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Los nuevos datos sobre la vacuna contra la COVID-19 en pacientes con esclerosis múltiple han mostrado una respuesta humoral reducida en pacientes tratados con los anticuerpos anti-CD20 ocrelizumab o rituximab, pero no en aquellos que recibieron el producto similar, ofatumumab.[1]
Los resultados también muestran una respuesta reducida a la vacuna contra la COVID-19 en algunos pacientes que toman fingolimod.
Los datos proceden de una nueva serie de pacientes con esclerosis múltiple vacunados, de Madrid, España, presentados en el Congreso del European Committee for Treatment and Research in Multiple Sclerosis (ECTRIMS), que se realizó en modalidad virtual del 13 al 15 de octubre.
Al presentar los datos, la Dra. Celia Oreja-Guevara, del Hospital Clínico San Carlos, Madrid, España, concluyó: "Las vacunas contra la COVID-19 aprobadas actualmente parecen seguras en pacientes con esclerosis múltiple y son efectivas en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, la estrategia de vacunación en pacientes tratados con inhibidores anti-CD20 y S1P (como fingolimod) necesitan más estudios".
"Demostramos que los pacientes que tomaban ocrelizumab o rituximab tenían una respuesta de anticuerpos muy baja o nula a la vacuna contra la COVID-19. Sin embargo, algunos estudios previos han mostrado cierta respuesta de las células T a la vacunación en estos pacientes, y estamos analizando eso ahora", agregó.
Para el estudio actual los investigadores analizaron la respuesta de anticuerpos a la vacuna contra la COVID-19 en la semana 3, la semana 6 y el mes 3 después de la primera dosis en 165 pacientes con esclerosis múltiple y 200 controles sanos.
De los pacientes con esclerosis múltiple, 120 recibieron ambas dosis de la vacuna de ARN mensajero y 42 recibieron la vacuna de AstraZeneca. La edad promedio de los pacientes con esclerosis múltiple fue de 45 y 46 años en los controles sanos.
Los eventos adversos fueron similares en los dos grupos y no se observó un aumento en la actividad de recaída en los pacientes con esclerosis múltiple.
Los títulos medios de anticuerpos fueron ligeramente inferiores en los pacientes con esclerosis múltiple frente a los controles sanos. A las 3 semanas los títulos medios fueron de 7.910 AU/ml en los pacientes con esclerosis múltiple y de 9.397 en los controles sanos. A las 6 semanas los niveles medios fueron 16.347 AU/ml en los pacientes con esclerosis múltiple y 18.120 en los controles sanos.
Los pacientes con esclerosis múltiple tratados con interferón beta, acetato de glatiramer, teriflunomida, dimetilfumarato, cladribina y natalizumab que recibieron vacunas de ARN mensajero desarrollaron una respuesta humoral después de la vacunación similar a la de los controles sanos en cada uno de los seguimientos a 3, 6 y 12 semanas después de la primera dosis.
Los pacientes con esclerosis múltiple que recibieron la vacuna de AstraZeneca presentaron una respuesta humoral más baja que los que recibieron la vacuna de ARN mensajero, pero este mismo efecto también se observó en los controles sanos.
Sin embargo, los pacientes que tomaban los fármacos anti-CD20 ocrelizumab o rituximab mostraron una respuesta humoral más baja a la vacuna contra la COVID-19. Solo 3 de 20 pacientes que habían sido tratados con ocrelizumab desarrollaron anticuerpos, pero estos pacientes tuvieron periodos de lavado más prolongados (al menos 6 meses) entre la recepción de ocrelizumab y la vacuna contra la COVID-19. Los 6 pacientes tratados con rituximab no presentaron respuesta de anticuerpos a la vacuna contra la COVID-19.
La Dra. Oreja-Guevara también sugirió que los pacientes tratados con ocrelizumab pueden tener un peor pronóstico después de la infección por COVID-19. "En la primera ola de infección en Madrid registramos a 5 pacientes con ocrelizumab con COVID-19, 4 de los cuales fueron hospitalizados".
"En los pacientes que toman ocrelizumab debemos intentar tener un intervalo largo entre la administración de este fármaco y la vacuna contra la COVID-19. Cuanto más largo es el período de lavado, observamos más anticuerpos", destacó.
Señaló que dos pacientes del estudio recibieron la vacuna contra la COVID-19 1 año después de la administración de ocrelizumab y tuvieron una respuesta humoral normal, similar a los controles sanos.
El nuevo fármaco anti-CD20, ofatumumab, no pareció afectar la respuesta de anticuerpos de la vacuna contra la COVID-19 tanto como ocrelizumab o rituximab. En el estudio actual, cuatro de cinco pacientes tratados con ofatumumab tuvieron una respuesta de anticuerpos.
