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Esta serie de Probióticos en medicina, presentada por la Dra. Ylse Gutiérrez Grobe, incluye un conjunto de videos con información actual relevante para el médico de primer contacto, con respecto al uso de probióticos en diferentes contextos clínicos.
Hola, soy la Dra. Ylse Gutiérrez Grobe, gastroenteróloga y endoscopista, grabando desde la Ciudad de México para Medscape en español.
Bienvenidos a la segunda entrega de probióticos en medicina. El video del día lo dedicaremos a conocer la evidencia de los probióticos en el manejo de la diarrea aguda en niños.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la diarrea aguda como 3 o más evacuaciones líquidas en un periodo de 24 horas, entendiéndose como aguda si dura menos de 14 días. Como es bien sabido, representa un problema global de salud pública con alta morbilidad y mortalidad, principalmente en niños y adultos mayores y en las poblaciones de regiones vulnerables y continúa siendo una de las tres primeras causas de fallecimiento en menores de cinco años de edad.
Las infecciones virales, bacterianas y parasitarias constituyen la causa más frecuente de diarrea aguda y se asocian con pobre higiene y fuentes de agua no potabilizadas. Otras causas importantes de diarrea aguda es el uso de antibióticos, así como intoxicación alimentaria y alergias.
La mayoría de los episodios de diarrea aguda se autolimita y puede ser tratada con hidratación vía oral y fármacos sintomáticos y en casos graves se podría requerir hidratación intravenosa.
La diarrea aguda y su relación con la microbiota ha llamado la atención en los últimos 20 años, por lo cual los probióticos han sido propuestos como un tratamiento complementario para reducirla, debido a la teoría de que alivian la diarrea a través de múltiples mecanismos, como la producción de bacteriocinas, neutralizando las toxinas bacterianas mediante la competencia directa por los nutrientes y estimulando respuestas inmunológicas, reduciendo la permeabilidad e inflamación intestinal.
En este sentido, diversos análisis han mostrado que los probióticos facilitan la respuesta de la inmunoglobulina A de la mucosa, la secreción de factores antimicrobianos, regulan a la baja mecanismos proinflamatorios y tienen un efecto inmunomodulador.
Debido a los resultados controversiales en relación con la utilidad de los probióticos, en los últimos años se han llevado a cabo múltiples metanálisis y revisiones sistemáticas con el fin de generar evidencia de mejor calidad al respecto del uso de probióticos y simbióticos en el manejo de la diarrea aguda en niños y adultos. Es importante recordar que los efectos de los probióticos son específicos de la cepa y, por tanto, su uso debería ser indicado por profesionales de la salud para obtener el mejor efecto en cada paciente.
Algunas guías más actuales de pediatría consideran que el uso de probióticos es efectivo para reducir la duración y la intensidad de los síntomas de la gastroenteritis aguda y puede ser considerado siempre y cuando se indique como tratamiento complementario a la hidratación oral.[1] En este sentido, algunos probióticos seleccionados que cuentan con estudios para evaluar su utilidad son: Lactobacillus rhamnosus GG ATC 53013, Sacharomyces boulardii y Lactobacillus reuteri DSM 17938.
Con relación a Lactobacillus rhamnosus, múltiples publicaciones han mostrado su beneficio, sin embargo, algunas ponen en duda la eficacia y seguridad de este y otros probióticos. Un metanálisis realizado en la Universidad de Zhejiang, en Zhejiang, China, publicado en 2019, encontró que existía una menor duración de la diarrea en el grupo tratado con Lactobacillus rhamnosus contra los controles, con un riesgo menor de tener diarrea de 3 o más días (OR: 0,54; IC 95%: 0,38 a 0,77), aunque con una heterogeneidad muy alta entre los estudios (I2 = 98%).[2]
La evidencia disponible en torno a Saccharomyces boulardii muestra resultados similares. una revisión sistemática y metanálisis publicada en 2020 por la Universidad Médica de Varsovia, en Varsovia, Polonia, mostró una duración reducida de aproximadamente un día del grupo tratado con Sacharomyces boulardii contra placebo, aunque con alta heterogeneidad entre los estudios (I2 = 90%) y baja calidad de la evidencia. Otro desenlace reportado fue la reducción de la frecuencia de evacuaciones sin encontrar diferencia significativa.[4]
Históricamente la diarrea aguda infecciosa ha sido el principal campo de uso de los probióticos en niños, con publicaciones que muestran más de 45% de frecuencia en la prescripción de probióticos en episodios agudos, por lo que cabe destacar que no obstante las publicaciones más recientes con relación al uso de probióticos, algunas sociedades y guías internacionales aún apoyan el uso de Lactobacillus rhamnosus y Sacharomyces boulardii para la reducción de duración de la diarrea en niños.[4,5]
De forma interesante, el grupo de trabajo de la European Society for Pediatric Gastroenterology, Hepatology, and Nutrition comenta en las conclusiones de las guías publicadas en 2020 que a pesar de la cantidad de estudios realizados para demostrar la utilidad de los probióticos en diarrea aguda en niños, no se logró identificar dos estudios de alta calidad de la evidencia para ninguna cepa, por lo que emite recomendaciones débiles para el uso de Saccharomyces boulardii (con baja certeza de la evidencia), Lactobacillus rhamnosus GG (muy baja certeza de la evidencia), Lactobacillus reuteri DSM 17938 (con baja a muy baja certeza de la evidencia), Lactobacillus rhamnosus 19070-2 y Lactobacillus reuteri DSM 12246 (con muy baja certeza de la evidencia).
Asimismo, realizan una recomendación fuerte en contra de Lactobacillus helveticus R0052 y Lactobacillus rhamnosus R0011 (con moderada certeza de la evidencia) y una recomendación débil contra Bacillus clausii O/C, SIN, N/R y T (con muy baja certeza de la evidencia).[6]
Una revisión reciente del consorcio Cochrane concluye que existe cierta evidencia de un potencial efecto benéfico de los probióticos en diarrea aguda en niños y adultos, sin embargo, con un alto riesgo de sesgo de los estudios que se han llevado a cabo y no demostró una diferencia significativa del uso de probióticos en diarrea con duración mayor de 48 horas o en la duración total de los episodios de diarrea.[7.]
En este sentido, una revisión sistemática publicada en EuropeanJournal of Pediatrics sugiere que la evidencia actual no es contundente, ya que las publicaciones que muestran un beneficio para los probióticos tienen un alto riesgo de sesgo, mientras que los estudios con bajo riesgo de sesgo designan una contribución moderada, sin embargo, se sugiere que estos desenlaces sean interpretados con cautela, ya que los estudios disponibles cuentan con múltiples limitaciones, por lo que deberán realizarse estudios con mayor población en el futuro.[8]
Sin lugar a duda, las publicaciones más recientes con relación al uso de probióticos en diarrea aguda en niños muestran resultados interesantes y que nos generan controversia con respecto a nuestro conocimiento previo del uso de probióticos en esta indicación, es por ello que debemos estar atentos al nuevo conocimiento que se genere en este tema en el futuro.
Soy la Dra. Ylse Gutiérrez, para Medscape en español, nos vemos en la próxima entrega de probióticos en medicina.
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Citar este artículo: Uso de probióticos en diarrea aguda en niños ahora es controversial - Medscape - 1 de marzo de 2022.
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