Manejo de embarazadas con enfermedad cardiovascular

Pamella Lima; Teresa Santos; Dra. Ilana Polistchuck

Conflictos de interés

28 de diciembre de 2021

No es de extrañar que la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares haya preocupado a las organizaciones sanitarias. "En los gráficos de Carga Global de Enfermedades podemos ver que los decesos en Brasil ya son mucho más altos que en Latinoamérica y el Caribe", advirtió la Dra. Glaucia Moraes de Oliveira, cardióloga y profesora asociada del Departamento de Cardiología de la Universidade Federal do Riode Janeiro (UFRJ), en las sesiones científicas del ACC Latin America 2021, realizadas en noviembre de 2021.[1]

Durante la sesión Temas contemporáneos en salud cardiovascular de la mujer, la especialista destacó la importancia de relacionar las enfermedades maternas con las causas cardiovasculares y puntualizó que las principales causas de fallecimiento de las embarazadas por enfermedad cardiovascular han sido, en particular, enfermedad isquémica, preeclampsia y enfermedad cardiovascular. "Es de destacar que tenemos un perfil diferente en el país, con enfermedades reumáticas, miocardiopatías y enfermedades congénitas que no se diagnostican y aparecen durante el embarazo", comentó, señalando que algunas afecciones fisiológicas del embarazo (por ejemplo, aumento de frecuencia y la disminución de la resistencia vascular sistémica) favorecen la aparición de afecciones asociadas a la enfermedad cardiovascular subyacente, que aún no habían sido diagnosticadas.

La Dra. Moraes refirió datos de una red de 27 maternidades en Brasil, que analizó más de 82 mil nacimientos entre junio de 2009 y junio de 2010.[2] En la encuesta se identificó que la mayoría de las embarazadas fallecía por causas asociadas a hipertensión, obesidad, diabetes o enfermedades cardiacas, "pero también llamó la atención que parte de los fallecimientos en ese momento estaban relacionadas con la epidemia de H1N1, que afectó de manera intensa a las mujeres embarazadas en ese momento".

La cuestión fundamental, según la especialista, es que la mayoría de estos decesos se pueden evitar, ya que pueden ocurrir por embarazos no planificados o falta de acceso a la atención, pero también por factores crónicos. Para la profesora de la UFRJ, cambiar este statu quo es cada vez más urgente.

"Necesitamos cambiar este escenario en Brasil y una de las sugerencias es que obstetras y ginecólogos trabajemos juntos, como lo hicimos vacunando a estas mujeres, por ejemplo. Se distribuyeron más de 1,5 millones de vacunas a gestantes y posparto, lo que disminuyó considerablemente los casos en este grupo", comentó, refiriéndose a la pandemia de COVID-19.

Participación social

La especialista señaló que el camino es unir fuerzas con diferentes actores sociales, aumentando la participación de toda la comunidad y un equipo multidisciplinario y mencionó los ejemplos de salud digital como una mejora bienvenida de la tecnología y las aplicaciones, citando actividades exitosas que han contribuido a reducir los fallecimiento en Nigeria (HelloMama, proyecto apoyado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)).

"No debemos olvidar que no tenemos un paciente, sino dos. Todo lo que afecte a la madre afectará al feto. Como, por ejemplo, el tratamiento de las arritmias, que pueden afectar al feto, provocar un parto prematuro o incluso el deceso", destacó.

Según la especialista, se debe dar una bandera roja a las mujeres que presenten disnea, ortopnea, frecuencia cardiaca > 120 latidos por minuto, presión arterial sistólica > 160 ml/mg y saturación de oxígeno < 94%. Ella sugirió la adopción de la puntuación de Zahara para investigar las cardiopatías congénitas, la disfunción ventricular y la arritmia como un aumento del riesgo para estas mujeres. La Dra. Moraes también aludió al cargo del Departamento de Cardiología de la Mujer de la Mulher da Sociedade Brasileira de Cardiologia (SBC), que enumeró algunas situaciones especiales en Brasil, como parto por cesárea, indicación de interrupción del embarazo (aborto terapéutico) y esterilización.[3]

La cardióloga reforzó la necesidad de que estas mujeres sean tratadas en centros de tercer nivel y llamó la atención sobre el hecho de que el riesgo no termina con el final del embarazo, ya que el puerperio conlleva a nuevas afecciones, como insuficiencia cardiaca, tromboembolismo, hipertensión y arritmia y también trajo el acta de una revista dedicada a las enfermedades cardiovasculares de la mujer y dijo a los congresistas que el mismo tipo de investigaciones deben ser realizadas por especialistas en sus países.[4]

Para más contenido siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Comentario

3090D553-9492-4563-8681-AD288FA52ACE
Los comentarios están sujetos a moderación. Por favor, consulte los Términos de Uso del foro

procesando....