Espiritualidad y medicina: un binomio sorprendente

Andrea Goto

Conflictos de interés

29 de marzo de 2022

El Dr. Ben Frush tenía tres años en la Facultad de Medicina de la University of North Carolina cuando las conversaciones con mentores sobre la intersección de la teología y la práctica médica lo dejaron con ganas de más.

El Dr. Frush, cristiano, determinó que necesitaba más tiempo y espacio para pensar en cómo sus creencias lo moldearon como médico. Decidió tomarse un año sabático de la facultad y convertirse en miembro de la Theology, Medicine, and Culture Initiative de la Duke Divinity School en Durham, Estados Unidos.

"A los médicos se les enseña de manera implícita y bastante poderosa que existe una marcada división entre lo privado y lo público. Y si tienes creencias personales hay que dejarlas en la puerta cuando te pongas la bata blanca", comentó el Dr. Frush a Medscape Noticias Médicas.

Este pensamiento convencional se siente reduccionista para el Dr. Frush, cuya intuición moral lo llevó a la medicina porque era una forma de servir a los demás y cuidarlos en espacios de vulnerabilidad y enfermedad. No sintió que la fe, la identidad o la tradición de uno deban dejarse en la puerta.

Dr. Ben Frush

"Desde la escuela de teología me he afirmado aún más en mi idea de que la fe puede permitir una vida profesional más satisfactoria y floreciente", indicó el Dr. Frush, ahora residente de medicina interna y pediatría en el Vanderbilt University Medical Center, en Nashville, Estados Unidos. "También creo firmemente que, de alguna manera tangible, nos permite atender mejor a los pacientes".

Hay datos para apoyar las creencias del Dr. Frush. Un estudio de 2021 encontró que los estudiantes de medicina que se consideran participantes activos de su religión, independientemente de la fe que practiquen, pueden tener un riesgo menor de desarrollar desgaste profesional (burnout).[1] Y según una revisión de estudios sobre espiritualidad y medicina, "la participación religiosa y la espiritualidad están asociadas con mejores resultados de salud, incluida una mayor longevidad, habilidades de afrontamiento y calidad de vida relacionada con la salud (incluso durante una enfermedad terminal) y menos ansiedad, depresión y suicidio".[2]

Combine esos hallazgos con el hecho de que 65,2% de los médicos informa que cree en Dios, 51,2% se declara religioso y 24,8% espiritual y 83% de los pacientes en realidad quiere que los médicos le pregunte sobre sus creencias espirituales al menos en algunas circunstancias y surge la pregunta:[3] ¿Por qué la salud espiritual no se trata como un componente esencial para la salud integral de una persona?

Religión contra espiritualidad

El Dr. Howard Koh, maestro en salud pública, exsubsecretario de Salud de Estados Unidos en la administración del presidente Obama, ha hablado y publicado extensamente sobre el tema de la medicina y la espiritualidad. Admite que muchas personas se desaniman cuando escuchan la palabra religión, razón por la cual enfatiza la importancia de iniciar la conversación con un entendimiento más amplio de lo que significa espiritualidad. Señala una definición de espiritualidad que abarca "significado, propósito y trascendencia últimos y en relación con lo significativo o sagrado".

Dr. Howard Koh

"Las personas descubren lo que es significativo o les brinda un sentido de propósito o conexiones con lo significativo y sagrado a su manera, de múltiples maneras", manifestó el Dr. Koh a Medscape Noticias Médicas. "A veces es formalmente a través de comunidades religiosas, pero a menudo es informalmente a través de conexiones profundas con familiares o amigos, o incluso con la naturaleza o la música".

El Dr. Koh, profesor de Práctica de Liderazgo en Salud Pública en la Harvard T.H. Chan School of Public Health y la Harvard Kennedy School, en Boston, Estados Unidos, explica que la salud, la religión y la espiritualidad son parte de lo que es ser humano para muchas personas. "Pero con el tiempo, la forma en que se ha atendido a las personas se ha fragmentado de tal manera que actualmente la mayoría de los médicos simplemente pasan por alto las dimensiones de la espiritualidad cuando atienden a los pacientes, o cuando consideran lo que realmente significa la salud, o incluso cuando consideran su propia salud".

El Dr. Koh predice que se prestará mucha más atención a la salud, la espiritualidad y la religión en el futuro, en parte porque la pandemia hizo que las personas enfrentaran una serie de preguntas existenciales.

"Durante la época de la COVID-19 las cuestiones de significado y propósito son realmente el centro de atención de muchas personas y estos son temas muy importantes", dijo. Con tantos médicos preparándose para jubilarse en los próximos cinco años debido al agotamiento por la COVID-19, el Dr. Koh se pregunta si aquellos que entienden de dónde proviene su propio apoyo espiritual pueden revigorizarse más rápido, sentirse revitalizados o encontrar una sensación de apoyo más que otros que pueden no tener eso como un fundamento.

