En julio de 2021 en México entró en vigor un nuevo sistema de etiquetado frontal obligatorio para los productos alimenticios. Su objetivo es advertir a los consumidores cuando un producto contiene un exceso de sodio, grasas trans, azúcares, grasas saturadas y calorías. Existen estudios que señalan que un buen etiquetado de advertencia en los alimentos puede ayudar a mejorar la salud de los consumidores, pero un sector de la industria alimentaria se muestra en desacuerdo con la implementación del nuevo sistema en México.[1,2]
"El nuevo etiquetado dificulta distinguir entre los productos que contienen azúcar de caña natural y los que contienen edulcorantes artificiales", señala una de las campañas del sitio web Hablemos de azúcar, que se autodescribe como "un proyecto dedicado a informar sobre de los beneficios de incorporar azúcar de caña a tu dieta diaria", pero que no especifica de dónde recibe financiamiento.

Dr. Simón Barquera
Esta campaña suscitó una respuesta del Dr. Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), experto en etiquetado frontal, reconocido internacionalmente por sus aportes en nutrición, obesidad y salud pública.
"La mayor parte de lo que se ha criticado respecto al nuevo etiquetado refleja intereses de industria de comida chatarra multinacional con pobre sustento técnico. Estamos frente a una gran oportunidad de avanzar", comentó el especialista en Twitter, donde se dio un debate al respecto durante los últimos días del mes de diciembre.
En este debate se recalcó que el nuevo etiquetado frontal hace una distinción entre azúcares naturales y edulcorantes artificiales, pues la nueva norma exige que se advierta por separado la presencia de estos dos componentes. En el caso de que el alimento contenga edulcorantes, requiere además una leyenda que advierte que no es recomendable para los niños.
En entrevista con Medscape en español, el Dr. Barquera comentó que en este momento el nuevo sistema de etiquetado frontal en México es uno de los mejores del mundo, porque es muy fácil de entender y penaliza a los productos que contienen ingredientes críticos (aquellos cuya ingesta por arriba de los valores recomendados es un factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, entre ellos se encuentran los azúcares libres o añadidos, las grasas saturadas, las grasas trans y el sodio).
Pero el nuevo etiquetado frontal en México se enfrenta a la reticencia de la industria alimenticia.
"Las compañías de comida chatarra no querían que los consumidores pudiéramos identificar fácilmente estos ingredientes críticos, porque lo más seguro es que los peores productos son los que van dirigidos a los niños. Antes era muy difícil entender qué tanto contenían. Ahora uno llega a comprar y ve un producto con cuatro sellos y se da cuenta de que es una chatarra. Eso te hace pensar: ʹ¿Quiero dárselo a mi hijo?ʹ", comentó el Dr. Barquera.
Los trucos de la industria de alimentos ultraprocesados
En cuanto el nuevo etiquetado frontal entró en vigor en México, los medios reportaron que algunas compañías comenzaron a utilizar una doble carátula en sus productos, una con sellos y otra sin sellos de advertencia.[3] Después, en las tiendas acomodan la portada sin sellos viendo al público, para ocultar las advertencias sobre los ingredientes críticos.
"Eso, por ejemplo, debe regularse. También sucede que ponen un personaje dirigido en la caja grande y luego las cajas dentro no tienen el personaje. O acomodan los refrescos de forma que el sello queda oculto. Sigue habiendo trampitas que la industria está tratando de hacer. En vez de aceptar que su producto tiene ingredientes que afectan la salud y que la gente lo tiene que saberlo, porque es la ley, están buscando cómo ocultarlo", señaló el Dr. Barquera.
Para el especialista en salud pública debe existir un monitoreo constante de las actividades de la industria para detectar estos comportamientos y mejorar constantemente la normativa para que los contemple y los frene.
¿Etiquetado engañoso o publicidad engañosa?
Además de las estrategias de la industria por ocultar el etiquetado frontal, existen campañas que se oponen a este. Por ejemplo, el proyecto Hablemos de azúcar considera que el nuevo etiquetado frontal castiga al azúcar de caña al señalarlo como un componente crítico en los productos y afirma: "Es un producto natural que viene directo del campo a tu mesa y no es sometida a ningún proceso químico en su elaboración, por lo que puedes consumirla con total tranquilidad".

Dra. Carmen Castillo Galindo
La Dra. Carmen Castillo Galindo, endocrinóloga con alta especialidad en diabetes, quien labora en la práctica privada, considera que estas frases no deben tomarse a la ligera pues el consumo de azúcares simples, aunque provengan de fuentes naturales, tiene consecuencias metabólicas. Por ejemplo, la fructosa de la caña y la sacarosa en la miel tienen un impacto en el hígado, que es el encargado de metabolizarlas.
Además afirman que: "El consumo de azúcar ha disminuido en los últimos años, mientras la obesidad y el consumo de edulcorantes químicos sigue en aumento". Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que el consumo mundial de azúcar ha crecido desde hace dos decenios y el consumo mundial per capita de edulcorantes calóricos sigue y seguirá en aumento, según sus proyecciones a 2029.
La Dra. Castillo añadió que se estima que en los últimos 50 años el consumo de azúcar en niños y adolescentes ha aumentado de manera progresiva. En promedio, en México 12% de las calorías totales que consumen las personas viene de azúcares simples, siendo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no rebasar 10%.
