COMENTARIO

Castigos en las residencias: análisis de encuesta de Medscape en español

Dr. Mauricio Sarmiento

Conflictos de interés

20 de octubre de 2021

Recientemente Medscape en español llevó a cabo una encuesta sobre castigos en la residencia médica, en la que participaron médicos y estudiantes de medicina de diversas partes de Latinoamérica y podemos decir, de entrada, que se abusa de los castigos en gran parte de los hospitales de la región.

De los médicos encuestados la mayoría concluyó sus estudios de especialidad entre 1990 y 2000, pero el rango de personas que contestaron se abre desde 1979 a los que actualmente están cursando la especialidad. Para darnos una idea de la relevancia de este dato, recordemos que los programas de residencias médicas en México comenzaron en la década de 1940.

Ochenta y nueve por ciento de los médicos encuestados respondió que los habían castigado, lo cual era esperado, puesto que los castigos son comunes en cualquier sistema de educación o formación. El problema comienza con el siguiente dato, ya que 68% de los castigos consistió en guardias extras y 21% en no poder ir a comer. Esto resulta escandaloso; al dejar a un médico sin dormir o comer a quien en realidad estamos castigando es a los pacientes, ya que serán ellos quienes sufran las consecuencias de las decisiones y acciones que tomen los médicos en malas condiciones.

Recordemos la trágica muerte de Libby Zion en 1984 en Estados Unidos, evento que desató en ese país una discusión (que continúa vigente) sobre las jornadas y condiciones laborales de los médicos en formación.

Nos parecería absurdo que una aerolínea castigue a sus pilotos con horas extra de vuelo consecutivas. Nos indignaría y pensaríamos incluso en una conducta criminal, sería un escándalo internacional: ¿cómo la aerolínea pone de esa manera en juego la vida de sus pasajeros? Pero por algún motivo, no nos parece mal que un médico entre a quirófano o atienda una urgencia en malas condiciones o sin dormir, incluso que se le castigue trabajando más horas en jornadas exhaustivas. Parecería que pensamos que la fisiología de los médicos es diferente a la del resto de la humanidad.

Pero por algún motivo, no nos parece mal que un médico entre a quirófano o atienda una urgencia en malas condiciones o sin dormir…

Otro dato interesante es que 39% contestó que un castigo era dar clases extra. Esto es muy curioso, ya que nos hace pensar en el objetivo de las clases dentro de los hospitales. En su libro Internados, Erving Goffman, al describir la vida de las personas ingresadas en un hospital psiquiátrico, menciona que la clase más popular era sobre temas de actualidad política, pero no porque los pacientes tuvieran interés en dichos temas, sino porque la profesora les regalaba tabaco y los dejaba dormir o distraerse en la clase y por algunos minutos podían librarse del control de los guardias y las exigencias del hospital.

Es muy interesante observar que las clases no siempre tienen un fin didáctico; en el caso de las residencias médicas sería interesante investigar el fin punitivo de las clases. En muchas ocasiones dar clase no es un reconocimiento al conocimiento o un incentivo positivo, sino que tiene como finalidad castigar y "colocar al sujeto en su lugar", enseñándole al residente no medicina, sino su lugar dentro del sistema. Impartir clases como parte del sistema punitivo es un tema poco estudiando en el ámbito médico, pero de acuerdo con esta encuesta, algo común.

Continuando con la encuesta vemos que 56% de los castigos es impuesto por residentes de mayor jerarquía. Esto es esperado si tomamos en cuenta las costumbres hospitalarias, pero en términos legales es desconcertante. En el caso de México no existe ley que permita que los residentes se castiguen entre ellos. Recordemos que la facultad de sancionar es muy delicada dentro de los modelos jurídicos actuales; tiene que existir un procedimiento: el sancionado debe tener forma de alegar a su favor y de contar con una instancia contra la cual apelar. Estos son principios básicos de cualquier procedimiento, quitárselo a un sujeto es violar sus derechos humanos. En muchas ocasiones los residentes de mayor jerarquía no solo carecen de facultades para castigar, ni siquiera saben cuáles son los castigos permitidos y prohibidos, por lo que los aplican con entera libertad, pudiendo dar rienda suelta a su imaginación: quitar hora de comida, no ir al baño, no dejar a los otros dormir en camas, que no se puedan sentar, bañar, etcétera. Me parece que esta función punitiva de los residentes es muy importante y deja de manifiesto que nuestros sistemas de salud son autoritarios y que por desgracia, las leyes y derechos humanos no entran con facilidad a los hospitales.

Por último, vemos que 33% de los encuestados castigó a sus residentes. Esto lo describo como el paso de víctima a tirano; el residente que en un año previo sufrió de abusos es el mismo que los perpetúa cuando tiene el poder.

¿Quién puede castigar dentro de una residencia médica?
En el sistema de residencias médicas mexicano, uno de los documentos más importantes es el convenio de colaboración entre la universidad que avala la parte académica de la residencia y la institución de salud que recibe a los médicos residentes. Dentro de dicho convenio las instituciones de educación y de salud se ponen de acuerdo sobre un gran número de temas, entre ellos las faltas y sanciones que corresponden a los residentes.
En dichos convenios se deberían definir las faltas, las sanciones, los procedimientos para sancionar y los sujetos que tienen facultades para hacerlo. El problema es que muchas veces nadie conoce estos convenios y se recurre a los usos y costumbres hospitalarios. Por otra parte, en la Ley Federal del Trabajo en el artículo 353-G se establecen las causas especiales de recisión de la relación laboral de los médicos residentes, entre las que se mencionan el incumplimiento de las obligaciones del residente, la violación de las normas técnicas o administrativas y la comisión de faltas en contra de las normas de conducta del reglamento interior de trabajo.

Punto de vista

Creo que esta encuesta es muy valiosa, porque sin ser un ejercicio científico y con el rigor necesario para aparecer en una publicación académica indexada, nos deja mirar dentro de nuestros sistemas de residencias y darnos cuenta de que los problemas son mucho más complejos de lo que pensamos. ¿Queremos disminuir los suicidios y problemas psicológicos dentro del gremio de la salud? Hablemos de violencia y de la manera en que nos castigan y castigamos dentro del sistema de salud.

El Dr. Mauricio Sarmiento estudió medicina e hizo residencia en anatomía patológica, medicina interna y hematología clínica. Posteriormente cursó la carrera de Derecho en la Facultad de Derecho de Ciudad Universitaria. Actualmente tiene un despacho jurídico en donde, entre otras cosas, da asesoría a médicos en temas de responsabilidad civil, trámites administrativos y las implicaciones jurídicas de la práctica médica.

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