Un nuevo estudio a gran escala señala que existe una relación inversa significativa entre las concentraciones de 25-hidroxivitamina D (25[OH]D) circulante y la mortalidad por todas las causas, pero solo en personas con deficiencia de vitamina D.[1]
En un análisis de aleatorización mendeliana, los datos de más de 380.000 participantes recopilados en 35 estudios mostraron que en general no existe una relación significativa entre las concentraciones de 25-hidroxivitamina D, un indicador clínico del estado de la vitamina D y la incidencia de cardiopatía isquémica, ictus o fallecimiento por cualquier causa.
Sin embargo, Stephen Burgess, Ph. D. y sus colaboradores demostraron que en individuos con deficiencia de vitamina D cada incremento de 10 nmol/l en las concentraciones de 25-hidroxivitamina D reducía 31% el riesgo de mortalidad por cualquier causa.
El estudio, publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology, también indica que hubo un vínculo no significativo entre las concentraciones de 25-hidroxivitamina D e ictus y cardiopatía isquémica, pero de nuevo solo en personas con deficiencia de vitamina D.
En un editorial adjunto, el Dr. Guillaume Butler-Laporte y el Dr. J. Brent Richards elogiaron a los investigadores por la metodología de su estudio.[2]
Añadieron que los resultados "podrían tener consecuencias importantes para la salud pública y el ámbito clínico y permitirán a los médicos sopesar mejor los beneficios potenciales y riesgos de la suplementación, como el costo financiero, para una mejor atención al paciente, en particular en aquellos con una deficiencia franca de vitamina D".
"Dado que la deficiencia de vitamina D es relativamente frecuente y la suplementación de vitamina D es inocua, existe la justificación para evaluar el efecto de la suplementación de vitamina D en personas con deficiencia en estudios aleatorizados controlados a gran escala", destacaron.
Sin embargo, el Dr. Butler-Laporte y el Dr. Richards, del Lady Davis Institute, Jewish General Hospital, en Montreal, Canadá, también señalaron que el estudio tiene varias limitaciones, incluido el hecho de que la exposición en el curso de la vida a niveles de vitamina D más bajos captada por la aleatorización mendeliana puede dar por resultado magnitudes de efecto más grandes que en los estudios habituales.
Los ensayos aletorios controlados previos no tenían la suficiente potencia
"Hay varios mecanismos potenciales por los que la vitamina D podría proteger contra la mortalidad de origen vascular, incluidos los mecanismos que relacionan los bajos niveles de vitamina D con hiperparatiroidismo y las bajas concentraciones de calcio y fosfato en suero", afirmó Burgess, de la Unidad de Bioestadística del MRC, University of Cambridge, en Cambridge, Reino Unido, y sus colaboradores.
También resaltaron que la vitamina D "está implicada además en la función de la célula endotelial" y afecta a la transcripción de genes vinculados con la división celular y la apoptosis, lo que proporciona "mecanismos potenciales que implican a la vitamina D en el cáncer".
Los investigadores señalaron que aun cuando los estudios epidemiológicos "sistemáticamente" han mostrado un vínculo entre los niveles de 25-hidroxivitamina D y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, mortalidad por todas las causas y otras enfermedades crónicas, en varios estudios grandes sobre la suplementación de vitamina D se han comunicado "resultados nulos".
Sin embargo, plantearon que muchos de estos estudios han inscrito a individuos "independientemente de su concentración inicial de 25-hidroxivitamina D" y no han tenido la suficiente potencia para detectar los efectos de la suplementación.
Para superar estas limitaciones el equipo recopiló datos del UK Biobank, el estudio European Prospective Investigation Into Cancer and Nutrition Cardiovascular Disease (EPIC-CVD), 31 estudios de la Vitamin D Studies Collaboration (VitDSC) y dos estudios poblacionales de Copenhague.
En primer lugar, realizaron un estudio observacional que incluyó 384.721 individuos del UK Biobank y 26.336 del EPIC-CVD, que tenían una medición válida de 25-hidroxivitamina D y no padecían ninguna enfermedad cardiovascular previamente documentada al inicio del estudio.
