Un espeluznante asesinato cambia la vida de dos médicos... uno de ellos fue el asesino

Christine Lehmann

Conflictos de interés

20 de abril de 2022

Conduciendo desde su casa en Asheville, Estados Unidos, hasta su nuevo trabajo en la pequeña clínica de Cane Creek, el Dr. Benjamin Gilmer estaba ansioso por empezar su nueva vida y pagar sus deudas por sus estudios de medicina.

La clínica rural se había visto obligada a cerrar después de que su predecesor, el médico de familia, Dr. Vince Gilmer (sin parentesco), fuera condenado por asesinato en primer grado cuatro años antes. Cumplía cadena perpetua en una prisión de Virginia Occidental sin posibilidad de libertad condicional. Sigue en prisión y no ha podido hacer comentarios sobre esta historia.

Con el paso de los meses los pacientes del Dr. Benjamin Gilmer compartieron historias sobre el otro Dr. Gilmer, las cuales le sorprendieron. Describían al Dr. Vince Gilmer como una persona atenta y generosa que se desvivía por ayudarles. Hacía visitas a domicilio y si un paciente no podía pagarle, aceptaba en cambio una fanega de maíz.

Sin embargo, no había ninguna duda sobre el espantoso asesinato. El Dr. Vince Gilmer fue condenado por estrangular a su frágil padre de 60 años con una cuerda en su camioneta Toyota. A continuación le cortó todos los dedos y tiró el cuerpo al lado de la carretera.

"Cuatro años después sus pacientes seguían conmocionados por lo sucedido y no podían reconciliar a la persona que conocían con el suceso ocurrido", comentó el Dr. Benjamin Gilmer.

Sin embargo, el Dr. Vince Gilmer había admitido el asesinato y la fiscalía presentó pruebas en el juicio de que fue premeditado y que intentó encubrir el crimen. Los detectives encontraron las armas del "asesinato" en la camioneta del Dr. Vince: las cuerdas con las que estranguló a su padre y las tijeras de jardinería con las que le cortó los dedos. También tenían pruebas de que condujo hasta Virginia para deshacerse del cadáver, volvió a ver a los pacientes durante varios días como si no hubiera pasado nada y luego huyó cuando un detective fue a detenerlo.

Pero algo seguía carcomiendo al Dr. Benjamin Gilmer. ¿Podría haber una explicación médica para su repentino cambio de personalidad y comportamiento?

No imaginaba que se embarcaría en un viaje para resolver un misterio médico y que incluso lucharía por sacar de la cárcel al asesino convicto.

Resolver un misterio médico

El Dr. Benjamin Gilmer decidió investigar lo que podría haberle ocurrido al Dr. Vince en los meses previos al asesinato. Habló con sus amigos y encontró varias pistas sobre su historial médico. Recordaron que sufrió una conmoción cerebral en un accidente automovilístico seis meses antes del asesinato, lo que parecía indicar que podría haber tenido una lesión cerebral traumática.

El Dr. Benjamin Gilmer también descubrió que al padre del Dr. Vince se le había diagnosticado esquizofrenia y que había estado en un centro psiquiátrico residencial en Virginia, Estados Unidos, hasta que lo dieron de alta aquella fatídica noche bajo la custodia de Vince.

Vince había escrito a sus amigos: "Algo va mal en mi cerebro, ayúdenme". Mencionó el síndrome de interrupción de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina porque dejó de tomar su medicación de forma súbita la semana del asesinato (que puede provocar sensaciones de descarga eléctrica y cambios de humor, entre otros síntomas).

El Dr. Vince había mencionado el síndrome de interrupción de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina en su juicio y que su padre había abusado sexualmente de él durante años y que intentó abusarlo de nuevo durante el viaje en su camioneta. Sin embargo, el tribunal desestimó esa información porque el Dr. Vince se representó a sí mismo, prescindió de sus abogados de oficio y careció de testimonios de expertos sobre su estado mental.

