Las guías internacionales elaboradas para ayudar a los no especialistas a diagnosticar alergia a la proteína de leche de vaca conducen a los médicos a atribuir los síntomas normales de los lactantes a la alergia a la proteína de leche de vaca y dan lugar a un sobrediagnóstico, afirman los autores de un estudio publicado en la versión electrónica de Clinical & Experimental Allergy.[1]

Dra. Rosie Vincent
La autora principal, Dra. Rosie Vincent de Ciencias de la Salud de la Población en la University of Bristol en Bristol, Reino Unido, dijo a Medscape Noticias Médicas que su estudio muestra que los síntomas enumerados en las guías internacionales sobre alergia a la proteína de leche de vaca en atención primaria (iMAP) como indicativos de alergia a la leche no mediada por inmunoglobulina E (IgE) son muy comunes en el primer año de vida del lactante. Algunos ejemplos son vómito, regurgitación de leche, deposiciones blandas o más frecuentes, cólicos e irritabilidad.
Los resultados proceden de un análisis secundario de los datos de 1.303 lactantes del estudio EAT, un ensayo controlado aleatorizado y basado en la población de Reino Unido en el que se analizó si la introducción de alimentos alergénicos en la dieta del lactante reducía el riesgo de desarrollar una alergia a esos alimentos.
Una muestra de lo común que son los síntomas en las guías (publicadas en 2017 y 2019) en todos los lactantes, es que para casi tres cuartas partes (74%) de los participantes se informó de al menos dos síntomas leves a moderados y para 9% se informó de al menos dos síntomas graves en por lo menos un mes entre los 3 y 12 meses de edad. No se contó con datos sobre los lactantes menores de 3 meses.
Sin embargo, se cree que la prevalencia de la alergia a la proteína de leche de vaca mediada por inmunoglobulina E es inferior a 1% en los lactantes de países europeos, señala el estudio.
En el estudio, 25% de las familias declararon dos o más síntomas leves-moderados de alergia a la proteína de leche de vaca no mediada por inmunoglobulina E y 1,4% declararon síntomas graves cada mes entre los 3 y 12 meses de edad.
"Estos síntomas alcanzaron un máximo de 38% con al menos dos síntomas leves-moderados y 4,3% con un mínimo de dos síntomas graves a los 3 meses, cuando los participantes no consumían directamente leche de vaca", puntualizó la Dra. Vincent.
Los investigadores afirman que a los 6 meses no había diferencias significativas en la proporción de niños con un mínimo de dos síntomas entre los que consumían y los que no consumían leche de vaca.
Consecuencias del diagnóstico incorrecto
El sobrediagnóstico de alergia a la leche de vaca puede dar por resultado costos adicionales, pruebas innecesarias y menos lactancia natural, dijo.
La proteína de la leche de vaca se encuentra habitualmente en las fórmulas infantiles o en los alimentos que contienen leche.
Los autores señalan que "en la leche materna se encuentran pequeños niveles de lactoglobulina. Sin embargo, las cantidades están por debajo del umbral que puede desencadenar una reacción en más de 99% de los lactantes con alergia a la leche de vaca mediada por inmunoglobulina E".
Es probable que los diagnósticos incorrectos se traduzcan en un aumento de las prescripciones de fórmulas especializadas injustificadas, con un mayor costo para el paciente y los sistemas asistenciales, y en el uso de pruebas de alergia no validadas, dijo la Dra. Vincent.
La especialista añadió que incluso la sugerencia de que la proteína de la leche de vaca suministrada a través de la leche materna podría estar induciendo síntomas podría llevar a una madre a suspender la lactancia.
Los autores también señalan que, al revisar las guías recientes sobre la alergia a la proteína de leche de vaca, "tres de nueve guías sobre este tipo de alergia fueron patrocinadas directamente por los fabricantes de fórmulas o consultores de comercialización y 81% de todos los autores de las guías informaron de un conflicto de interés con los fabricantes de fórmulas lácteas.

Dra. Heather Cassell
La Dra. Heather Cassell, especialista en alergia e inmunología pediátrica de Banner Health y profesora asociada de pediatría en el University of Arizona College of Medicine en Tucson, Estados Unidos, dijo a Medscape Noticias Médicas que los conflictos de interés en la investigación y las guías sobre la alergia a la leche han sido un problema de larga duración.
Dijo que históricamente ha habido una gran presión para "que las personas que pueden costear la fórmula paguen por ella. Esto fue 100% comercializado por las compañías fabricantes de fórmulas".
"Las empresas que producen fórmulas nos traen muestras para animar a los pediatras a utilizar la fórmula antes de tiempo si estamos preocupados por una alergia a la proteína de la leche", explicó la Dra. Cassell.
En cuanto al sobrediagnóstico de la alergia a la proteína de leche de vaca, dijo que la reintroducción de la leche de vaca más tarde es una forma de mejorar el diagnóstico para ver si el niño ya no tiene una reacción. Sin embargo, señala que en este estudio solo 21% de los padres reintrodujeron la leche de vaca.
"Realmente debería estar más cerca de 100% con excepción de los lactantes que tienen síntomas graves", analizó la Dra. Cassell. "No se quiere impedir que un bebé progrese con su dieta".
La especialista indicó que las familias y los médicos tienen que mirar varias pistas contextuales antes de llegar a una etiqueta de alergia a la leche.
"No se trata solo del reflujo, no se trata solo de que el bebé regurgite. Los lactantes que están satisfechos regurgitan y no hay nada que hacer porque con el tiempo dejará de hacerlo", subrayó la Dra. Cassell.
Agregó que una irritabilidad importante y presencia de sangre en las heces podría justificar una mayor preocupación. "Creo que hay que hacer hincapié en volver a probar la comida en otra ocasión", sugirió.
La Dra. Vincent señaló que no existe una prueba rápida o fácil para diagnosticar la alergia a la leche de vaca no mediada por inmunoglobulina E.
"Necesitamos más investigación para identificar qué síntomas tienen más probabilidades de apuntar a un diagnóstico", dijo.
Aunque los investigadores utilizaron las guías internacionales sobre alergia a la proteína de leche de vaca en atención primaria, afirman que es probable que los resultados apliquen a otras guías sobre alergia a la proteína de leche de vaca, ya que enumeran síntomas y signos similares.
El estudio fue financiado por la Society of Atopic Dermatitis. La Dra. Vincent ha declarado recibir un premio de beca para investigación de tres meses de parte de Pfizer y apoyo de la NIHR School for Primary Care Research. Las declaraciones de conflictos de intereses de los demás autores están disponibles en el texto completo. La Dra. Cassell refirió que la University of Arizona School of Medicine es un centro para estudios donde se evalúa un parche para ayudar al diagnóstico de alergia a la proteína de la leche en lactantes.
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CRÉDITO
Imagen principal: Getty Images
Figura 1: Dra. Rosie Vincent
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Citar este artículo: Las guías sobre alergia del lactante a la proteína de la leche de vaca propician el sobrediagnóstico - Medscape - 21 de dic de 2021.
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