La medicina holística se refiere al cuidado total del paciente (cuerpo, mente, emociones, espíritu y relaciones) en el contexto de sus valores, creencias, cultura y comunidad. La medicina holística está estrechamente relacionada con la atención integral y contextual. Los ejemplos de esta incluyen promoción de la alfabetización, detección de determinantes sociales de la salud, como depresión o consumo de alcohol en miembros de la familia, evaluación de la espiritualidad y promoción de la limpieza del hogar para reducir los síntomas alérgicos.[1,2]
La piel, un órgano sensorial y la estructura más grande del cuerpo, está indisolublemente unida a la mente. La piel tiene muchas funciones vitales: es una barrera para la protección corporal, un mecanismo de retroalimentación del bienestar emocional, un órgano vital utilizado para comunicarse con el mundo exterior y un órgano de comunicación capaz de transmitir sensaciones de picazón, tacto, dolor, temperatura y otros estímulos físicos.[3]
La asociación entre factores emocionales, como eventos estresantes y erupciones cutáneas relacionadas con enfermedades ha sido bien reconocida. Los investigadores definieron esta asociación utilizando el modelo neurológico-inmunológico-cutáneo-endocrino que explica el vínculo entre los sistemas de órganos, neurotransmisores, hormonas y citocinas y sus diversos circuitos de retroalimentación en el cuerpo.
Los investigadores han propuesto que debido a que los trastornos de la piel pueden afectar la psique a través de retroalimentación inversa y viceversa, estas interconexiones pueden deberse a vías etiológicas comunes a través de citocinas proinflamatorias.[4]
Los pacientes con problemas dermatológicos tienen una mayor prevalencia de enfermedades psiquiátricas que la población general.[5] Las afecciones de la piel, que incluyen dolor, picazón, decoloración, xerosis y cambios en la apariencia, conducen a diversos grados de malestar y deficiencias funcionales. El estigma asociado con los trastornos crónicos de la piel que desfiguran, especialmente los que afectan cara, genitales, manos y pies, se ha alineado con niveles reducidos de empleo, ingresos e interacciones sociales.[6]
Pacientes con afecciones de la piel, como dermatitis atópica, acné y psoriasis tienen un mayor riesgo de desarrollar depresión y ansiedad comórbidas, siendo las conductas de aislamiento el efecto adverso más común de los problemas de la piel.[7]
La felicidad y la salud
La felicidad puede tener múltiples definiciones, sin embargo, es frecuentemente definida como bienestar, lo que representa la evaluación cognitiva y afectiva de la vida de la persona como un todo. En base a esta definición, el bienestar subjetivo es considerado alto si la persona experimenta muchas emociones positivas y pocas emociones negativas, además de estar satisfecho con la vida propia.[8,9]
La integración del bienestar parece un enfoque prometedor, especialmente en dermatología, ya que los estudios han encontrado relaciones significativas entre los factores psicosociales (en su mayoría relacionados con el estrés) con la aparición de lesiones, su gravedad y la progresión de las enfermedades de la piel, lo cual desempeña un papel muy importante en el tratamiento de las enfermedades.[10,11,12]
Por ejemplo, un estudio prospectivo entre 62 pacientes con psoriasis en el transcurso de seis meses mostró que los periodos estresantes estaban relacionados con una mayor gravedad de la enfermedad cuatro semanas después, pero solo en pacientes que tienden a preocuparse o rascarse.[13] De manera similar, otros estudios mostraron que los pacientes con psoriasis que se preocupan mucho responden menos a la terapia con psoraleno y ultravioleta A y que escuchar cintas de audio de meditación durante la fototerapia (ultravioleta B y terapia con psoraleno y ultravioleta A) conduce a mejores resultados de tratamiento en pacientes con psoriasis.[14,15]
Además, se ha demostrado que el afecto positivo está asociado con varios resultados de salud deseables, que van desde un mejor comportamiento saludable y una mejor salud cardiovascular hasta mejores respuestas inmunitarias, curación más rápida de heridas y reducción del dolor.[16,17,18] Además de estos resultados beneficiosos, el bienestar de los pacientes es un objetivo valioso en sí mismo. Por tanto, explorar el bienestar entre los pacientes afectados utilizando diversas medidas podría contribuir en gran medida a una mejor comprensión y tratamiento de las enfermedades de la piel.