La Dra. Oreja-Guevara sugirió que esto probablemente se debía a que el agotamiento de las células B no es tan fuerte con ofatumumab. "Este fármaco se dosifica cada 4 semanas y no agota todas las células B y se reemplazan con bastante rapidez", anotó.
Fingolimod es otro fármaco para la esclerosis múltiple que parece afectar la respuesta de anticuerpos a la vacuna contra la COVID-19.
La Dra. Oreja-Guevara describió la respuesta a la vacuna contra la COVID-19 en pacientes que tomaban fingolimod como "muy variable". De 16 pacientes tratados con fingolimod, cuatro no desarrollaron una respuesta humoral, siete tuvieron una respuesta de anticuerpos baja y cinco tuvieron una respuesta similar a la observada en los controles sanos (tres de estos pacientes también habían tenido una infección previa por COVID-19). La respuesta a la vacunación en pacientes tratados con fingolimod no pareció estar relacionada con la linfopenia.
La respuesta celular también se ve afectada con fingolimod
Estos datos son consistentes con los de otra cohorte de Israel informada anteriormente.
En ese estudio, que se publicó a principios de este año, un equipo dirigido por la Dra. Anat Achiron, de Sheba Medical Center, en Tel-Aviv, Israel, analizó la inmunidad humoral en 125 pacientes con esclerosis múltiple 1 mes después de la segunda dosis de la vacuna de Pfizer contra la COVID-19. Un grupo de personas sanas vacunadas de manera similar sirvió como control.
Los resultados mostraron que se produjo inmunidad humoral protectora en 97,9% del grupo de control después de la vacunación, en comparación con el 100% en pacientes con esclerosis múltiple no tratados y 100% en pacientes con esclerosis múltiple tratados con cladribina, pero solo en el 22,7% de los tratados con ocrelizumab y solo en 3,8% de los que tomaron fingolimod.
"En el caso de los pacientes tratados con ocrelizumab, la falta de una respuesta inmune de inmunoglobulina G adecuada se dio independientemente de los recuentos absolutos de linfocitos que se encontraban en el rango normal o del intervalo de tiempo desde la última dosis de tratamiento con ocrelizumab que osciló entre 3,1 y 8,9 meses, lo que sugiere que es necesario posponer la siguiente dosis para permitir una respuesta humoral eficaz posterior a la vacunación", indicaron los autores.
Asimismo, señalaron que la mayoría de los pacientes tratados con fingolimod en el estudio tenía un recuento de linfocitos bajo (< 1000 células/mm3), lo que puede ser la causa de la falta de respuesta inmunitaria. Pero incluso en el pequeño grupo de pacientes con esclerosis múltiple tratados con fingolimod con un recuento absoluto de linfocitos > 1.000 células/mm3, no se detectó respuesta humoral.
En el congreso de ECTRIMS, la Dra. Achiron presentó más resultados de este estudio sobre las células de memoria B y la respuesta de las células T a la vacuna contra la COVID-19 en estos pacientes.
Los resultados mostraron que las respuestas específicas de COVID-19 de las células B y T solo estaban presentes en aproximadamente la mitad de los sujetos sanos, los pacientes con esclerosis múltiple no tratados y los tratados con cladribina.
Si bien la respuesta de las células B se vio afectada casi por completo en los pacientes con ocrelizumab, la respuesta de las células T estuvo presente en la misma medida que en el grupo de control. Pero los pacientes con fingolimod no mostraron respuestas de las células B o T.
La Dra. Achiron concluyó que los pacientes que toman ocrelizumab deben esperar al menos 9 meses después de la última dosis antes de recibir la vacuna contra la COVID-19 y que los pacientes que toman fingolimod deben considerar cambiar a un fármaco diferente.
Pero señaló que a pesar de la falta de respuestas celulares humorales en el grupo de fingolimod, en este estudio no parece haber habido un aumento en la infección por COVID-19 en pacientes que toman fingolimod en un estudio a gran escala.
"Esto nos lleva a la idea de que tal vez la linfopenia no sea el único factor y posiblemente la inmunidad innata esté jugando un papel. Todavía no tenemos realmente la respuesta para eso".
La Dra. Achiron dijo que también se sorprendió al ver que incluso los sujetos sanos y no tratados no desarrollaron respuestas completas de linfocitos B y linfocitos T después de la vacunación doble para COVID-19. Se han observado resultados similares en pacientes que se han recuperado de la infección natural por COVID-19, donde la respuesta de las células B "no es de 100%".
"Esto apunta a la sugerencia de que todo el mundo podría necesitar una tercera vacuna, pacientes con o sin esclerosis múltiple", concluyó.
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CRÉDITO
Imagen principal: Dreamstime
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Citar este artículo: Vacuna contra la COVID-19 en esclerosis múltiple: menor respuesta a ciertos fármacos - Medscape - 22 de oct de 2021.
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