Cazadores de mitos: ¿este alimento causa cáncer?

Diana Kwon

Conflictos de interés

28 de octubre de 2021

Internet está repleto de recomendaciones sobre qué agregar o eliminar de su dieta para evitar el cáncer. Coma brócoli. Beba té verde. Elimina el azúcar. No cocine demasiado la comida. Pero ¿con qué frecuencia se mantienen estas afirmaciones? ¿Existen realmente superalimentos que pueden prevenir el cáncer o alimentos malos que pueden causar o empeorar la enfermedad?

La nutrición juega un papel importante en nuestra salud en general y una mala alimentación puede influir en nuestras posibilidades de desarrollar cáncer. Según la American Cancer Society, aproximadamente 1 de cada 5 cánceres en Estados Unidos y aproximadamente 1 de cada 6 fallecimientos por cáncer pueden estar relacionados con una mala nutrición, sobrepeso, falta de ejercicio o alcohol.[1] La American Cancer Society recomienda hábitos alimenticios saludables, que incluyen muchas verduras, frutas y cereales integrales, además de limitar las carnes rojas, las bebidas azucaradas, los alimentos ultraprocesados y los cereales refinados.

Pero ¿cómo afecta nuestro riesgo de cáncer un alimento específico o un tipo de alimento? Aquí está la evidencia, o la falta de evidencia, detrás de algunas de las afirmaciones dietéticas más populares relacionadas con el cáncer.

La afirmación: el azúcar estimula el crecimiento de tumores

Todas las células de nuestro cuerpo, incluidas las cancerosas, utilizan moléculas de azúcar, también conocidas como carbohidratos, como su principal fuente de energía. Pero esa no es la única fuente de combustible para nuestras células. Las células pueden utilizar otros nutrientes, como proteínas y grasas, para crecer.

No tenemos evidencia de que simplemente eliminar el azúcar de su dieta evite que las células cancerosas se propaguen. "Si las células cancerosas no obtienen azúcar, comenzarán a descomponer otros componentes de otras reservas de energía dentro del cuerpo", señaló Carrie Daniel-MacDougall, Ph. D., maestra en salud pública, epidemióloga nutricional del MD Anderson Cancer Center, en Houston, Estados Unidos, y directora del MD Anderson's Bionutrition Research Core.

Sin embargo, los científicos están investigando si ciertas dietas pueden ayudar a retardar el crecimiento de los tumores. Por ejemplo, algunas pruebas preliminares de ensayos en roedores y seres humanos muestran que la dieta cetogénica, que es baja en carbohidratos y alta en grasas, puede ayudar a retardar el crecimiento de algunos tipos de tumores, como los del recto, cuando se combina con tratamientos contra el cáncer como radiación y quimioterapia.[2,3]

Aunque no entienden exactamente cómo podría funcionar esto, los expertos tienen algunas hipótesis.

Las dietas cetogénicas son buenas para reducir los niveles de insulina, una hormona que ayuda a nuestras células a absorber el azúcar, y la investigación en ratones muestra que los niveles altos de insulina pueden debilitar la capacidad de ciertas terapias para retardar el crecimiento tumoral, según el Dr. Neil Iyengar, oncólogo del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, en Nueva York, Estados Unidos.[4] "Nosotros y algunos más estamos estudiando las dietas cetogénicas para esos tipos de tumores en ensayos clínicos. Pero una dieta cetogénica es probablemente uno de esos tipos de dietas que no es aplicable a la reducción general del riesgo de cáncer. Creo que es una de esas dietas que debe adaptarse a la biología del tumor".

Pero ¿qué pasa con la prevención del cáncer? Christine Zoumas, dietista registrada y directora del Programa de Alimentación Saludable del University of California San Diego Moores Cancer Center, señaló un vínculo indirecto entre comer grandes cantidades de azúcar y el riesgo de cáncer. "Cualquier cosa que tenga muchos azúcares agregados es una fuente de muchas calorías. Cuando observas las cosas que aumentan más el riesgo de cáncer, especialmente para las mujeres, es el exceso de grasa corporal".

