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Tratamientos novedosos para la depresión resistente y la depresión mayor con ideación suicida resistente
Durante la última década y a inicios de la reciente, después del gran avance que representó en la psicofarmacología de los años noventa la llegada de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los inhibidores selectivos de la recaptación de noreprinefina, múltiples estudios han confirmado la insuficiencia de los tratamientos actuales para alcanzar la remisión en un número importante de casos de depresión. Con los años, la persistencia de algunos síntomas en momentos dio mayor reconocimiento a algunos síndromes que fueron despertando cada día más interés. Algunos conceptos, como depresión resistente o depresión mayor con ideación suicida persistente se hicieron cada vez más frecuentes en el vocabulario de los profesionales de la salud mental y se han convertido en área de especialidad para algunos.
En años recientes ha aumentado el interés clínico y farmacéutico en encontrar estrategias para alcanzar más de 30% de casos de depresión mayor que no se resuelven con los tratamientos convencionales.
El trastorno depresivo mayor es una enfermedad debilitante común con una prevalencia de por vida de 15% a 20% y causa un deterioro funcional grave. Un tercio de los pacientes con trastorno depresivo mayor no logra una respuesta o remisión adecuada y presenta depresión resistente al tratamiento. Alrededor de 10% a 20% de los pacientes con trastorno depresivo mayor intentan suicidarse a lo largo de su vida y 3,4% de los pacientes realmente lo hace o lo intenta.
Los tratamientos con antidepresivos convencionales toman semanas en iniciar el efecto de mejora y esto se vuelve importante sobre todo en pacientes con depresión mayor con ideación suicida. Más ahora se necesitan antidepresivos con mecanismos de acción novedosos, mayor potencia, inicio de acción más rápido y efectividad en la ideación suicida.
En los últimos meses de 2020 y posterior a la indicación por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos en el tratamiento de la depresión resistente en 2019, se autoriza su uso para el tratamiento en depresión mayor con ideación suicida persistente.
En otros tratamientos, la Stanford University ha llevado durante este año un tratamiento experimental en estimulación magnética de forma acelerada, que ha mostrado resultados en más de 80% de los involucrados en un estudio dependiente del departamento de psiquiatría y ciencias de la conducta de esta universidad.
La salud mental y la digitalización de las intervenciones
Las opciones de telesalud y atención digital en teleterapia y todo tipo de aplicaciones se han disparado durante el último año. Los servicios en línea han ampliado el alcance de la salud mental a regiones remotas, han brindado nuevas oportunidades ante el estigma por la salud mental al momento de buscar tratamientos o incluso verbalizar las necesidades terapéuticas. Algunas opciones nacionales, como Contacto Joven o internacionales, como Together All han alcanzado a múltiples sectores de la comunidad con problemas de salud mental o adicciones que se convirtieron en opciones para las generaciones con mayor acceso a la virtualidad.
Aun cuando una gran parte del personal de la salud mental no había utilizado los servicios de atención virtual antes de la pandemia por el coronavirus de 2019, la gran mayoría ha encontrado facilidad al operar en la virtualidad y la opinión sobre estos servicios ha cambiado, sobre todo en la atención a poblaciones específicas.
Pese a la aceptación por la virtualidad, ha sido una rápida necesidad ante la pandemia, ha cambiado fundamentalmente la forma en que se brinda atención en la salud mental. La renuencia a aceptar la telepsiquiatría partía de la preconcepción sobre la construcción de relaciones terapéuticas y esto ha cambiado ante el potencial de aportar ayuda a un mucho mayor número de personas experimentando las consecuencias en la salud mental como producto de la pandemia de COVID-19. La salud mental digital ahora puede ser llamada únicamente salud mental.
La salud mental comunitaria y la telesalud posterior a la era de las vacunas anti-COVID-19
La pandemia de COVID-19 ha persistido durante más de un año y en este tiempo se han reconocido múltiples secuelas de complicaciones psiquiátricas, neurológicas y cardiovasculares posteriores a la COVID-19, incluidos los efectos directos e indirectos sobre el sistema nervioso central. Cada día hay más evidencia de déficits neurológicos, cognitivos y emocionales en pacientes que han padecido COVID-19 e incluso en muchos casos que no han presentado la enfermedad. Los síntomas neurológicos agudos, como la neuroinflamación, el deterioro cognitivo, la pérdida del olfato o los cambios en la percepción de este o los ictus, son efectos comunes entre las personas que han padecido esta infección.
