
Dr. Francisco Tinahones/Fuente: SEEDO
"Estamos ante la que quizá sea una de las pandemias más relevantes del siglo XXI, teniendo en cuenta que en la mayoría de los países esta patología presenta una prevalencia superior a 20%, lo que significa que uno de cada cinco ciudadanos la padece. Más allá de las cuestiones estéticas a las que suele estar asociada, esto convierte a la obesidad en una de las enfermedades más importantes a la que se enfrentan todos los sistemas públicos de salud. Además tiene un impacto que va 'de la cabeza a los pies', porque prácticamente todos los órganos se ven afectados por el exceso de peso", comentó el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, Dr. Francisco Tinahones, durante la presentación del congreso.

Dr. Albert Lecube/Fuente: SEEDO
El Dr. Albert Lecube, vicepresidente de la sociedad, aludió al importante cambio de "percepción" de esta patología que se ha producido en los últimos tiempos como consecuencia de los hallazgos sobre sus causas y factores implicados, entre otros y al reto que este nuevo rol supone para todos los especialistas implicados en su abordaje: "Durante mucho tiempo la obesidad se ha considerado como una enfermedad muy 'simple', basada en cierta medida en la ecuación: 'Tanto se ingiere, tanto se gasta, tanto peso se gana'. Y este enfoque ha contribuido a la disminución del interés de los profesionales respecto a ella, pero hoy sabemos que se trata de una patología mucho más compleja, lo que a su vez aumenta su 'atractivo' desde el punto de vista científico. Por parte de la SEEDO estamos intentando suscitar este interés entre los profesionales más jóvenes, con el objetivo de que les resulte una patología 'excitante' para investigar".
Paciente con obesidad y COVID-19: paradigma de afectación
El Dr. Tinahones señaló que una de las situaciones que ha puesto de manifiesto el impacto que tiene la obesidad a nivel orgánico ha sido la enorme trascendencia que ha tenido la COVID-19 en estos pacientes, siendo el exceso de peso uno de los factores más inequívocamente asociados a la gravedad y mortalidad de los pacientes infectados y también constatándose un importante aumento de peso entre la población española como consecuencia de los periodos de confinamiento durante la pandemia.
"Las evidencias científicas son contundentes respecto al hecho de que los pacientes con obesidad que se enferman de COVID-19 tienen peor pronóstico, mucho más riesgo de necesitar hospitalización y de ingresar en unidades de cuidados intensivos y registran tasas más altas de mortalidad. Esto que ocurre con el SARS-CoV-2 es algo que ya habíamos visto, por ejemplo, con la influenza común, que es mucho más dañina en los pacientes con obesidad", apuntó el Dr. Tinahones.
Este nexo COVID-19-obesidad ha sido ampliamente abordado en distintos foros en el marco del congreso, en los que se hizo un repaso de los últimos hallazgos que permiten conocer mejor la enfermedad y justifican por qué la obesidad supone un factor de riesgo de desarrollar infección por COVID-19 de forma más grave y también su impacto en la salud física y mental y en la evolución de las personas con obesidad durante y tras la infección, así como sus implicaciones en los sistemas de salud.
Por otro lado y al margen de la relación o impacto no solo con la COVID-19, sino también con otras muchas patologías, los especialistas mostraron su preocupación por las elevadas cifras actuales de obesidad, las cuales ponen sobre la mesa la necesidad urgente de adoptar medidas y nuevos enfoques de abordaje.
"En el caso concreto de España, 40% de los niños presenta peso no saludable (sobrepeso y obesidad), algo que prácticamente se repite en todos los países de nuestro entorno, mientras que en los adultos la cifra supera 60%, un porcentaje del que 23% a 24% corresponde a obesidad", comentó el Dr. Tinahones, quien definió las previsiones de futuro al respecto como nada halagüeñas "si nos atenemos a los estudios que apuntan a que de seguir la tendencia actual, el sobrepeso y la obesidad alcanzarán a 60% de la población mundial en los próximos años. Ello implica invertir tanto en la prevención como en el tratamiento de esta enfermedad, sobre todo teniendo en cuenta sus comorbilidades a largo plazo".
Transversalidad, sinergia multidisciplinar y estrategias bien definidas
Los especialistas insistieron en la necesidad de abordar la obesidad desde una perspectiva multidisciplinaria y de establecer sinergias tanto entre todos los profesionales sanitarios implicados en su manejo como entre éstos y las instituciones y el resto de la sociedad. Asimismo, incidieron en la importancia de las políticas a tener en cuenta en la toma de decisiones en obesidad en el contexto de considerarla como una enfermedad crónica.
"La obesidad es un problema que está aquí y que desgraciadamente nos va a acompañar durante los próximos años si no somos capaces de adoptar medidas contundentes. Este reto afecta no solo al ámbito de la endocrinología, sino que también implica a otras áreas como la nutrición, la urbanística, la política e incluso la económica, con el objetivo de plantear estrategias dirigidas a prevenir y luchar contra esta pandemia", comentó el Dr. Tinahones.
"Tanto las cifras como la situación actual de la obesidad justifican que una de las estrategias prioritarias de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad sea contribuir a la elaboración de un Plan Nacional de Lucha contra la Obesidad (inexistente en España en la actualidad), que debería ser planteado de alguna manera por el Ministerio de Sanidad, avalado por las cortes y con un enfoque multifactorial", añadió el Dr. Tinahones.