Las influencias psiquiátricas son importantes en la etiología y el curso de las afecciones de la piel. Los estresores psicológicos inducen una respuesta neuroendocrina que estimula la liberación de glucocorticoesteroides endógenos, hormona liberadora de corticotropina y epinefrina, alterando la función de barrera de la piel, deteriorando la cohesión entre el estrato córneo y la función antimicrobiana epidérmica.[19]
Una mayor producción de citocinas en los queratinocitos contribuye a una respuesta inflamatoria que debilita la capacidad de la piel para responder a los desafíos ambientales.[20] Lee y sus colaboradores informaron que se ha planteado la hipótesis de que el aumento del estrés emocional agrava el acné al alterar la microbiota intestinal y aumentar su permeabilidad, contribuyendo potencialmente a la inflamación de la piel.[21]
Dermatología holística
La medicina holística se ha utilizado en muchas culturas de todo el mundo durante siglos y actualmente predomina en las sociedades asiáticas. Se centra en factores ambientales, factores nutricionales, microbioma intestinal, historial de exposiciones, estrés y mejora de la función del sistema inmunológico.[22]
La dermatología holística se dedica a tratar el cuerpo humano en su conjunto para promover una mejor salud general con la expectativa de que una afección dermatológica se beneficie en conjunto. La premisa es que la piel es un reflejo de la salud general y que el tratamiento de las afecciones de adentro hacia afuera abordará la causa subyacente de la afección y evitará su recurrencia.[23]
Los médicos de atención primaria y los dermatólogos a menudo nos concentramos en terapias farmacológicas para los trastornos de la piel; sin embargo, la carga de salud mental de los pacientes con afecciones cutáneas visibles a menudo es profunda y no se reconoce. En su mayor parte, estos pacientes conocen su piel y sus condiciones emocionales, pero la mayoría es incapaz de descifrar el papel de los factores psicológicos en su enfermedad cutánea, por tanto, la implementación de la terapia no farmacológica puede ser beneficiosa.
En un estudio realizado con 229 pacientes con enfermedades de la piel informaron un afecto positivo más bajo según lo medido por PANAS (programa de afecto positivo y negativo), pero no surgieron diferencias con respecto al afecto negativo en comparación con los controles sanos.[24]
Este hallazgo es especialmente interesante, ya que se ha demostrado que el afecto positivo está asociado con varios resultados de salud deseables, como una mejor conducta de salud, cicatrización más rápida de heridas, mejor salud cardiovascular y mejores respuestas inmunitarias.[16,17,18] Por tanto, aumentar el afecto positivo en pacientes con enfermedades de la piel no solo podría mejorar su bienestar, sino que incluso podría conducir a un mejor pronóstico.[25]
Existe una gran evidencia sobre las mediaciones para promover el afecto positivo.[26,27] Las intervenciones que han demostrado ser altamente efectivas son, por ejemplo, un diario de gratitud o intervenciones que se enfocan en el significado o el uso de la fuerza en la vida diaria.[26] Si bien estas y otras intervenciones han sido evaluadas positivamente, aún no se han adaptado a pacientes dermatológicos.
Conclusión
Muchas afecciones dermatológicas se pueden prevenir o mitigar mediante factores modificables del estilo de vida, como dieta, sueño, ejercicio, estrés, alcohol o tabaquismo. Comprender el papel de estos factores en la modulación de la enfermedad de la piel ayudará a los médicos a educar mejor a los pacientes sobre los enfoques de autocuidado, mejorar los efectos de los tratamientos y promover la buena salud.
Son necesarios más estudios sobre dermatología holística y la interacción compleja entre los factores modificables del estilo de vida y las enfermedades de la piel, con una mayor atención a los enfoques holísticos de la atención dermatológica y un cambio positivo en la relación médico-paciente para promover elecciones personales sabias y una mejora del autocuidado.
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Citar este artículo: ¿La felicidad como un tratamiento? Conociendo la psicodermatología holística - Medscape - 8 de marzo de 2022.
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