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"La mayor parte de este exceso de azúcares proviene de los alimentos ultraprocesados. La combinación de azúcar y grasas en estos alimentos los vuelve muy ricos, hace que generen dependencia y que sea muy difícil para las personas controlar su consumo", comentó la especialista.
Algo que corrobora la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT 2012), que muestra que entre 70,3% de los azúcares añadidos y 54,7% de los azúcares totales que consumen los mexicanos provienen de las bebidas azucaradas y entre 24,8% de los azúcares añadidos y 16,3% de los totales provienen de alimentos con alto contenido en grasa saturada combinada con azúcares añadidos.
"El exceso de azúcar y fructosa que consumimos se convierte en grasa, lo que puede llevar a desarrollar obesidad y esto sentará las bases para que se desarrolle la resistencia a la insulina y otras enfermedades metabólicas. De allí que digamos que son los principales culpables de la epidemia de obesidad que tenemos en México", explicó la Dra. Castillo.
¿Qué dicen las investigaciones sobre el etiquetado frontal de advertencia?
A pesar de lo que dicen las campañas en contra del etiquetado frontal, un equipo internacional de investigadores, entre los cuales se encuentra el Dr. Barquera, realizó un análisis de los sistemas de etiquetado frontal en alimentos en el mundo y concluyó que existe suficiente evidencia científica para afirmar que la implementación obligatoria de un buen etiquetado frontal puede ayudar a mejorar la salud de la población. Sus resultados se publicaron en un artículo de Annual Review of Nutrition.[4]
Un etiquetado frontal sencillo y claro ayuda a informar y cambiar la percepción de las personas sobre el valor nutrimental de los alimentos. O incluso puede ayudar a la gente a recordar sus propósitos de salud en el momento de elegir un producto, señaló la investigación.
"Me parece una herramienta muy útil, como endocrinóloga; inclusive en otros países, como Chile, se vio que las personas logran darse cuenta de que un alimento no es de tan buena calidad como pensaban o como la mercadotecnia promovía. Por ejemplo, un cereal de caja te pone una cinta métrica y tiene un nombre que te hacen pensar que te va a ayudar a bajar de peso o que es parte clave de una dieta saludable, cuando no lo es, y los sellos ayudan a darse cuenta de ello", destacó la Dra. Castillo.
Latinoamérica, región líder en etiquetado de advertencia
La nueva normativa del etiquetado frontal de advertencia deberá seguir mejorando, pero es necesario contemplarque la industria está implementando diferentes mecanismos para evitar que los consumidores vean el etiquetado de advertencia en sus productos o para llevar campañas a la población que nieguen los riesgos de consumir alimentos con exceso de azúcares, grasas y otros componentes críticos, señaló el Dr. Barquera.
El investigador no duda que gracias al ejemplo de México otros países latinoamericanos comiencen a sacar sus normativas para implementar el etiquetado frontal de advertencia y las vayan mejorando. De hecho, Latinoamérica es la región con mayor cantidad de países cuyos gobiernos implementaron el etiquetado frontal de advertencia de manera obligatoria, Con seis naciones con etiquetado frontal de advertencia obligatorio, mientras que en el resto del mundo solo cuatro países (Israel, Irán, Sri Lanka, Thailandia) cuentan con este tipo de normativa.
"En Latinoamérica tenemos una cualidad: tenemos mucho en común, incluidos el idioma, una muy buena red de investigadores que colaboran, un fuerte compromiso y trabajo de la sociedad civil, los tomadores de decisiones y la academia. Así han surgido políticas como el impuesto a las bebidas azucaradas y la comida chatarra y el etiquetado de advertencia. Eso es lo que nos ha ayudado".
El proyecto del etiquetado frontal de advertencia nació en Chile y otros países lo adoptaron y mejoraron con el apoyo del propio Chile. Ahora ya son cinco los que tienen etiquetado frontal de advertencia: Chile, Perú, Uruguay, México y Argentina; y hay dos que están por aprobarlo: Colombia y Brasil.
De hecho, el grupo de investigación del Dr. Barquera sigue de cerca estas iniciativas e investiga cómo en México esta nueva política ha afectado los patrones de consumo de alimentos ultraprocesados en México, algunos de los cuales podrían estar listos para el presente año.
Por lo pronto, el etiquetado frontal ya es útil tanto para consumidores como para profesionales de la salud. En el caso de la Dra. Castillo, le permite orientar a sus pacientes y señalarles que cuando un producto tiene sellos de advertencia es muy probable que se trate de un alimento ultraprocesado que es necesario evitar. Algo con lo que el Dr. Barquera estuvo de acuerdo.
"El mensaje principal es: ʹSi ves productos con sellos, evítalosʹ, trata de consumir alimentos naturales de producción local, de temporada, frescos; siempre prefiérelos sobre alimentos que tengan sellos. Y si vas a elegir un alimento ultraprocesado, elige el que no tenga sellos o el que tenga el menor número de sellos", concluyó el Dr. Barquera.
El Dr. Barquera y la Dra. Carmen Castillo han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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CRÉDITO
Imagen principal: SSA
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Citar este artículo: Nuevo sistema de etiquetado frontal: ¿engañoso para el consumidor? - Medscape - 1 de feb de 2022.
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