CASO CLÍNICO

Aneurismas de aorta abdominal, ¿son todos iguales?

Dra. María Noelia Pérez; Dr. Ignacio Martín Bluro

Conflictos de interés

2 de noviembre de 2021

COLABORACIÓN EDITORIAL

Medscape &

En 1972, Walker y sus colaboradores describieron los aneurismas de aorta abdominal de tipo inflamatorio, caracterizados por:[7]

  1. Engrosamiento de la pared de la aorta.

  2. Fibrosis perianeurismática y retroperitoneal.

  3. Adherencias densas de estructuras adyacentes.

La fisiopatología de los aneurismas de aorta abdominal inflamatorios no está del todo clara, sin embargo, procesos autoinmunes parecerían estar involucrados en la patología de los mismos. Con base en estudios inmunológicos se les puede clasificar en relacionados a inmunoglobulina G4 y no relacionados a inmunoglobulina G4.[8] Se estima que la prevalencia de los aneurismas de aorta abdominal inflamatorios es de 2% a 10% de todos los aneurismas aórticos abdominales y que más de la mitad de los aneurismas de aorta abdominal inflamatorios estarían asociados a un aumento de inmunoglobulina G4.[9,10]

La enfermedad relacionada con inmunoglobulina G4 es una entidad clínico-patológica de reciente descripción que presenta un amplio espectro de manifestaciones clínicas. Se caracteriza por la presencia de lesiones tumefactas, un infiltrado denso linfoplasmacítico con abundantes células plasmáticas positivas para inmunoglobulina G4, fibrosis, flebitis obliterativa y frecuentemente concentraciones séricas de inmunoglobulina G4 elevadas. La prevalencia e incidencia de la enfermedad son poco conocidas y probablemente estén subestimadas.[11]

La primera descripción de esta entidad se realizó en el año 2001 en un paciente con pancreatitis autoinmune.[12] En el año 2003 se definió como una nueva entidad clinicopatológica con afectación sistémica y en 2012 se propuso el término de enfermedad relacionada con inmunoglobulina G4.[13]

La periaortitis por inmunoglobulina G4 afecta principalmente la aorta abdominal, especialmente la región infrarrenal y las arterias iliacas, mientras que el segmento suprarrenal suele estar intacto. La aorta torácica puede verse afectada, pero es menos común.[14]

Las imágenes desempeñan un papel importante en el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad, ya que no siempre es posible realizar biopsia del tejido afectado. Se han utilizado varias modalidades de imagen para el diagnóstico y seguimiento de la afectación aórtica por inmunoglobulina G4: ecografía, tomografía computarizada, resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones con fluoro-D-glucosa.[15]

Comentario

3090D553-9492-4563-8681-AD288FA52ACE
Los comentarios están sujetos a moderación. Por favor, consulte los Términos de Uso del foro

procesando....