Además el estrés asociado con las condiciones sociales a las que la pandemia nos ha sometido, el trabajo, los confinamientos, el distanciamiento social y la cuarentena también han afectado la salud mental y el estilo de vida de prácticamente todos, independientemente de la edad.
En este momento, que podemos considerar posterior a un parteaguas tras la aparición, distribución y administración de las vacunas, aún existen incertidumbres ante los efectos a largo plazo.
La pandemia ha evidenciado múltiples factores que contribuyen al deterioro de la salud mental de las personas, tanto antes, durante y después de la administración de la vacuna. De la misma manera, aparecieron conceptos cada día más importantes, como los determinantes sociales de la salud mental y su impacto en las poblaciones menos favorecidas.
Tratamientos psicodélicos para los trastornos mentales
La investigación sobre el uso de psicodélicos como fármacos ha sido cada vez más creciente y aun cuando no son legales, gozan de gran aceptación. Un estudio de 2021 en JAMA Psychiatry concluyó que "la terapia asistida por psilocibina era eficaz para producir efectos antidepresivos importantes, rápidos y sostenidos en pacientes con trastorno depresivo mayor". Igualmente, New England Journal of Medicine concluyó que los pacientes con trastorno depresivo mayor de moderado a grave que recibieron tratamiento con psilocibina están tan bien o mejor a las seis semanas, que los pacientes que recibieron escitalopram; Nature mostró que "la terapia asistida por 3,4-metilendioximetanfetamina es altamente eficaz en personas con trastorno de estrés postraumático grave y el tratamiento es seguro y está bien tolerado". También se han realizado muchos estudios sobre esketamina como tratamiento para la depresión resistente al tratamiento.
En el terreno de los cuidados paliativos estos tratamientos pueden ayudar a las personas a superar su miedo a la muerte y pueden ayudar a que el proceso de morir sea una experiencia más significativa y espiritual.
La educación y el trabajo a distancia y sus consecuencias
Desde el 11 de marzo de 2020 muchos de nuestros hábitos y costumbres han cambiado. La vida diaria no es como era en ningún aspecto: seguridad alimentaria, economía global, educación, trabajo, turismo, hospitalidad, deportes y ocio, sexo, violencia doméstica, salud mental, contaminación. Dos puntos han sido importantes en particular: el desarrollo la educación y el trabajo a distancia. Mucho se ha hablado del impacto en la salud mental de ambas situaciones, sin embargo, los resultados de estas intervenciones serán de trascendencia mayor para el desarrollo de las situaciones de emergencia en el futuro.
La educación a distancia en línea se ha convertido en la tendencia mundial desde la pandemia, sin embargo, se han vuelto un reto aun mayor para aquellos países de conectividad pobre, convirtiendo en un factor más de desigualdad y dificultando o imposibilitando el acceso a la comunicación. Además se ha relacionado con un incremento de ansiedad, estrés y ausentismo.
La importancia de la prevención del comportamiento suicida
El suicidio es una de las principales causas de muerte con devastadores costos emocionales y sociales, es generalmente prevenible y es un problema crítico de salud pública mundial. La pandemia de COVID-19 representa claras amenazas para el bienestar mental de la mayoría y puede ser un factor importante que afecte a otros factores ya conocidos como de riesgo para el comportamiento suicida. Desarrollar estrategias preventivas tanto para estos factores como para otros prepandémicos relacionados al comportamiento suicida puede a traves de estrategias dirigidas a poblaciones específicas y en distribución a través de intervenciones interestructurales puede ayudarnos a mitigar los cambios que la pandemia ha generado para el riesgo de suicidio.
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Citar este artículo: Lo mejor en psiquiatría de 2021 - Medscape - 24 de dic de 2021.
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