Los sistemas de monitorización de glucosa flash reducen las complicaciones agudas y los costes derivados del abordaje de la diabetes de tipo 2

Carla Nieto Martínez

27 de octubre de 2021

MADRID, ESP. En los últimos tiempos se han dado grandes pasos para implantar el uso de los sistemas de medición de la glucosa intersticial de forma intermitente o monitorización de glucosa flash, sobre todo en pacientes con diabetes de tipo 1, así como para lograr su financiación. Actualmente el objetivo pasa por hacer una selección más precisa de los casos que pueden beneficiarse de este tipo de medidores y lograr más evidencias de sus beneficios en otros grupos de pacientes, especialmente aquellos con diabetes de tipo 2.

Las ventajas de esta monitorización frente a la medición convencional de la glucosa capilar y las principales perspectivas de futuro respecto al uso de estos sistemas en distintos ámbitos y pacientes fue un tema que se debatió en los distintos foros de actualización en diabetes que se celebraron en el marco del 62 Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Dr. Javier Escalada/ Fuente: CUN

Respecto a la monitorización de glucosa flash, el Dr. Javier Escalada, director del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra, comentó a Medscape en español: "Los sistemas de monitorización de glucosa flash de monitorización de glucosa en líquido intersticial han demostrado reducir de una manera notable tanto las hipoglucemias como las complicaciones hiperglucémicas. Además, su uso

se asocia a una disminución en el número de mediciones de glucemia capilar por parte de los pacientes. En la práctica esto reduce el consumo diario de tiras y lancetas".

Disponibilidad y financiación en pacientes con diabetes de tipo 1

"Otros beneficios a reseñar serían la mejora en el control glucémico, que se consigue gracias al conocimiento continuo del nivel de glucosa (mejora de hemoglobina glucosilada) y la ayuda que supone para combatir la mala adherencia a la monitorización glucémica, al evitar la invasividad y la fobia a las punciones", añadió el Dr. Escalada.

En el caso concreto de uno de estos sistemas, el FreeStyle Libre 2, el especialista comentó que actualmente se encuentra disponible en España, totalmente reembolsado bajo el portafolio de los Servicios Básicos del Sistema Nacional de Salud para los pacientes con diabetes de tipo 1. Sin embargo, y a pesar de que los casos de diabetes de tipo 2 suponen más de 80% de los afectados por esta enfermedad, el acceso a esta opción de monitorización es mucho más limitado que en quienes tienen diabetes de tipo 1, en claro contraste con lo que ocurre en otros países europeos (Reino Unido, Francia, Alemania, Austria, Italia o Portugal), en los que se ha comenzado a reembolsar para pacientes con diabetes de tipo 2 en tratamiento con 3 o más dosis de insulina al día, incluidos esquemas de insulina premezclada y en insulina basal-bolo.

El Dr. Escalada opinó que la principal razón de esta diferencia en cuanto al acceso entre ambos tipos de pacientes con diabetes es probablemente de tipo económico: "Hay que reconocer que el coste de los sensores es mayor que el de las tiras y lancetas (que se emplean para la medición de glucemias capilares), pero en estos temas siempre hay que tener en cuenta si una nueva incorporación al abordaje (en este caso, FreeStyle Libre 2) evita complicaciones en las personas con diabetes de tipo 2, puesto que como todos sabemos, son las que más gasto sanitario ocasionan".

"Por tanto, en el cómputo global estamos ahorrando dinero. Esto se había demostrado en pacientes con diabetes de tipo 1 que ya están financiados y ahora tenemos la misma evidencia en personas con diabetes de tipo 2 en esquema insulínico basal-bolos. Espero que en breve se decida financiar a estos últimos", continuó.

El Dr. Escalada destacó que en comparación con los países del entorno, en España se aprecia un claro retraso en el inicio de la financiación y también que esta es más restrictiva, especialmente en la población con diabetes de tipo 2 en tratamiento con insulina.

Estudio económico sobre su uso en diabetes de tipo 2

En este contexto y para analizar a fondo las ventajas de este sistema de monitorización en pacientes con diabetes de tipo 2, se puso en marcha un estudio cuyos resultados comentó el Dr. Escalada en una comunicación oral en el congreso.[1] El objetivo de esta investigación, publicada en Diabetes Therapy, fue comparar el coste del sistema FreeStyle Libre 2 y la automonitorización de la glucemia en la población con diabetes de tipo 2 desde la perspectiva del sistema de salud español.

El especialista indicó: "Los resultados del estudio revelan que el uso del sistema FreeStyle Libre 2 en adultos con diabetes de tipo 2 en tratamiento con insulina basal-bolo es una estrategia eficaz para la reducción de las complicaciones agudas y que además podría generar ahorros anuales para el Sistema Nacional de Salud español, de aproximadamente 665.000 euros por cohorte de 1.000 pacientes, es decir, ahorros de 23,1% por año. En definitiva se trata de una potencial estrategia de reducción de costes en el abordaje de este grupo de pacientes".

La investigación también reflejó que los pacientes del grupo de monitorización de glucosa flash FreeStyle 2 experimentaron una disminución en el número y la duración media de los episodios hipoglucémicos, en comparación con aquellos que solo se sometieron a automonitorización de la glucemia, además de reducir hasta en 95% la necesidad de mediciones de glucosa en sangre mediante punción digital.

