Dismenorrea: informar a las adolescentes para no minimizar los trastornos ni su necesidad de tratamiento

Carolina Guignot

Conflictos de interés

31 de enero de 2022

Una encuesta a 1.000 chicas estudiantes de secundaria muestra que una gran mayoría sufre de dismenorrea, especialmente aquellas con menorragia (periodos abundantes), un índice de masa corporal bajo, dolor intermenstrual o menarca temprana.[]Además, 1 de cada 2 no ha consultado a su médico al respecto y la mayoría recurre a la automedicación, a menudo de forma inadecuada. 

Dada la magnitud del impacto del dolor en la asistencia escolar y calidad de vida y por otro lado, el deseo de la mayoría de ver el tema discutido espontáneamente por su médico, este trastorno debe tratarse como un problema de salud pública, implementando campañas educativas y de información dirigidas a las estudiantes, sus familias y los profesionales de la salud.

La dismenorrea primaria es la queja más común relacionada con la menstruación en mujeres jóvenes (adolescentes y adultas). A menudo comienza entre 6 meses y 2 años después de la menarca, especialmente en casos de altos niveles de agentes uterotónicos, vasoconstrictores y prostaglandina F2 alfa. Por lo general se manifiesta como un dolor de tipo cólico en la región abdominal o en la región lumbar, que puede irradiarse. Suele estar asociado a otros trastornos (cefaleas, náusea, vómito, astenia...). Generalmente comienza el día previo o el primer día de la menstruación y alcanza su máximo a los 2 o 3 días.

A pesar de su impacto en la calidad de vida y la disponibilidad de tratamientos efectivos, las mujeres rara vez consultan por estos trastornos y reciben pocas recetas para su manejo. Debido a que los datos sobre la prevalencia de la dismenorrea son extremadamente heterogéneos, los investigadores optaron por realizar un estudio para evaluar el alcance de la queja en las adolescentes francesas.

Predominio de dismenorrea moderada

Se realizó una encuesta transversal entre adolescentes de ocho escuelas secundarias en Ille-et-Vilaine, Francia, entre abril y mayo de 2019. Todas las participantes completaron un cuestionario sobre sus características sociodemográficas, sus ciclos, la presencia o no de dismenorrea y en su caso, su impacto y gestión.

Incluyó 953 participantes (edad media: 16,8 años), la mayoría con ciclos regulares (88,1%), menstruaciones abundantes (58,4%) y antecedentes familiares de dismenorrea (43,2%).

La prevalencia de dismenorrea fue de 92,9% (frente a 24% a 95%, según la literatura), de intensidad leve para 18,8% de ellas, pero moderada para 65,2% y grave para 8,9%.

Trivialización de los síntomas que requiere de un médico proactivo  

Las estudiantes informaron uso de anticoncepción en 41,6% (n = 396; 72,2% oral). Entre las que sabían que era anticoncepción de estrógeno-progestágeno (n = 172), el tratamiento de la dismenorrea fue una de las motivaciones en 62% de los casos. La presencia de un índice de masa corporal alto, haber menstruado a una edad temprana, tener periodos abundantes o estar tomando anticonceptivos se asoció con un riesgo de tener dismenorrea grave.

El impacto de los trastornos fue significativo para las jóvenes: ausentismo escolar en 43,3% de los casos, mala calidad del sueño en tres casos de cada 4 y otras tantas dificultades para seguir las lecciones.

En cuanto a los cuidados, 91% de las chicas de secundaria ya había tomado un tratamiento específico por automedicación en 58,8% de los casos: utilizaban principalmente acetaminofén (86,7%), un antiespasmódico (68,8%) o un antiinflamatorio no esteroideo (52,4%). Los detalles dados sobre este uso mostraron una falta de información, ya que muchas de ellas no tomaron el tratamiento lo suficientemente temprano, no usaron una segunda dosis ante la falta de eficacia de la primera o no consideraron cambiar de fármaco ante la falta de eficacia del usado.

Solo la mitad ya había solicitado una opinión médica (principalmente el médico de cabecera) para estos trastornos, mientras que 62,3% declaró que dicha opinión les podría ser útil. 

La trivialización de los síntomas es alta, puesto que 55,1% cree que forma parte de la menstruación. Sin embargo, 64,4% de ellas declaró que le gustaría que el médico abordara el tema de forma espontánea.

Este contenido fue originalmente publicado en Univadis, parte de la Red Profesional de Medscape

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