Como explicaron los expertos, en la elaboración de estos planes la parte de educación es fundamental ("todavía hay mucho que hacer en la concienciación acerca de la importancia de seguir unos hábitos de vida saludable, sobre todo en la infancia", apuntó el Dr. Tinahones). Asimismo, las propias ciudades deben tener un plan de salud que favorezca la práctica de actividad física "y también habrá que plantearse gravar impositivamente las opciones menos saludables y regular la publicidad, no solo prohibiendo determinados productos sino también dando la contrarréplica a las alternativas más saludables".
"También es necesario involucrar a todos los especialistas de la salud de distintos ámbitos, que aporten el punto de vista de la nutrición, la actividad física, la pediatría, la psicología y la enfermería, entre otros, para así asegurar la transversalidad de su abordaje", indicó el Dr. Lecube.
El Dr. Tinahones agregó que de nada sirven las "pequeñas gotas en el océano, como la prohibición de anuncios de ciertos productos en una determinada franja horaria: Sin un plan estructurado de abordaje, la repercusión de las acciones puntuales sobre las tasas de obesidad tanto adulta como infantil va a ser muy baja".
En relación con esto, el Dr. Tinahones destacó que muchos países del entorno ya están involucrados en la elaboración de planes de este tipo. "En Alemania, por ejemplo, se empieza a diseñar un plan de lucha contra la obesidad y Reino Unido e Italia también plantean estrategias específicas en este sentido".
"En aquellos países en los que ya están puestas en marcha, la implantación de este tipo de planes multifactoriales está demostrando ser la única estrategia que logra revertir la curva de obesidad", añadió el Dr. Tinahones.
Reposicionar el enfoque que se tiene del paciente
"Uno de los objetivos de este congreso es dar un toque de atención tanto a las instituciones como a la sociedad en general sobre el impacto de una enfermedad que no solo es muy prevalente y afecta a prácticamente a un tercio de la población, sino que además tiene asociadas una serie de circunstancias que afectan negativamente a los que la padecen", afirmó el Dr. Lecube, quien puso el foco en tres aspectos fundamentales que caracterizan al paciente obeso y que es necesario manejar: la culpabilidad que sufren; la falta de privacidad y la discriminación que experimentan respecto a pacientes de otras patologías en cuanto a la falta de tratamientos financiados por el Sistema Nacional de Salud (SNS).
"A diferencia de otras patologías, la obesidad es muy visible y suelen ir acompañada de unos niveles altos de culpabilidad que a veces los profesionales transmitimos a los pacientes (responsabilizándolos de su situación y de la gestión que hacen de la misma), así como una discriminación y un estigma por parte de la sociedad", explicó el Dr. Lecube.
Asimismo, el Dr. Lecube insistió en la necesidad de "respetar" a estos pacientes en el sentido de facilitarles el tratamiento específico que necesitan, y puso sobre la mesa la peculiar situación que existe al respecto:
"En España hay aprobados fármacos para tratar el sobrepeso y la obesidad que no están financiados, por lo que el paciente tiene que costearlos en su totalidad, mientras que los fármacos para tratar las patologías derivadas de la obesidad sí están financiados".
Asimismo, el Dr. Tinahones calificó esta situación como paradójica: "La obesidad genera hipertensión arterial, diabetes y una larga lista de patologías, cuyos tratamientos son sufragados por los sistemas públicos y en cambio, en el caso de la obesidad, pese a disponer de tratamientos eficaces, no se cuenta con financiación".
"Es cierto que en el pasado hemos tenido fármacos poco eficaces y puede que esta circunstancia haya tenido algo que ver en este poco interés por la financiación, a lo que hay que unir que durante mucho tiempo la obesidad no ha sido considerada como una enfermedad por parte de los sistemas públicos, sino que se pensaba que era ‘responsabilidad’ del paciente. En este marco, además se da la circunstancia de que la obesidad afecta fundamentalmente a las clases menos favorecidas, ya que se sabe que su prevalencia en los rangos de menor renta es prácticamente el doble que en las rentas más altas", añadió.
Para ilustrar esta situación, el Dr. Lecube explicó que el fármaco que actualmente está disponible y que cuenta con el visto bueno de la Food and Drug Administration (FDA), la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y otras agencias reguladoras, cuesta 300 euros al mes. "Se trata de liraglutida, un agonista del receptor del péptido 1 similar al glucagón que ha demostrado reducir de forma importante el apetito y produce una sensación de saciedad muy importante. Además, se sabe que actúa sobre el tejido adiposo, favoreciendo que éste queme más grasa, siendo por tanto una opción muy efectiva en el abordaje de la obesidad".
Ese nuevo enfoque de "respeto" al paciente obeso implica también contemplar la aplicación de la medicina de precisión, al igual que se hace con los afectados por otras patologías. "En esta línea se han dado algunos pasos en los últimos años, sobre todo en lo que se refiere a abandonar la tendencia de facilitar a estos pacientes dietas estandarizadas y dirigiendo las recomendaciones en este sentido hacia pautas cada vez más individualizadas, pero aún queda camino por recorrer", concluyó el Dr. Tinahones.
Los doctores Tinahones y Lecube han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime
Figuras 1 y 2: Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO)
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Figuras 1 y 2: Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO)
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Citar este artículo: Obesidad: especialistas alertan sobre su creciente impacto clínico e instan a adoptar un enfoque más "respetuoso" del paciente - Medscape - 1 de dic de 2021.
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