El Dr. Frush tiene claro que si bien sus creencias son el marco orientador de su vida, no cree que nadie deba aprovecharse de la vulnerabilidad de un paciente o intentar hacer proselitismo con él. Tampoco cree que un médico deba hacer algo en contra de lo que es mejor para el paciente, incluso si cree que su fe o religión lo llama a hacerlo, pero esto a menudo es a lo que se dirigen las conversaciones sobre fe y medicina.

"Todo parece reducirse a rezar con los pacientes, el aborto y otros temas controvertidos. Y aunque algunas de esas conversaciones son ciertamente importantes, lo que es mucho más convincente para mí es lo que significa practicar la medicina como cristiano. ¿Cómo afecta la forma en que te relacionas con los pacientes?", señaló el Dr. Frush.

El Dr. Frush explica cómo su fe lo ayuda a atender a pacientes difíciles, especialmente cuando está exhausto por un largo turno nocturno. "He fallado en esto muchas veces, pero si soy consciente de mí mismo, doy un paso atrás y pienso en Mateo, 25, 31-46, donde Jesús dijo: 'Lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo', hablando específicamente de visitar a las personas que están enfermas y en las cárceles".

El Dr. Frush cree que tomarse un momento para reflexionar sobre las implicaciones de esa historia le impide cometer errores de juicio médico que podrían ocurrir si llega a conclusiones basadas en estereotipos de pacientes. "Los pacientes se beneficiarán si puedo dar un paso atrás y decir: '¿Cómo cuido bien a este paciente a pesar de todas estas barreras que son tanto sistémicas como producto de mi trabajo nocturno?'".

¿Debe la escuela de medicina enfocarse en la espiritualidad?

Al igual que el Dr. Frush, el Dr. Koh habla de cómo la iglesia lo alentó a "vivir una vida de propósito y servicio". Mientras asistía al Yale College y a la Yale University School of Medicine, ambos en New Haven, Estados Unidos, recuerda haber escuchado al reverendo William Sloane Coffin, capellán en ese momento, predicar los domingos. El reverendo Coffin recordaría a los estudiantes de medicina que estaban enterrados en una montaña de hechos todos los días que trabajaran con intención y propósito. El Dr. Koh recuerda: "Él se levantaba y decía: 'Está bien, tienes que preguntarte no solo qué estás haciendo, sino también por qué lo haces. ¿Cuál es el objetivo aquí?'".

El Dr. Koh y el reverendo Coffin disfrutaron de una estrecha amistad hasta su fallecimiento en 2006, una amistad que el Dr. Koh reconoce como moldeadora y parte esencial de su exitosa carrera como médico, asesor de salud pública y profesor. "La manera en la que el reverendo Coffin articulaba esos principios básicos a su propia y única manera es algo que me ha impulsado toda mi vida", dijo.

Los doctores Koh y Frush encontraron la guía espiritual que buscaban, pero es posible que muchos estudiantes de medicina no. Si bien 80% de las facultades de medicina de Estados Unidos ofrece capacitación en atención espiritual, la mayoría de los estudiantes no la recibe porque es una materia optativa.[4] Hay un mayor enfoque en el modelo biopsicosocial-espiritual al evaluar las necesidades de un paciente, pero la intersección de la fe y la práctica de la medicina se pasa por alto en gran medida.[5]

"A los estudiantes no se les enseña cómo pensar a través de su propia creencia espiritual o espiritualidad y cómo eso informa su atención. Deberían pensar qué diferencia hace que sean judíos, musulmanes, budistas, humanistas seculares o cualquiera que sea su tradición religiosa. ¿Qué dice esa tradición sobre lo que significa cuidar a los enfermos?", destacó el Dr. Frush.

La Dra. Katy Moretz, neuróloga pediátrica del Memorial Health, en Savannah, Estados Unidos, no cree que este tipo de capacitación sea necesaria en la Facultad de Medicina. La Dra. Moretz creció como presbiteriana, asistió a una escuela católica y es miembro de una iglesia (aunque no ha asistido en algunos años). La Dra. Moretz se considera a sí misma como "no muy religiosa" y es cierto que no piensa mucho en cómo la fe puede agregar a su ejercicio clínico.

"Mis creencias no tienen nada que ver con la forma en que trato a mis pacientes", destacó. Como muchos médicos, la Dra. Moretz nunca presionaría a nadie con la religión. Y aunque no pregunta sobre la espiritualidad de sus pacientes en su práctica privada, sí busca indicios de que la fe de un paciente podría ser importante para ellos y actúa en consecuencia.

"Si se toca el tema de la religión, por lo general es en el ámbito hospitalario cuando hay una situación crítica. Ha surgido bastantes veces cuando cubría la neurología de adultos y estaba tratando de ayudar a las familias a llegar a la paz con la toma de decisiones al final de la vida". La Dra. Moretz admite que a veces decir: "Ahora está en manos de Dios" puede quitarles la carga de encima. "Es una medida de bienestar", señaló.

La espiritualidad como parte de la totalidad del paciente

Pero también hay evidencia de que muchos pacientes quieren que su médico les pregunte acerca de sus creencias religiosas, al hacerlo, podría repercutir positivamente la relación médico-paciente.[6]

Debbie Stremler, de 59 años, señaló que en ningún momento de su atención a la salud un médico le preguntó sobre su espiritualidad, pero que habría tenido un impacto real, primero, como una mujer joven con adicción a las drogas, y segundo, como una paciente que enfrenta cuidados al final de su vida.

