Mini-examen clínico: Tratamiento de la hemorragia en pacientes con anticoagulantes

Dra. Cecilia Bahit; Dr. Reinaldo Hamamoto

Conflictos de interés

28 de marzo de 2022

Según el American College of Cardiology (ACC), una hemorragia grave es aquella que afecta a un lugar crítico, provoca inestabilidad hemodinámica, lleva a una disminución de la hemoglobina ≥ 2 g/dl o requiere ≥ 2 unidades de transfusión de eritrocitos.[2]

La evaluación de la gravedad de la hemorragia en los pacientes tratados con anticoagulantes es crucial para la toma de decisiones sobre el tratamiento a fin de lograr la hemostasia y preservar la función de los órganos.[2] Durante la evaluación inicial deben realizarse una anamnesis y una exploración física dirigidas, con obtención de los signos vitales y evaluación de laboratorio, para determinar el momento de inicio, la ubicación, la gravedad de la hemorragia y si esta se encuentra activa.

La evaluación de la inestabilidad hemodinámica debe hacerse rápidamente y repetirse con frecuencia. Otros aspectos que hay que tener en cuenta son la hora de administración de la última dosis del anticoagulante y si hubo una sobredosis. Se deben indagar las comorbilidades y los tratamientos concomitantes que también podrían contribuir a la hemorragia (p. ej., trombocitopenia, uremia, enfermedades hepáticas y tratamiento antiagregante plaquetario).[1,3,6]

Las hemorragias que afectan la función de un órgano, como la hemorragia intracraneal y otras hemorragias del sistema nervioso central (p. ej., intraocular, espinal), al igual que otras como el taponamiento pericárdico, la epistaxis posterior, el hemotórax, la hemorragia intraabdominal y la hemorragia retroperitoneal, se consideran hemorragias en lugares críticos.[1,3,4,5,6]

Para más información sobre la tromboembolia venosa, lea aquí.

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