El veredicto: reducir el azúcar no detendrá el crecimiento del cáncer, pero la evidencia preliminar sugiere que una dieta baja en carbohidratos podría mejorar la efectividad de ciertos tratamientos contra el cáncer.

La afirmación: comer alimentos demasiado cocidos o quemados causa cáncer

Cuando se cocinan a altas temperaturas, algunos alimentos, en particular los carbohidratos, como el pan o las papas, liberan una sustancia química conocida como acrilamida.

"Algunos estudios han sugerido que al cocinar demasiado o quemar los alimentos se crean carcinógenos en los alimentos que potencialmente pueden dañar el cuerpo. Yo lo llamaría una hipótesis en este momento. No estoy convencido de que este sea realmente el caso", agregó el Dr. Iyengar.

Los científicos han descubierto que, en los roedores, niveles altos de acrilamida, muchas veces los que se encuentran en los alimentos, pueden causar la formación de tumores.[5] Sin embargo, los estudios en humanos han arrojado poca evidencia de que la acrilamida en los alimentos aumente el riesgo de cáncer. Cuando los investigadores examinaron grandes grupos de personas para ver si existe un vínculo entre la acrilamida y los cánceres en varias partes del cuerpo, incluidos los intestinos, los riñones, la vejiga y la próstata, la mayoría no logró encontrar un vínculo claro.[6,7,8]

En algunos casos, incluso cuando aparece una asociación potencial, como entre acrilamida y el cáncer de ovario, esa relación desaparece después de usar herramientas de medición más sólidas, como medir los niveles de acrilamida en sangre.[9,10]

Ciertos métodos para cocinar la carne, como freír, asar a la parrilla o ahumar, pueden liberar otras sustancias químicas: sustancias llamadas aminas heterocíclicas e hidrocarburos aromáticos policíclicos. Como es el caso de la acrilamida, los roedores expuestos a altos niveles de estas sustancias químicas desarrollan tumores en varios órganos.[11,12] En los seres humanos, sin embargo, la evidencia es mucho menos clara. Si bien algunos estudios sugieren que consumir sustancias químicas de las carnes cocidas puede aumentar el riesgo de ciertos cánceres, como el colorrectal o el de páncreas, otros no han informado ninguna asociación.[13,14,15]

El veredicto: la evidencia de que comer alimentos demasiado cocidos o quemados causa cáncer en los seres humanos no es concluyente ni convincente.

La afirmación: comer alimentos procesados causa cáncer

La evidencia que asocia las carnes procesadas, como el salami, la carne seca y los embutidos, con el riesgo de ciertos cánceres, en especial el cáncer colorrectal, es sólida.

En 2015 la International Agency for Research on Cancer (IARC), parte de la Organización Mundial de la Salud, clasificó las carnes procesadas como carcinógeno del grupo 1, una designación reservada para las sustancias que causan cáncer. En una declaración sobre la decisión, tomada después de que 22 expertos de 10 países analizaron cientos de estudios, la agencia señaló que esta decisión se basó en "evidencia suficiente en humanos de que el consumo de carne procesada causa cáncer colorrectal".

Al mismo tiempo, la International Agency for Research on Cancer también analizó la asociación entre las carnes rojas y el cáncer. Después de examinar cientos de estudios, el grupo concluyó que, si bien existían vínculos con el cáncer de próstata, colorrectal y de páncreas, la evidencia era limitada y clasificaba la carne roja como un "probable carcinógeno".

Algunos estudios que dan seguimiento a las personas a lo largo del tiempo sugieren que otros alimentos "ultraprocesados", como los refrescos, las sopas enlatadas y los fideos instantáneos, podrían aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.[16,17] Estos alimentos pueden contener sustancias químicas potencialmente dañinas, como acrilamida, nitratos, aminas heterocíclicas e hidrocarburos aromáticos policíclicos, pero también suelen tener un alto contenido de azúcar, sal y grasas saturadas añadidas.