El fiscal presentó al Dr. Vince como un sociópata mentiroso que había planeado el asesinato de su padre hasta el último detalle. El juez estuvo de acuerdo. Dos psiquiatras y un psicólogo que lo evaluaron posteriormente en prisión concluyeron que estaba fingiendo sus síntomas y denegaron sus peticiones de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.

Mientras tanto, el Dr. Benjamin Gilmer se preocupaba cada vez más por lo ocurrido al Dr. Vince. "Era difícil borrar un recuerdo que había profanado tanto a esa comunidad", señaló.

Cuando Sarah Koenig, periodista y antigua productora del programa de radio This American Life, llamó al Dr. Benjamin Gilmer para entrevistarlo sobre la coincidencia de hacerse cargo de la consulta del Dr. Vince Gilmer y compartir el mismo apellido, él se negó. "Estaba asustado y no quería que supiera de mí, tenía miedo de cómo podría reaccionar".

En la primavera de 2012 llamó a Koenig y aceptó colaborar en un episodio sobre el caso del Dr. Vince. El Dr. Benjamin Gilmer escribió al Dr. Vince Gilmer a la cárcel pidiéndole una reunión. Para su sorpresa, el Dr. Vince quiso reunirse con ellos.

Cuando el Dr. Vince entró en la sala de espera de la prisión estatal de Wallens Ridge, en Virginia Occidental, Estados Unidos, el Dr. Benjamin Gilmer quedó sorprendido por su aspecto. "Parecía un animal enjaulado, le costaba mucho hilvanar ideas y expresarse, se retorcía y temblaba de forma espectacular. Se veía 20 años mayor que su edad real (50) y se parecía a alguien que uno se imaginaría en la película One Flew Over the Cuckoo's Nest ", señaló el Dr. Benjamin Gilmer.

Sentía que "había algo que claramente no estaba bien en él". Acordaron una segunda reunión y esta vez el Dr. Benjamin Gilmer invitó a un psiquiatra, Dr. Steve Buie, para que observara al Dr. Vince.

Cuando la visita terminó y el Dr. Vince se dio la vuelta para marcharse, el Dr. Buie observó su forma de andar arrastrando los pies. Sospechaban que podía tener la enfermedad de Huntington, "lo que explicaba por qué tenía delirios y su mente se estaba deshaciendo", destacó el Dr. Benjamin Gilmer. Pero no tenían forma de hacerle pruebas en la cárcel.

Inesperadamente ocurrió un hecho que dio un giro a todo el caso. El Dr. Vince fue trasladado a un hospital psiquiátrico del sur de Virginia porque había amenazado con suicidarse. El psiquiatra en jefe, Dr. Colin Angliker, se mostró dispuesto a ordenar una prueba genética y los resultados confirmaron el diagnóstico: el Dr. Vince Gilmer tenía una enfermedad cerebral degenerativa terminal.

Al Dr. Benjamin Gilmer le preocupaba cómo se tomaría el Dr. Vince la noticia. Para su sorpresa, el Dr. Vince estaba agradecido y aliviado. Por fin sabía lo que le pasaba.

El Dr. Vince también mejoró con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina que le prescribió el Dr. Angliker: estaba menos ansioso y mentalmente más alerta. "Expresó su alegría por primera vez, a pesar de la sentencia de muerte del diagnóstico".

Aun así, iba a pasar el resto de su vida en prisión por el crimen que cometió.

Tras la emisión del episodio This American Life en 2013, el Dr. Benjamin Gilmer sintió que no podía abandonar al Dr. Vince al sistema penitenciario, donde miles de reclusos con enfermedades mentales languidecen sin un tratamiento adecuado.[1]

El Dr. Benjamin Gilmer decidió que tenía una nueva (aunque controvertida) misión: sacar al Dr. Vince de prisión.

