Estado actual del manejo del dolor neuropático en España

Carlos Sierra

Conflictos de interés

10 de diciembre de 2021

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En el seminario Dolor Neuropático: uniendo lazos en el manejo del dolor neuropático, realizado el 23 de noviembre en la LXXIII Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), los expertos en dolor neuropático el Dr. Ancor Serrano, del Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario de Bellvitge en Barcelona, la Dra. Belia García, del Servicio de Neurofisiología del mismo centro hospitalario y la Dra. Montserrat González, del Servicio de Neurología, Hospital Universitario de Canarias en Tenerife, hicieron un recorrido sobre cómo manejar este tipo de dolencia.[1]

El dolor neuropático es el dolor que surge como consecuencia directa de una lesión o enfermedad del sistema somatosensorial. Engloba por lo tanto a un amplio rango de dolores que se manifiestan con una gran variedad de síntomas diferentes, estimándose una prevalencia mundial entre un 7% y un 10%.[2] Estos datos permiten intuir la magnitud del problema, pero no el impacto real de este problema de salud pública. Una vez diagnosticado, los tratamientos disponibles son poco efectivos. Según un estudio de 2012, después de 12 meses de tratamiento el 57% de los pacientes no muestran mejoría, llegando el 18% a empeorar.[3]

El tratamiento fuera de guía del dolor neuropático

El Dr. Ancor Serrano, en su ponencia Presentación del nuevo consenso de tratamientos fuera de guía para el dolor neuropático del grupo de trabajo de dolor neuropático de la Sociedad Española del Dolor, expuso las razones por las que es necesario el establecimiento de un consenso terapéutico para mejorar el tratamiento de esta enfermedad.

Como ya se mencionó al comienzo de este mismo artículo, la efectividad de los tratamientos disponibles es baja, la mayoría de los pacientes no mejoran después de un año de tratamiento, lo que implica un alto impacto en su calidad de vida. Además de tener una baja efectividad, estos tratamientos provocan la aparición de un amplio espectro de efectos secundarios como mareos, náuseas, estreñimiento, cefaleas, etc., lo que realimenta la rueda de la disminución de la calidad de vida. Esto es así principalmente porque "las recomendaciones actuales de tratamiento son antiguas, siendo la más reciente de 2015, ya que en los últimos años, a pesar de haberse realizado ensayos clínicos con varios fármacos, no han salido tratamientos nuevos porque ninguno de los ensayos llegó, por diversas razones, a buen puerto", justificó el Dr. A. Serrano.[4]

Por ello, una de las opciones farmacológicas que se están probando es la de los tratamientos fuera de indicación, es decir, aquellos que no están recomendados por ninguna de las guías existentes. Ejemplos de estos tratamientos pueden encontrarse en la encuesta, publicada en 2021, que la Sociedad Española del Dolor (SED) llevó a cabo entre sus socios en 2019.[5] "Los resultados fueron muy sorprendentes, ya que nos encontramos que un porcentaje importante de pacientes que recibían estos tratamientos sin el respaldo de ningún ensayo clínico que avalase su utilidad para dolor neuropático, llegando a haber casos donde el único soporte eran estudios pre-clínicos", explicó el miembro de la SED. Por lo tanto, es necesario el desarrollo de un nuevo consenso por seguridad clínica y jurídica, "no es aceptable que expertos de un mismo campo utilicen estrategias diferentes entre sí", continuó el Dr. Serrano.

Para buscar este consenso se utilizó el método prospectivo Delphi. Se planearon 39 preguntas relacionadas con diferentes aspectos del tratamiento del dolor neuropático a las que respondieron 44 profesionales. Después de las dos rondas de las que consta el método Delphi se alcanzó un acuerdo (más del 80% estaban de acuerdo o en desacuerdo) en 34 respuestas, mientras que en las restantes hubo disparidad de opiniones que impidieron que se alcanzara el consenso.

Diagnóstico del dolor neuropático mediante el Test Sensorial Cuantitativo

La Dra. Belia García, en su presentación Revisión del QST (Test Sensorial Cuantitativo) como prueba diagnóstica del dolor en la práctica clínica, explicó cómo el Test Sensorial Cuantitativo, un conjunto de pruebas psicofísicas que permiten evaluar de forma integral el sistema nociceptivo y obtener información más objetiva de cómo se percibe el dolor, pueden ser una herramienta útil para el diagnóstico del dolor neuropático. Sin embargo "hay que ser consciente de que los resultados obtenidos con el Test Sensorial Cuantitativo no son en sí mismos diagnósticos, deben ser interpretados en un contexto clínico y, si es posible, junto con otras prácticas complementarias cuyos datos sean independientes de la cooperación del paciente", aclaró la experta en dolor del Hospital de Bellvitge.

Es por lo tanto una herramienta que resulta difícil de usar en la práctica clínica, por lo que, de nuevo, nos encontramos con la necesidad de documentos de consenso, como, por ejemplo, el salido de la Conferencia de Consenso de Barcelona de 2009, o el más reciente de 2020.[6,7]

Impacto de la COVID-19 en el dolor neuropático

Por último, la Dra. Montserrat González en su presentación COVID-19, patologías neurológicas periféricas y dolor neuropático. Análisis del Registro COVID de la Sociedad Española de Neurología, detalló cómo la COVID-19, entre su multitud de efectos secundarios, también está impactando en la situación del dolor neuropático.

Para ello, es necesario hacer una primera diferenciación entre individuos con una patología neurológica previa a la infección por SARS-CoV-2 y aquellos que desarrollaron una enfermedad neurológica como consecuencia de haber padecido la COVID-19. En esta segunda categoría los datos actuales muestran que un 2,3% de los pacientes que han necesitado hospitalización por la COVID-19 desarrollaron dolor neuropático.[8] Esta dolencia adquirida puede deberse, tal y como recopiló un estudio de 2021, a un amplio espectro de causas, entre las que destacan la permanencia prolongada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), haber sufrido ictus o daños por anosmia y ageusia.[9] Sin embargo, estos datos hay que tomarlos con cautela, ya que "es muy probable que el diagnóstico de dolor neuropático esté infravalorado por varios motivos, principalmente porque el neurólogo no asocie esta dolencia con el hecho de que la persona haya pasado previamente la COVID-19", concluyó la Dra. Montserrat González.

Este contenido fue originalmente publicado en Univadis, parte de la Red Profesional de Medscape.

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