"Este análisis económico se ha realizado utilizando como fuente datos de un ensayo clínico aleatorizado multicéntrico y un estudio con datos de vida real de más de 40.000 pacientes franceses con diabetes de tipo 2 bajo tratamiento de insulina que reciben el sistema de monitorización de glucosa flash de forma financiada en este país", destacó el especialista.

"Aunque estos resultados clínicos se consideran transferibles a nuestro entorno, el siguiente paso sería que se implementara la financiación del sistema de monitorización de glucosa flash en España para los pacientes con diabetes de tipo 2 y en pautas intensivas de insulina, para poder generar datos españoles de vida real y así analizar el impacto que esta prestación tiene en nuestros pacientes y en la mejora de la eficiencia de nuestro Sistema Nacional de Salud", agregó.

Además de un mayor y mejor acceso a este tipo de sistemas para este grupo de pacientes con diabetes, el Dr. Escalada apuntó la educación diabetológica como otra de las "asignaturas pendientes" en el abordaje de la diabetes de tipo 2: "Es una cuestión fundamental, sea cual sea el tratamiento que se decida instaurar, ya que constituye el ‘cimiento del edificio’ que supone este abordaje. Para ello también necesitamos una mayor presencia de personal de enfermería o educadores en diabetes, así como que se reconozca su especialización".

"Continuando con esta cuestión, sería fantástico poder incorporar dietistas-nutricionistas en todos los equipos de educación diabetológica, así como la participación de expertos en ejercicio. La modificación del estilo de vida, una alimentación saludable y una actividad física adaptada a cada persona son aspectos fundamentales en esta enfermedad", añadió el Dr. Escalada.

Medición de la glucosa intersticial de forma continua en el ámbito hospitalario

En otra sesión, el Dr. Martín Cuesta, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Clínico San Carlos, de Madrid, analizó la situación presente y los retos de futuro de los sistemas de monitorización de la glucosa, continua o flash, en los pacientes hospitalizados.

"Los beneficios de la medición de la glucosa intersticial de forma intermitente (flash) en pacientes con diabetes de tipo 1 en el medio hospitalario son conocidos: aumento de la satisfacción con el tratamiento, mejor descanso nocturno (tanto del paciente como de sus cuidadores/familiares), mejora de las variables clínicas individuales y en las tasas de complicaciones agudas (ingresos por hipoglucemias graves y cetoacidosis). Sin embargo, al no estar estos sistemas aprobados para su uso hospitalario, su implantación en este ámbito ha sido muy baja hasta hace dos años".

El Dr. Cuesta señaló que este cambio de enfoque respecto al uso de este tipo de monitorización fue propiciado por la irrupción de la pandemia y la "explosión" de estudios que avalaban su utilización en un escenario de hospitalización, con base en el importante nexo COVID-19-diabetes, cuyas evidencias recordó este especialista: "La diabetes se asocia con un riesgo 3 veces mayor de hospitalización en caso de infectarse por SARS-CoV-2 y el doble de riesgo de enfermedad grave y mortalidad".

"También hay un riesgo de hiperglucemia marcada o cetoacidosis más frecuente como consecuencia de la gravedad del cuadro o el uso de glucocorticoesteroides. Asimismo, se ha visto que un control glucémico óptimo se asocia con una menor mortalidad en pacientes ingresados por COVID-19. En base a todas estas evidencias se ha impulsado la implantación de estos dispositivos en hospitales, tanto en las unidades de cuidados intensivos como en otras modalidades de ingreso", destacó.

El Dr. Cuesta comentó las principales conclusiones extraídas del uso de estos sistemas en los pacientes hospitalizados: "Se ha visto que la precisión de los sistemas de medición continua y flash es más que aceptable (MARD: 9% a 13%) durante la hospitalización; y también se ha observado que reduce la hipoglucemia y la hiperglucemia hospitalaria en pacientes no críticos".

Hacia un modelo híbrido de monitorización

A pesar de estos buenos datos hay una serie de limitaciones a la implantación de estos sistemas de medición en los pacientes hospitalizados, siendo la principal la falta de aprobación formal: "La glucemia intersticial no está aprobada para la toma de decisiones si su medición no está confirmada por la glucosa capilar, que hasta la fecha es la que está contemplada en ficha técnica en el ámbito hospitalario".

Otras limitaciones son la posibilidad de que se presenten problemas de precisión (deshidratación, diálisis peritoneal, cirugía, etc.), la falta de consensos sobre los objetivos glucométricos en pacientes ingresados, la necesidad de datos de coste-efectividad y la ausencia de buenos programas educativos, "en el sentido de que hay una falta de conocimiento sobre el uso de estos sistemas en este ámbito por parte de otros profesionales implicados en el abordaje de la diabetes, lo que hace necesaria la supervisión del endocrino".

Finalmente y en función de estas experiencias, el Dr. Cuesta apuntó que la línea de futuro se dirige hacia un modelo híbrido, "ya que actualmente el uso de las tendencias y alarmas de estos sistemas en el caso de los pacientes ingresados se contempla únicamente para la prevención de hipoglucemias y para el ajuste de las dosis de insulina prandial. Asimismo, la valoración de la glucosa intersticial puede dar lugar a un mayor número de correcciones o intervenciones en hiperglucemias en pacientes ingresados, pero todo ello debe confirmarse con la glucemia capilar".

Los doctores Escalada y Cuesta han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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