Cribado de pacientes con síndrome de intestino irritable para identificar trastornos de la conducta alimentaria

Laird Harrison

Conflictos de interés

22 de abril de 2022

Los médicos de atención primaria y los gastroenterólogos que tratan a pacientes con síndrome de intestino irritable deben valorarlos para detectar trastornos de la conducta alimentaria antes de prescribirles nuevas dietas, según un panel de expertos de la American Gastroenterological Association (AGA).[1]

"Estamos empezando a identificar trastornos de la conducta alimentaria en pacientes con síndrome de intestino irritable y esto podría afectar su estado nutricional", compartió con Medscape Noticias Médicas la Dra. Lin Chang, vicedirectora de salud digestiva de la University of California, en Los Ángeles, Estados Unidos.

En vez de imponer nuevas restricciones dietéticas a estos pacientes, se les debería remitir a un nutricionista titulado y a un profesional de la salud mental, comentó la Dra. Chang, coautora de una nueva actualización de la práctica clínica sobre el papel de la dieta en el síndrome de intestino irritable, publicada en versión electrónica en Gastroenterology.

"Si creo que una persona tiene un trastorno de la conducta alimentaria, entonces no le pondría una dieta restrictiva o una dieta de eliminación porque probablemente ya ha restringido muchos alimentos", señaló.

Además de la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, una consideración particular en los pacientes con síndrome de intestino irritable es el trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos, en el que los pacientes evitan determinados alimentos hasta el punto de sufrir desnutrición o una pérdida de peso no saludable.

La actualización ofrece un conjunto de ocho preguntas que los médicos pueden utilizar para detectar los trastornos de la conducta alimentaria en sus pacientes, entre ellas, si estos ya han cambiado su propia dieta, qué emociones sienten a la hora de comer y cuánto tiempo dedican a pensar en la comida y planificar los platillos.

Según la actualización, las dietas restrictivas tampoco pueden ayudar a las personas que corren riesgo de desnutrición, sufren inseguridad alimentaria, tienen problemas cognitivos o ya no consumen muchos de los alimentos que pueden causar síntomas. Incluye una herramienta de detección de la desnutrición.

Primera guía de la American Gastroenterological Association sobre el síndrome de intestino irritable y la dieta

La actualización es la primera guía que la American Gastroenterological Association proporciona sobre el tema de la dieta y el síndrome de intestino irritable.

No llega a ser una guía oficial porque no hay suficientes investigaciones para hacer una revisión sistemática que califique la calidad de las pruebas, observó la Dra. Chang. En el documento se utiliza el término consejo en vez de recomendación.

Aun así, el síndrome de intestino irritable es un diagnóstico común; se han publicado recientemente estudios importantes y los pacientes han mostrado un mayor interés por la dieta, por lo que la orientación de los expertos es oportuna, agregó.

"Es un documento oportuno e informativo que será de gran utilidad para cualquier profesional de la salud que atienda a pacientes con síndrome de intestino irritable", afirmó el Dr. Brian Lacy, profesor de medicina de la Mayo Clinic en Florida, Estados Unidos, que no participó en la redacción de la guía.

La dieta es un tratamiento de primera línea, aunque debe combinarse con la medicación al menos en los pacientes con síndrome de intestino irritable grave, continuó la Dra. Chang.

"Ha aumentado significativamente el interés en las dietoterapias que se han estudiado en ensayos más controlados para el síndrome de intestino irritable, y también hay mucho más interés por parte de los pacientes", comentó.

Y cada vez hay más dietistas especializados en trastornos digestivos.

"Pueden pasar mucho más tiempo con los pacientes y repasar muy bien su dieta", señaló. "El médico no tiene necesariamente tiempo para entrar en ese detalle, ni los conocimientos".

La actualización clínica pide que se remita a un nutricionista dietista titulado no solo cuando los pacientes tengan trastornos de la conducta alimentaria, sino también cuando no sean capaces de hacer cambios saludables en su dieta por sí mismos.

La actualización proporciona consejos sobre los códigos de facturación que los médicos pueden utilizar para aumentar la probabilidad de que una consulta con un nutricionista dietista titulado sea reembolsada por un plan de salud.

Además, según la actualización, las dietas restrictivas no deben prolongarse indefinidamente porque pueden causar desnutrición. Si una dieta no parece funcionar, el paciente debe cambiar a otra dieta o a un tratamiento diferente.

Por ejemplo, hay más evidencia que apoya la dieta baja en oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables (FODMAP) en vez de cualquier otra dieta para el síndrome de intestino irritable. Pero estos estudios han demostrado que de cuatro a seis semanas de dieta son suficientes para determinar si el paciente responde. Si una dieta baja en oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables parece funcionar, el paciente debe reanudar gradualmente el consumo de esos alimentos después de la fase de restricción, personalizando la dieta para evitar solo los alimentos que desencadenen sus síntomas.

La actualización señala los datos que apoyan otras tres dietas: el consejo dietético tradicional del National Institute of Health and Care Excellence (NICE) del Reino Unido, una dieta sin gluten y la dieta mediterránea. Aunque todas muestran cierta eficacia, la dieta baja en oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables funcionó al menos ligeramente mejor en la mayoría de las comparaciones directas.

Los pacientes con síndrome de intestino irritable y estreñimiento pueden beneficiarse de comer más fibra soluble, según la actualización.

Los datos preliminares indican que los biomarcadores podrían ser útiles algún día para determinar qué dieta beneficiará más a cada persona, señala la actualización.

"No sería sorprendente que en los próximos uno o tres años revisemos nuevas pruebas (basadas en la sangre) que ayuden a identificar los alimentos que debe eliminar cada paciente para mejorar los síntomas de síndrome de intestino irritable", comentó el Dr. Lacy.

La Dra. Chang declaró relaciones económicas con Mauna Kea Technologies, Cosmo y ModifyHealth. El Dr. Lacy declaró que forma parte de los consejos consultivos científicos de Ironwood, Salix y Allakos.

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