Tras pasar por unos 18 centros de tratamiento, Stremler acabó desintoxicándose. "Dios cambió todo sobre mí", dijo. Una mujer de profunda fe, Stremler ha superado una serie de problemas médicos a lo largo de su vida adulta hasta que ingresó en el hospital hace 2 meses, con dificultad para respirar. Los médicos de Stremler le diagnosticaron enfermedad pulmonar obstructiva crónica y determinaron que la situación era muy grave. Le dijeron a sus hijos adultos que le quedaban solo tres meses de vida.

A Stremler le sorprendió que ninguno de sus médicos le preguntara sobre su fe o espiritualidad, ya que es una parte obvia de su identidad. "No podías conocerme y no saber que era creyente", añadió. Cuando se le pregunta si cree que habría marcado una diferencia, Stremler responde: "Hubiera sido muy receptiva. Me hubiera encantado. Pero todo se reduce al hecho de que vivimos en un mundo que está muy confundido espiritualmente".

Stremler encuentra su viaje de salud tristemente irónico. "Cuando estaba atrapada en mi adicción y buscaba opiáceos, necesitaba lo mismo de mis médicos que necesito hoy y eso es que los médicos hablen conmigo sobre la salud de mi alma". Reconoció que esto requerirá que algunos médicos entren en un nuevo territorio y tengan conversaciones que pueden resultar incómodas. "Pero al final, creo que los médicos encontrarán que es más cómodo. Porque, en última instancia, se trata de almas, no solo de un cuerpo humano con brazos y piernas", señaló Stremler.

La opinión de Stremler sobre la importancia de la espiritualidad hace eco de las palabras del reverendo Coffin años antes, palabras que el Dr. Koh todavía cita. "Decía: 'Los médicos no deben tratar a un paciente como un apéndice sin interés de una enfermedad interesante. Cada paciente puede decirte que se siente absolutamente deshumanizado al pasar por el sistema de salud cuando el médico se enfoca en su enfermedad y no en ellos. Atendiendo a su alma, sus preocupaciones sobre quiénes son y cómo esto afectará su bienestar en el sentido más amplio'".

Es por eso que Stremler dijo que cuando el hospicio de un hospital basado en la fe llegó a su casa, "Dios entró". Los trabajadores del hospicio le preguntaron cómo estaba espiritualmente y si tenía alguna pregunta sobre la vida o la muerte. "Son vulnerables de una manera que no lo es un médico regular en un entorno médico. Hasta que estemos dispuestos a ser vulnerables unos con otros, seguiremos enfermos", agregó.

Stremler cree plenamente que su fe y su salud están conectadas, y que Dios y la familia de su iglesia tienen un impacto profundo en su bienestar y en la calidad de su experiencia al final de su vida. "Creo que a las personas con fe les va mejor", dijo.

Aunque la experiencia de Stremler es anecdótica, el Dr. Koh cree que una investigación más sólida en torno a la fe y la medicina podría ser el catalizador necesario para elevar la discusión fuera de la conversación informal.

En 2013 Michael Balboni, Ph. D., maestro en teología, la Dra. Tracy Balboni, maestra en salud pública y Tyler VanderWeele, Ph. D., lanzaron la Iniciativa sobre salud, espiritualidad y religión de la Harvard University, en Cambridge, Estados Unidos, de la cual el Dr. Koh es codirector.

Según el sitio web de la universidad, "la iniciativa pretende ser un catalizador de investigación para un modelo integrado de espiritualidad, salud pública y atención al paciente, que fomente la colaboración en la Harvard University y el diálogo con las comunidades espirituales". El programa se orienta en torno a la pregunta: "¿Cómo pueden la religión y la espiritualidad en concierto con la salud pública y la práctica de la medicina aliviar la enfermedad y promover el bienestar humano?" Los cofundadores y los miembros del equipo ya han realizado una serie de estudios y han publicado varios artículos basados en esta investigación, lo que genera interés.

Por ejemplo, un estudio encuentra un fuerte vínculo entre la asistencia regular al servicio religioso y los resultados positivos para la salud.[7] "Cuando VanderWeele y sus colegas publicaron ese estudio, fue una gran noticia. No fue anecdótico. Se basó en un estudio. Tiene la mejor ciencia que lo respalda" destacó el Dr. Koh.

Al responder a la pregunta planteada por su artículo "¿La espiritualidad y la medicina van juntas?", los autores y cónyuges Michael y Tracy Balboni concluyen diciendo:[8] "Debemos seguir la evidencia. Y con más investigaciones empíricas que confirman lo que muchas personas de fe han experimentado anecdóticamente durante mucho tiempo, es claramente digno de conversación e investigación adicional".

"Por lo menos estos son temas que son muy importantes para la gran mayoría de los pacientes y si vas a ser un buen médico que realmente practica la atención centrada en el paciente, debes ser consciente de esto", concluyó el Dr. Koh.

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