Confrontar la política de un indulto

Después de casi una década de intentos, el Dr. Benjamin Gilmer admite ahora que fue ingenuo al pensar que podría conseguir su liberación rápidamente.

Tras la emisión del episodio empezaron a llegar ofertas de ayuda legal y se reunió un equipo que aceptó trabajar en el caso de forma gratuita. Querían que se hiciera justicia para el Dr. Vince, pero también para evitar que cualquier otra persona con una enfermedad mental viviera una tragedia similar.

El objetivo era conseguir el traslado del Dr. Vince a un hospital de seguridad, a un centro psiquiátrico dedicado a pacientes con enfermedad de Huntington o a una residencia de adultos mayores con una unidad de demencia.

Sin embargo, tras darse cuenta de que el Dr. Vince podría no sobrevivir a una batalla judicial potencialmente prolongada, el equipo legal decidió pedir al gobernador de Virginia que le concediera un indulto.

Reunieron las pruebas del caso del Dr. Vince y presentaron su petición al gobernador Terry McAuliffe (demócrata). Este la rechazó al final de su mandato en 2017.

El equipo lo intentó de nuevo con su sucesor, el gobernador Ralph Northam (demócrata), un neurólogo. Este frustró sus esperanzas al rechazar su petición a finales de 2021.

Fue un gran revés. El equipo había gastado un millón de dólares y había agotado todos los contactos que podían hacer con la oficina del gobernador, señaló el Dr. Gilmer. "Estábamos totalmente desmoralizados".

Temía tener que decir al Dr. Vince que otro gobernador había rechazado su petición de clemencia. "Fui a la cárcel y pude ver la desesperación y la desesperanza en su reacción. Me perdí emocionalmente", señaló el Dr. Benjamin Gilmer.

El Dr. Vince lo sorprendió abrazándolo, consolándolo y agradeciéndole todos sus esfuerzos. Habían desarrollado un fuerte vínculo durante una década de visitas y llamadas. El Dr. Benjamin Gilmer incluso había traído a su esposa e hijos en ocasiones especiales.

"Pensaba en él como un amigo, como un paciente y como alguien que estaba sufriendo de verdad; todas esas cosas ayudaron a que nuestra relación evolucionara y me mantuviera comprometido con él todos estos años y siguiera inspirándome para luchar por él. También me caía bien porque sabía cómo era antes del asesinato por las historias que escuchaba de sus amigos y pacientes", destacó.

Pero su continua defensa tuvo un coste personal. "Esta batalla me llevó a mis límites emocionales e intelectuales. Estaba ocupado construyendo mi carrera, intentando ser un buen médico, profesor, marido y padre de dos niños pequeños. Me distraje tanto que mi mujer se enfrentó a mí varias veces por no estar más presente emocionalmente", añadió el Dr. Benjamin Gilmer.

Pero sabe que sin el Dr. Vince en su vida no habría escrito su primer libro (publicado a principios de este año) sobre el caso y su improbable amistad.[2]

Por fin se concede un indulto

También había entregado al personal del gobernador Northam ejemplares anticipados del libro. En un movimiento muy inusual, el gobernador revocó su anterior rechazo y concedió al Dr. Vince Gilmer su tan esperado indulto el 12 de enero.

El Dr. Benjamin Gilmer aún no está preparado para celebrarlo. "A pesar de ser un hombre libre, el Dr. Vince sigue viviendo entre rejas porque no hemos podido encontrarle una cama disponible en un centro de tratamiento seguro. Ha habido escasez de camas debido a la COVID-19".

Añadió que el Dr. Vince desea estar a salvo y rodeado de personas que se comprometan a cuidarle y no a castigarle. Está impaciente por estar cerca de su familia, y dar y recibir abrazos.

"Después de un tiempo era difícil no creer que se suponía que debía estar en su camino y que esto era simplemente parte de mi destino", concluyó el Dr. Benjamin Gilmer.

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