Los investigadores también incluyeron 67.992 participantes de los estudios VitDSC que no tenían ninguna enfermedad cardiovascular documentada con anterioridad. Analizaron las concentraciones de 25-hidroxivitamina D, los factores de riesgo cardiovascular habituales y la morbimortalidad cardiovascular mayor utilizando datos individuales de los participantes.
Los resultados mostraron que a bajas concentraciones de 25-hidroxivitamina D, existía una asociación inversa entre esta y la incidencia de cardiopatía isquémica, ictus y mortalidad por todas las causas.
A continuación el equipo llevó a cabo un análisis de aleatorización mendeliana en 333.002 individuos del UK Biobank y 26.336 del EPIC-CVD que eran de ascendencia europea y tenían tanto una medición válida de 25-hidroxivitamina D como datos genéticos que superaban los pasos de control de calidad.
También se incluyó la información de 31.362 participantes en los estudios poblacionales de Copenhague, lo que representó un total de 386.406 individuos, de los cuales 33.546 tuvieron cardiopatía coronaria, 18.166 sufrieron ictus y 27.885 fallecieron.
La media de edad de los participantes oscilaba entre 54,8 y 57,5 años y entre 53,4% y 55,4% eran mujeres.
Hasta 7% de los participantes en el estudio tenía deficiencia de vitamina D
El análisis de 25-hidroxivitamina D indicó que 3,9% de los participantes en el UK Biobank y 3,7% de los participantes en el estudio de Copenhague tenían deficiencia, en comparación con 6,9% en el EPIC-CVD.
En toda la gama de concentraciones de 25-hidroxivitamina D no hubo una asociación significativa entre los niveles de 25-hidroxivitamina D previstos genéticamente y la cardiopatía, el ictus o la mortalidad por todas las causas.
Sin embargo, al restringir el análisis a los individuos con deficiencia de vitamina D (concentración de 25-hidroxivitamina D < 25 nmol/l) se observó una "sólida evidencia" de una asociación inversa con la mortalidad por todas las causas, con un odds ratio (OR) por cada 10 nmol/l de aumento de la concentración de 25-hidroxivitamina D previsto genéticamente de 0,69 (p < 0,0001), señaló el equipo.
También hubo asociaciones no significativas entre los niveles de deficiencia y cardiopatía isquémica (OR: 0,89; p = 0,14) e ictus (OR: 0,85; p = 0,09).
Otros análisis indican que la asociación entre las concentraciones de 25-hidroxivitamina D y la mortalidad por todas las causas tiene una "clara forma de umbral", dicen los investigadores, con datos de una asociación inversa en concentraciones inferiores a 40 nmol/l y asociaciones nulas por encima de ese umbral.
Sin embargo, reconocieron que su estudio tiene varias limitaciones potenciales, incluido el supuesto en su aleatorización mendeliana de que la "única vía causal de las variantes genéticas al resultado es a través de las concentraciones de 25-hidroxivitamina D".
Además las variantes genéticas pueden afectar las concentraciones de 25-hidroxivitamina D de forma diferente a la "suplementación dietética u otras intervenciones clínicas".
También reconocieron que su estudio se limitó a participantes de mediana edad de ascendencia europea, lo que significa que los resultados "podrían no ser aplicables a otras poblaciones".
El estudio fue financiado por la British Heart Foundation, el Medical Research Council, el National Institute for Health Research, Health Data Research UK, Cancer Research UK y la International Agency for Research on Cancer. Burgess ha declarado no tener ningún conflictos de interés económico pertinente. Las declaraciones de conflictos de los demás autores están enumeradas en el artículo.
Para más contenido siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
CRÉDITO
Imagen principal: iStock/Getty Images
Medscape Noticias Médicas © 2021 WebMD, LLC
Citar este artículo: ¿Beneficia la vitamina D solo a quienes tienen deficiencia? - Medscape - 7 de dic de 2021.
Comentario