COMENTARIO

POISE 3, VALOR-HCM, CHAP, y más del primer día del Congreso del American College of Cardiology (ACC) de 2022

Dra. L. Andrea Gallardo Grajeda; Dra. Cecilia Bahit

Conflictos de interés

4 de abril de 2022

COLABORACIÓN EDITORIAL

Medscape &

El texto ha sido editado para su mejor comprensión. 

Dra. Cecilia Bahit: Hola, soy la Dra. Cecilia Bahit y estamos transmitiendo desde Washington D. C., Estados Unidos desde el Congreso Anual del American College of Cardiology (ACC) y hoy tengo el honor de tener conmigo a la Dra. L. Andrea Gallardo Grajeda, que es médica cardióloga de México, miembro del comité científico de la alianza editorial entre Medscape en español y la Sociedad Mexicana de Cardiología. Hola, Dra. Andrea. 

Dra. L. Andrea Gallardo Grajeda: Hola, Dra. Cecilia, un gusto verte por fin en persona.

Dra. Cecilia Bahit: Sí, claro, justo nos estamos conociendo en persona. Vamos a hablar de lo mejor del primer día del congreso, en particular de los late breaking clinical trials que incluyen muchos datos importantes con estudios relevantes. 

Dra. L. Andrea Gallardo Grajeda: Sin duda, uno de ellos fue el estudio POISE 3, de los primeros presentados.[1] Sabemos que anualmente 300 millones de personas se someten a cirugías no cardiacas. Las complicaciones hemorrágicas son sin duda las más frecuentes y potencialmente mortales.

El estudio POISE 3 separó a estos pacientes en dos grupos, aquellos que iban a recibir ácido tranexámico antes y después de la cirugía, contra aquellos que solamente recibieron placebo; obteniéndose resultados completamente alentadores. Los pacientes que sí recibieron la intervención (ácido tranexámico) tuvieron significativamente menos sangrados, menos requerimientos transfusionales, menos lesión miocárdiaca por cirugía no cardiaca, en comparación con aquellos que solamente recibieron placebo. Además, si tomamos en cuenta la cantidad de personas que se someten anualmente a una cirugía y también la frecuencia de las complicaciones hemorrágicas, el usar esta intervención, el dar ácido tranexámico antes y después de la cirugía, puede cambiar sustancialmente la práctica clínica. 

Dra. Cecilia Bahit: Seguro, y además, un fármaco que ya tiene tiempo, ahora con una nueva indicación.

Otro estudio que probablemente cambie la práctica clínica fue un estudio en pacientes con miocardiopatía hipertrófica obstructiva, el estudio VALOR-HCM, que testeó mavacamten frente a placebo en 112 pacientes con miocardiopatía hipertrófica durante 16 semanas.[2] Y lo que se observó fue que, durante ese tiempo, 17,9% de los pacientes del grupo de mavacamten frente a 76,8% de los pacientes del grupo de placebo, continuaban teniendo indicación de terapia de reducción septal, datos sumamente alentadores.

Y no sólo eso, es que los pacientes querían continuar recibiendo el fármaco. Asimismo, se observó que con este fármaco hubo una mejoría en la clase funcional en los pacientes asignados a este grupo; es decir, que para estos pacientes, que si bien es una patología poco frecuente, tienen una mala calidad de vida y hay muy poco armamentario para darles,esto es sumamente alentador.

Dra. L. Andrea Gallardo Grajeda: Concuerdo, y no solamente eso, sino que el seguimiento se va a extender no sólo a las 16 semanas, sino hasta treinta semanas después. 

Dra. Cecilia Bahit: Creo que son datos sumamente importantes. Se presentó otro estudio que un estudio relevante porque es el primer estudio en valorar una intervención nutricional de reducción de sodio en pacientes con insuficiencia cardiaca.

Dra. L. Andrea Gallardo Grajeda: Claro, este fue el estudio SODIUM-HF.[3] Podemos concordar que uno de los principales consejos que damos a los pacientes con insuficiencia cardiaca en el aspecto nutricional es que reduzcan la ingesta de sodio. Sin embargo, la evidencia científica detrás de esta recomendación es limitada, por no decir escasa.

Lo que se hizo en el estudio fue dividir a los pacientes en aquellos que solamente recibían el tratamiento médico óptimo, el cual ya es suficientemente bueno, con mucho impacto cardiovascular, frente a aquellos que además de recibir este tratamiento, también iban a tener una asesoría nutricional. Como bien dices, esta asesoría iba a ser con el objetivo de hacer que los pacientes disminuyeran el consumo de sodio de un promedio de 2.200 miligramos a abajo de 1.500 miligramos. Desafortunadamente, el desenlace primario para mortalidad por todas las causas, hospitalizaciones cardiovasculares o visitas a urgencias no se cumplió, aunque numéricamente el valor favoreció el grupo de intervención, estadísticamente no fue significativo, pero algo relevante a tomar en cuenta es que hay ciertos desenlaces secundarios que sí fueron favorecedores para el grupo de la intervención.

Aquellos pacientes que consumieron menos sodio tuvieron una mejoría en la calidad de vida, lo cual no es nada despreciable,una mejor clasificación de una clase funcional según la New York Heart Association (NYHA). La caminata de seis minutos tampoco alcanzó la significancia estadística, pero yo creo que son dos buenos parámetros a considerar y no podemos tachar por completo la restricción dietética del uso de sodio. El estudio se prolongará hasta los 24 meses, así que también veremos después los resultados. 

Dra. Cecilia Bahit: Creo que más allá del resultado negativo del estudio, es importante porque aunque sean esos desenlaces secundarios en los que se observaron resultados, una intervención de tan poco costo, vale la pena.

Y para finalizar, un estudio en cardioobstetricia, el estudio CHAP, que intentó responder la pregunta de si es necesario tratar a las mujeres embarazadas con hipertensión crónica leve; esta es una pregunta que nos hacemos quienes atendemos pacientes porque las mujeres embarazadas tienen un manejo de hipertensión que es discretamente diferente a la población general.[4]

En el estudio se incluyeron 2.400 gestantes con un embarazo único en menos de 23 semanas de gestación y se las aleatorizó a recibir tratamiento antihipertensivo para hipertensión crónica leve, frente al manejo habitual, que es solamente tratar cuando esa presión arterial está por encima de 160 mm Hg. Lo que se observó fue que hubo 18% de reducción en las complicaciones del embarazo, que fue un desenlace final combinado de preeclampsia parto pretérmino (<35 semanas de gestación), abruptio placentae, muerte neonatal y muerte fetal.

Dentro de los resultados, lo más importante fue que no se observó un detrimento en el tamaño del recién nacido porque se observó una similar incidencia en bajo peso para la edad gestacional en ambos grupos. Es decir, que son datos sumamente alentadores e importantes para la práctica clínica. 

Dra. L. Andrea Gallardo Grajeda: Sin duda, considero que los ensayos de hoy responden preguntas básicas acerca de la práctica clínica diaria y que seguramente cambiará con estos resultados.

Dra. Cecilia Bahit: Muchísimas gracias, Dra. Andrea. 

Dra. L. Andrea Gallardo Grajeda: Muchas gracias, Dra. Cecilia. 

Dra. Cecilia Bahit: Nos despedimos desde aquí en Washington D. C., para Medscape en español, con lo mejor del día uno del Congreso Anual del American College of Cardiology (ACC) de 2022, hasta la próxima.

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