COMENTARIO

El perfil criminal de los asesinos médicos

Dr. Mauricio Sarmiento

Conflictos de interés

28 de octubre de 2021

En la práctica actual de la medicina se corre el riesgo de ser sometido a un procedimiento judicial, sobre todo cuando algún paciente fallece de manera inesperada. Muchas veces el personal de salud se tiene que defender de acusaciones tan graves como homicidio o intento de homicidio.

En México hemos sido testigos de cómo se acusa injustamente a los médicos de estos delitos. El año previo vimos, en Durango, el caso de la Dra. Calvillo, en el cual los cargos tuvieron que ser retirados y el asunto detenido debido a que se hizo mediático y las acusaciones eran ridículas e inverosímiles.[1]

A pesar de los montajes y circos de las autoridades que acusan injustamente al personal de salud, tenemos que reconocer que los médicos asesinos sí existen y se encuentran entre los tipos de asesinos más difíciles de identificar. En palabras de John E. Douglas: "Los asesinos médicos (doctores, enfermeros, cuidadores de adultos mayores) pueden tener grandes listas de víctimas, mayores que el resto de los asesinos seriales". Recordemos que Ted Bundy, uno de los asesinos seriales sobre los que más se ha escrito, reconoció 30 asesinatos, mientras que los casos que a continuación relatamos van de los 60 a los 200 homicidios.

John E. Douglas fue un agente del Federal Bureau of Investigation (FBI) en Estados Unidos, que actualmente es conocido por escribir el libro Mindhunter, que fue adaptado a la serie homónima de Netflix, un thriller en el que se narra el inicio de la unidad de ciencias de comportamiento del FBI y cómo se comenzaron a estudiar los perfiles criminales de los asesinos seriales.

Uno de los libros más importantes de John E. Douglas se titula Crime Classification Manual: A Standard System for Investigating and Classifying Violent Crime (Manual de clasificación del crimen: un sistema estandarizado para investigar y clasificar crímenes violentos). En este libro nos describe el perfil criminal de los asesinos médicos.

Los motivos descritos en el libro de los asesinos médicos (se llaman así, pero puede ser cualquier profesional de la salud) son dos: seudomisericordia y seudoheroicidad. En el primer caso el médico cree que con el homicidio está aliviando el sufrimiento del paciente; en el segundo crea situaciones de urgencias para comportarse como héroe mientras el paciente fallece.

Seudomisericordia

Dr. Harold Shipman/Fuente: Getty Images Europe

En esta categoría tenemos el infame caso del Dr. Harold Shipman, que fue condenado por la muerte de 15 personas, pero al que se le atribuyen más de 200 víctimas, incluso 250. En su biografía, escrita por Brian Whittle, se menciona que es el asesino serial con más homicidios de Inglaterra, quizá del mundo. Hasta el día de hoy es el único médico en ese país condenado por el homicidio de sus pacientes.

El método por el cual mataba a sus víctimas era con inyecciones de morfina. La mayoría de sus víctimas la integraban mujeres mayores, pero su víctima más joven tenía 4 años. El caso por el cual fue capturado fue por el fallecimiento de Kathleen Grundy, mujer de 81 años en cuyo testamento dejaba todos sus bienes al mismo Dr. Shipman, lo cual causó una enorme sospecha.

El Dr. Shipman siempre negó los homicidios, por lo que jamás se estableció un motivo cierto para lo mismo; se especula que disfrutaba al ver morir a la gente. Lo cierto es que casi ninguno de los casos que se le imputaron fue de personas con enfermedades críticas que estuvieran a punto de morir, por lo que sus actos no fueron de verdadera misericordia. El médico acudía a la casa de sus pacientes por consultas rutinarias y los mataba en su domicilio con inyecciones de morfina; en ocasiones los familiares y otros médicos se sorprendían de lo inusual de los fallecimientos.

El Dr. Shipman se suicidó en prisión en 2004; a partir de su caso se hicieron varios cambios en la legislación inglesa sobre uso de sustancias controladas, la manera en que se manejan los certificados de defunción y la forma de denunciar a personal de la salud sospechoso de realizar actividades ilícitas. En su biografía Harold Shipman: Prescription for murder, se concluye: "Es muy poco probable que el mundo vuelva a ver un médico tan incansablemente malvado como el Dr. Shipman".

