del Hospital Papa Giovanni XXIII de Bérgamo, Italia.

"La asociación entre trombosis y cáncer se conoce desde el siglo XIX, pero la concientización y atención al problema no fue significativa hasta mediados del siglo pasado, inicialmente solo en términos de investigación básica, con grandes avances en el conocimiento de los mecanismos de esa asociación, y solo más recientemente también con estudios clínicos que han despertado interés incluso en profesionales de la salud que antes no prestaban atención al tema", explicó.

Los datos de un vistazo

Un dato destaca de la encuesta europea: alrededor de tres de cada cuatro participantes (72%) desconocían el aumento del riesgo de trombosis relacionado con el cáncer y los tratamientos antitumorales. "Pedimos colocar la comprensión de trombosis asociada al cáncer en una escala de 1 (bajo) a 10 (alto) y el puntaje promedio fue 4,1. Solo 21% de los pacientes indicó una puntuación igual o superior a 7 y no observamos diferencias particulares entre los países involucrados", escribieron los autores, recordando que en la encuesta también se evaluó la información brindada por los médicos sobre el tema.

Pues bien, 35% de los pacientes recibió información justo antes o inmediatamente después de su diagnóstico de cáncer, pero preocupa que uno de cada cuatro pacientes (26%) descubrió que tenía más riesgo solo tras desarrollar un coágulo. También en este caso la situación fue similar entre los diferentes países. "No olvidemos que la patología oncológica y sus tratamientos se caracterizan por numerosos efectos secundarios, a veces incluso muy graves, por lo que la trombosis puede parecer en cierto sentido un problema menor. Pero en realidad no lo es, de hecho, sigue siendo una causa importante de mortalidad y morbilidad entre los pacientes con cáncer", señaló la Dra. Falanga.

En cuanto a la prevención, la mayoría de los participantes (87%) demostró conocer los beneficios de la actividad física, especialmente caminar, con un porcentaje levemente inferior de dejar de fumar (75%) y unos menos conocían los beneficios de mantener una correcta hidratación (63%) y realizar estiramiento de los miembros inferiores (55%).

En cuanto al reconocimiento de los síntomas, la situación muestra diferencias significativas entre países, pero, en general, 73% de los participantes dijeron que sabían que una hinchazón en el pie, el tobillo o la pierna podría ser un signo de trombosis venosa profunda y 71% que la dificultad para respirar podría indicar una embolia pulmonar. "Otros síntomas son menos conocidos: por ejemplo, calambres, dolor y endurecimiento (a menudo en la pantorrilla) como posibles signos de trombosis venosa profunda y latidos cardiacos irregulares como señal de alarma de embolia pulmonar", mencionan los autores en el artículo.

Finalmente, en cuanto al tratamiento, la encuesta encontró que prácticamente todos los participantes conocían el papel de los anticoagulantes en el tratamiento de la trombosis, pero en realidad solo 41% de los que los tomaban habían sido informados sobre los posibles efectos secundarios del tratamiento.

Fotografía de Italia

El informe con los resultados completos de la encuesta europea permite entrar en gran detalle, pues presenta, además de los resultados generales, también los obtenidos en los países individuales.

Los datos italianos, basados en las respuestas de 246 sujetos, muestran que solo 27% de los pacientes/cuidadores eran conscientes del aumento del riesgo de trombosis tras el diagnóstico de cáncer, una cifra perfectamente acorde con los resultados generales de la encuesta, aunque la media de la puntuación en la escala del 1 al 10 fue inferior a la puntuación global (3,3/10 frente a 4,1/10). El conocimiento de los factores de riesgo mostró una gran variabilidad según los rubros: casi 9 de cada 10 pacientes (89%) conocían el riesgo asociado a la inactividad, pero solo algo más de la mitad (52%) conocía el riesgo asociado a la radioterapia. En cambio, el riesgo asociado con la cirugía y la quimioterapia era conocido por 75% de los sujetos entrevistados. "A todos los efectos, las diferentes terapias antitumorales pueden influir significativamente en el riesgo de trombosis. Y esto también se aplica a terapias más recientes como la inmunoterapia", indicó la Dra. Falanga. En cuanto a la información sobre el riesgo de trombosis asociada al cáncer, en la mayoría de los casos los encuestados afirmaron haber recibido información de manera verbal, generalmente del médico del hospital (11%) y 6% dijo haber descubierto el riesgo gracias a una investigación personal, a menudo en línea. También en Italia, uno de cada cuatro pacientes (24%) descubrió el riesgo de trombosis tras sufrir un coágulo. Las respuestas a las preguntas relacionadas con el conocimiento de los síntomas muestran que 58% de los pacientes/cuidadores italianos saben que la inflamación en las extremidades inferiores puede ser un síntoma de trombosis venosa profunda y el mismo porcentaje sabe que la "dificultad para respirar" podría indicar una embolia pulmonar.