Según Zoumas, la composición nutricional de estos alimentos es la causa más probable de preocupación, ya que contienen muchas calorías, lo que significa que comer demasiado puede provocar un aumento de la grasa corporal. Zoumas también señaló que es importante distinguir entre alimentos "procesados" y "ultraprocesados". La fruta cortada, lechuga en bolsa o fortificar alimentos con hierro o calcio son formas de procesar alimentos que no comprometen el valor nutricional ni agregan compuestos posiblemente cancerígenos.

El veredicto: existe un fuerte vínculo entre la carne procesada y el riesgo de cáncer. La carne roja y los alimentos ultraprocesados también pueden aumentar el riesgo de cáncer, pero la evidencia no es tan sólida.

La afirmación: algunos superalimentos pueden prevenir el cáncer

Si bien los expertos dicen que una dieta rica en alimentos de origen vegetal, como verduras, frutas y cereales integrales, puede reducir el riesgo de cáncer, advierten sobre las afirmaciones de cualquier superalimento que dice mantener a raya al cáncer.

"Hasta ahora no ha habido datos lo suficientemente sólidos como para sugerir que un alimento o producto alimenticio en particular pueda por sí mismo reducir el riesgo de cáncer o la progresión del cáncer. La nutrición es muy compleja y depende en gran medida de la sinergia dentro de la dieta total que consume, y también en el contexto de su salud metabólica general, niveles de actividad física y predisposición genética", destacó el Dr. Iyengar.

Otra consideración cuando se trata de dietas es si está comenzando una dieta antes o después de un diagnóstico de cáncer. Si bien una dieta basada en plantas puede ayudar a prevenir el cáncer en personas sanas, cuando se trata de pacientes con cáncer, hay que tener en cuenta otras consideraciones. Daniel-MacDougall señaló, por ejemplo, que no recomendaría que los pacientes con cáncer comiencen una dieta vegetariana o vegana sin hablar con un dietista especializado en cáncer. "Los pacientes con cáncer realmente necesitan pensar en apoyar su sistema inmunológico, por lo que no quiero que un paciente con cáncer comience una dieta nueva y sea deficiente en proteínas o vitamina B", destacó.

Además, no todos los cánceres o las personas son iguales, por lo que un cambio en la dieta que sea bueno o malo para una persona puede no tener el mismo efecto en todos los demás. "El tipo de intervención dietética que es óptima para un individuo variará de una persona a otra según la biología de esa persona, pero también su tipo de cáncer y en qué etapa o entorno se encuentra. Si bien existen recomendaciones generales que podemos hacer para reducir el riesgo de que una persona desarrolle cáncer, visualizo un futuro en el que tendremos los datos para respaldar recomendaciones mucho más personalizadas", añadió el Dr. Iyengar.

Recuerde que la dieta es solo una de varias cosas a considerar cuando se trata de la prevención del cáncer, e incluso las personas que comen de manera saludable pueden desarrollar cáncer, anotó Zoumas. "Si contrae cáncer y tiene un estilo de vida saludable, será más fácil iniciar un tratamiento y recuperarse y no sabe cuánto peor podría haber sido. Para quienes eligen un estilo de vida saludable, nunca es un desperdicio, y para las personas que aún no han tenido un estilo de vida saludable, nunca es demasiado tarde".

El veredicto: agregar un solo superalimento a sus alimentos diarios no evitará que contraiga cáncer. Pero comer una dieta rica en alimentos de origen vegetal, como verduras y cereales integrales, puede ayudar a prevenir la enfermedad.

Diana Kwon es periodista independiente en Berlín. Cubre la salud y las ciencias de la vida, y su trabajo ha aparecido en publicaciones como Scientific American, The Scientist y Nature. Encuéntrela en Twitter @DianaMKwon.

Para más contenido siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Comentario

3090D553-9492-4563-8681-AD288FA52ACE
Los comentarios están sujetos a moderación. Por favor, consulte los Términos de Uso del foro

procesando....