COMENTARIO

El efecto protector de los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 en el desarrollo de gota

Dr. F. Javier Merayo Chalico

Conflictos de interés

25 de enero de 2022

La gota y la diabetes de tipo 2 son enfermedades que comparten una serie de factores predisponentes y no es infrecuente que los pacientes con gota también presenten diabetes de tipo 2. Una de las terapias más importantes que ha surgido en el tratamiento de la diabetes de tipo 2 es el uso de los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2.

Estos fármacos no solo actúan disminuyendo la glucosa sérica, también han demostrado efectos nefroprotectores y una reducción del riesgo cardiovascular, por lo que se han convertido en una de las opciones terapéuticas más importantes para la diabetes de tipo 2.

Los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 tienen un efecto hipouricemiante, probablemente por su efecto en los transportadores —como el URAT-1— que intercambian glucosa por ácido úrico a nivel glomerular y por su efecto promotor de la secreción de sirtuin-1, un inhibidor de la xantina oxidasa.[1] Esta disminución en los niveles séricos de ácido úrico podría traducirse en un menor riesgo de desarrollar gota, como fue descrito en 2 estudios en pacientes con diabetes de tipo 2, usuarios de inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2.

En el primer estudio, realizado en Estados Unidos, los autores incluyeron pacientes con diabetes de tipo 2 que iniciaron terapia con inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 o agonistas de péptido 1 similar al glucagón, obteniendo la información de un registro de seguridad social.[2] Se excluyó a los pacientes con un diagnóstico previo de gota. El desenlace primario fue el diagnóstico de gota confirmado con la prescripción de cualquier fármaco utilizado para su tratamiento.

El estudio incluyó 295.907 pacientes, de los cuales 151.949 recibieron inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 y 143.958 agonistas de péptido 1 similar al glucagón. Se realizó un análisis equiparado por puntaje de propensión para ajustar por variables confusoras, con lo que se logró parear 1:1 a 119.530 pacientes de cada grupo. El análisis no equiparado demostró un cociente de riesgo de 0,61 (IC 95%: 0,55 a 0,67) para desarrollar gota en pacientes que utilizaban inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2, comparado con los que recibieron agonistas de péptido 1 similar al glucagón.

En el análisis equiparado se encontraron resultados similares, siendo el hazard ratio (HR) de 0,64 (IC 95%: 0,57 a 0,72). Los autores concluyeron que los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 podrían ser una intervención efectiva para la prevención de gota en pacientes con diabetes o enfermedades metabólicas.

Un segundo estudio realizado en Taiwán valoró pacientes con diabetes de tipo 2 que utilizaban inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 y los compararon con aquellos que utilizaban inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4, los cuales han demostrado disminuir el ácido úrico sérico.[3] Se realizó una comparación 1:1 entre estos dos tratamientos, definiendo como desenlace principal el diagnóstico de gota.

Los autores incluyeron 231.208 pacientes, de los cuales 47.905 (20,72%) utilizaban inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 y 183.303 (79,28%) utilizaron inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4. Estos tuvieron seguimiento por 2,5 años aproximadamente. Para aumentar la comparabilidad entre los dos grupos se realizó un análisis equiparado por puntaje de propensión.

La incidencia de gota fue de 20.26 por 1.000 años-paciente en aquellos tratados con inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 y de 24,30 por 1.000 años-paciente en usuarios de inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4.

La incidencia acumulada de gota en los grupos equiparados por propensión fue de 4,63% para los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 y de 5,25% para los inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4 log-rank (p = 0,005). En este análisis se observó que los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 confieren un riesgo relativo de 0,89 (IC 95%: 0,82 a 0,96; p = 0,004), en comparación con los inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4.

La diferencia en el tamaño del efecto, comparada con el estudio previamente mencionado, probablemente se asocie al efecto hipouricemiante de los inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4.

Ambos estudios sugieren que los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 disminuyen el riesgo de desarrollar gota en pacientes con diabetes de tipo 2, incluso comparados con otros fármacos antidiabéticos con efecto hipouricemiante. Un punto interesante para futuros estudios es el efecto de los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 en pacientes con diagnóstico establecido de gota.

Punto clínico

Extrapolando de los resultados previamente descritos, es probable que se demuestre un efecto benéfico sobre los episodios agudos. Estos hallazgos se suman a los múltiples beneficios previamente descritos de los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2, reforzando su importante papel en el tratamiento de la diabetes de tipo 2.

Siga al Dr. Javier Merayo Chalico de Medscape en español en Twitter @merayo_dr.

Para más contenido siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contenido relacionado

Comentario

3090D553-9492-4563-8681-AD288FA52ACE
Los comentarios están sujetos a moderación. Por favor, consulte los Términos de Uso del foro

procesando....