Sobre las acciones de prevención, el panorama es bastante variable: 74% es consciente de la importancia de caminar, pero los porcentajes descienden a 57% a la hora de dejar de fumar y a 35% a la hora de mover los pies. Finalmente, en cuanto al tratamiento con anticoagulantes (presente en 41% de los italianos entrevistados), 53% de los sujetos declararon haber sido informados sobre los posibles efectos secundarios de los tratamientos.

¿Qué hacer y cuándo hacerlo?

"El hecho de que aún hoy las tasas de trombosis asociada al cáncer entre los pacientes con cáncer sigan siendo altas, a pesar de la disponibilidad de directrices y tratamientos efectivos, sugiere una pobre acción preventiva y un escaso reconocimiento por parte de los médicos de este problema", escribieron los autores del artículo.

Los resultados de la encuesta de la European Cancer Patient Coalition también confirman los de otros estudios previos, destacando un desconocimiento de trombosis asociada al cáncer por parte de los pacientes y la necesidad de más diálogo sobre el tema entre médico y paciente.

¿Qué hacer entonces? "Como se desprende de estudios anteriores, las mismas experiencias relatadas por los pacientes deben ser una lección para los profesionales de la salud", escribieron los expertos. "Cuando ocurre una trombosis, las posibilidades de prevención, que debería ser el objetivo principal del equipo de cirujanos, oncólogos y profesionales de cuidados paliativos, ya se fueron", agregaron.

"Todos los miembros del equipo que atienden al paciente con cáncer, incluidas las enfermeras y los cirujanos, deben hacer más en todos los niveles del proceso para asegurarse de que los pacientes sean conscientes de la trombosis asociada al cáncer y de su propio riesgo de desarrollar coágulos de sangre", dijo la Dra. Falanga, explicando que, en este trabajo en equipo, el médico general juega un papel protagónico. "Estos profesionales representan un puesto privilegiado, son de los primeros en poder sospechar una trombosis y, por lo tanto, deben ser muy conscientes del aumento de riesgo entre los pacientes con cáncer", continuó. Los expertos coinciden en que el abordaje multidisciplinario es fundamental en este contexto; dentro del equipo, los roles deben estar claros: "es fundamental establecer quién hace qué también en términos de educación e información del paciente", expresó.

También expusieron el ejemplo de una iniciativa exitosa: el programa Venous Thromboembolism Prevention in the Ambulatory Cancer Clinic (VTE-PACC), propuesto por expertos de la University of Vermont en Burlington, Estados Unidos, y descrito en un artículo reciente en JCO Oncology Practice.[3]

Finalmente, hay varios recursos en línea disponibles que pueden ayudar al médico a comunicarse con el paciente y a explicar los riesgos a lo largo del curso de la atención. Estos también incluyen la sesión dedicada a la trombosis asociada al cáncer en el sitio web de la European Cancer Patient Coalition (CAT - Be Blood Conscious).

"Con los resultados de la encuesta de la European Cancer Patient Coalition como punto de partida, tenemos la responsabilidad de explicar a los pacientes con cáncer cómo identificar los signos y síntomas de trombosis asociada al cáncer para llegar al diagnóstico y tratamiento más rápidamente", concluyeron los autores.

Este contenido fue originalmente publicado en Univadis, parte de la Red Profesional de Medscape.

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