Seudohéroe

Lo que hace el seudohéroe es crear casos graves, generalmente a través de fármacos, para después tratar de salvar al paciente. El caso que presenta John E. Douglas de este tipo de asesinos en su libro es espeluznante: una enfermera de nombre Genene Jones, conocida como "el ángel de la muerte".

Genene Jones era considerada una excelente enfermera por algunos de sus colegas, experta en urgencias imprevistas. En ocasiones acompañaba a la morgue los cuerpos de los niños que morían durante su guardia, incluso les cantaba canciones infantiles a los cuerpos inertes. Cuando comenzaron a existir dudas sobre la cantidad de decesos durante su turno, el personal la defendía diciendo que era debido a que tomaba los casos más graves.

A esta homicida la descubrieron cuando un médico, que sospechaba de ella, encontró que un vial de succinilcolina se encontraba fuera de su lugar y tenía dos marcas de haber sido utilizado, pero nadie en el servicio pudo dar una explicación. Unos días antes el médico había dejado a una niña sana al cuidado de aquella enfermera y en pocos minutos comenzó a presentar un cuadro de parálisis y convulsiones. Al parecer Jones había utilizado succinilcolina para fingir que los menores se encontraban enfermos o sufriendo de alguna emergencia para después intentar salvarlos y que fallecieran entre sus brazos.

El caso es terrorífico, pero es importante conocerlo para reflexionar sobre la necesidad de los comités de mortalidad y analizar las estadísticas de fallecimientos y complicaciones de todos los trabajadores de la salud. Genene Jones fue llevada ante un juez acusada de la muerte de hasta 60 menores de edad, fue encontrada culpable y sentenciada a 99 años de prisión.

¿Un nuevo perfil?

Dr. Christopher Duntsch/Cortesía: Dallas County Jail/AP

Otro caso reciente de médicos homicidas es el del Dr. Christopher Duntsch; este caso se volvió notorio debido al pódcast y posterior serie de televisión tituladas Dr. Death. El Dr. Duntsch era un cirujano (su licencia fue revocada) que durante su práctica médica en los estados de Texas y Colorado mató a por lo menos dos personas y dejó a varias con graves secuelas.

Las muertes y lesiones las causó durante diferentes procedimientos quirúrgicos, que según cuentan los testigos, eran de una negligencia inaudita, como si entrara a operar alguien que no hubiera pasado jamás por la especialidad. Esto resulta muy importante para la realidad que vivimos en México, porque en nuestro país es bien conocido que muchos médicos operan (principalmente cirugías estéticas) sin haber cursado una especialidad, por lo que casos como este seguramente en México son más frecuentes.

Este caso resulta asombroso porque es una mezcla de trastorno de la personalidad con lagunas legales dentro del sistema de salud de Estados Unidos. Al parecer el Dr. Duntsch nunca desarrolló las habilidades necesarias para operar durante su residencia debido a que pasaba más tiempo realizando investigación y otras actividades en lugar de entrar a quirófano. Este es un caso que pone en duda la forma en que entrenamos a nuestros médicos especialistas, ya que al parecer no importan las horas que pasan dentro del hospital, sino qué están haciendo y qué están aprendiendo.

La licencia del Dr. Duntsch fue suspendida y actualmente purga una condena de cadena perpetua. Cuando escuchamos el pódcast o vemos la serie nos damos cuenta de que no es fácil atrapar a uno de estos médicos, como ya lo había dicho anteriormente; pueden ser de los asesinos seriales con más homicidios cometidos antes de ser capturados. Cuando leo sobre el caso del Dr. Christopher Duntsch me pregunto cuál es su perfil criminal: ¿seudohéroe? ¿seudomisericordia? No lo sé, a lo mejor es otro tipo de perfil que abrirá un nuevo capítulo en la literatura sobre asesinos médicos.

El Dr. Mauricio Sarmiento estudió medicina e hizo residencia en anatomía patológica, medicina interna y hematología clínica. Posteriormente cursó la carrera de derecho en la Facultad de Derecho de Ciudad Universitaria. Actualmente tiene un despacho jurídico en donde, entre otras cosas, da asesoría a médicos en temas de responsabilidad civil, trámites administrativos y las implicaciones jurídicas de la práctica médica.

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