Los pacientes con fibrilación auricular tienen más riesgo de padecer nefropatía crónica y los hallazgos clínicos comunes en los pacientes con nefropatía crónica (p. ej., hipertrofia del ventrículo izquierdo, fibrosis miocárdica o crecimiento de la aurícula izquierda) se asocian al desarrollo de fibrilación auricular. Esta relación bidireccional puede atribuirse a factores de riesgo compartidos, como edad avanzada, hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares e inflamación.[1,2]
Se estima que la prevalencia de la fibrilación auricular en pacientes con nefropatía crónica fluctúa entre 12% y 18%, en comparación con 7% y 8% de la población general mayor de 65 años y sigue siendo elevada (11,6%) en los pacientes con nefropatía crónica en diálisis.[3,4] Por el contrario, la nefropatía crónica está presente en 40% a 50% de los pacientes con fibrilación auricular.
El tratamiento anticoagulante en la fibrilación auricular está bien establecido en la población general. En la nefropatía crónica el riesgo de ictus isquémico al igual que de hemorragia aumenta progresivamente a medida que disminuye la función renal, lo que añade más complejidad a la decisión de iniciar la anticoagulación.[5] ¿Cuánto sabe sobre estas patologías? Evalúe sus conocimientos con nuestro Mini-examen clínico.
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Citar este artículo: Mini-examen clínico: Fibrilación auricular y nefropatía crónica - Medscape - 31 de marzo de 2022.
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