COMENTARIO

Una enfermedad nueva que debemos conocer: COVID-19 después de ser vacunado

Dra. Armelle Pérez-Cortés Villalobos

Conflictos de interés

28 de septiembre de 2021

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Nos encontramos en un punto de la pandemia de COVID-19 en el que tenemos países en los que aún hay altas tasas de circulación de SARS-CoV-2 y pese a que simultáneamente la vacunación ha avanzado lo suficiente, se han reportado casos de COVID-19 en personas completamente vacunadas. La evidencia científica consistentemente ha demostrado que las vacunas disminuyen la posibilidad de cursar con COVID-19 grave o fallecimiento por esta, por lo que entender los cambios en la presentación clínica y evolución de la enfermedad en personas vacunadas es de gran importancia.

¿Qué tan frecuentes son los casos de COVID-19 después de la vacunación?

Los casos de COVID-19 después de la vacunación continúan siendo infrecuentes. Aunque contamos con reportes de casos emergentes en el contexto de la variante delta, actualmente la proporción de casos continúa siendo baja. En un informe del sistema de salud de Yale New Haven se describió que de 969 casos de COVID-19 que ingresaron al hospital, solamente 54 (5,5%) eran en personas completamente vacunadas; 46% se encontraba asintomático y se identificó el diagnóstico de COVID-19 porque había ingresado al hospital por otro motivo.[1] Desafortunadamente, dado que una proporción de los pacientes con COVID-19 después de la vacunación se encuentra asintomática, es un reto conocer la verdadera prevalencia de la enfermedad después de la vacunación.

¿Qué síntomas se han identificado en los pacientes con COVID-19 después de la vacunación?

Hasta el momento sabemos que la mayoría de los pacientes con COVID-19 después de la vacunación suele cursar con enfermedad leve o incluso mantenerse asintomática. En un estudio realizado en Israel, de 1.497 trabajadores de la salud completamente vacunados, 39 (2,6%) fueron positivos a SARS-CoV-2, de los cuales a 69% se le realizó prueba solamente por haber tenido contacto con alguien positivo.[2] De los 39 pacientes que tuvieron COVID-19 después de la vacunación, 33% se mantuvo asintomático y entre los sintomáticos, 36% reportó congestión nasal, 28% mialgia, 28% pérdida del olfato o disgeusia y 21% fiebre. Ninguno fue hospitalizado. Este reporte demuestra que los síntomas de COVID-19 después de la vacunación suelen ser leves y probablemente la proporción de adultos asintomáticos es mayor en personas vacunadas frente a no vacunadas.

¿Cuáles son las características de los pacientes que tuvieron COVID-19 grave después de la vacunación?

Los casos graves de COVID-19 después de la vacunación son raros y continuamos aprendiendo de la información emergente de estos pacientes. Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos reportó que hasta el 20 de septiembre de 2021 había 181 millones de personas completamente vacunadas contra la COVID-19. Durante este periodo, en 50 estados se han reportado 14.643 pacientes con COVID-19 grave después de completar el esquema de vacunación que requirieron hospitalización; 69% lo constituían pacientes mayores de 65 años. Asimismo, se reportan 4.493 decesos por COVID-19 después de la vacunación; 44% ocurrido en mujeres, 86% en mayores de 65 años y 19% reportado por causas diferentes a COVID-19. Aunque la información con la que contamos hasta este momento continúa siendo limitada, solidifica la evidencia de que los casos graves o fatales por COVID-19 después de la vacunación son escasos.

¿Qué factores se podrían asociar a padecer COVID-19 grave después de la vacunación?

Hasta el momento no se han identificado claramente factores asociados, aunque se considera que la edad mayor a 65 años, el antecedente de enfermedades crónicas o inmunocompromiso se podrían asociar a cuadros graves.

En el estudio del sistema de salud de Yale New Haven se informaron 14 casos de COVID-19 grave después de la vacunación, cuya media de edad era de 80,5 años y todos tenían enfermedades concomitantes (obesidad, enfermedad cardiovascular, enfermedad pulmonar, cáncer y diabetes de tipo 2, entre otras).[1] Se considera que la respuesta inmunológica a la vacunación potencialmente podría jugar un papel importante.

Por otro lado, investigadores de la University of Oxford, en Oxford, Reino Unido, utilizaron la herramienta QCovid para analizar los resultados en adultos de 19 años o más entre el 8 de diciembre del año pasado y el 15 de junio de este año, con el objetivo de examinar el riesgo de COVID-19 grave que conduce a la hospitalización o la muerte 14 días después de un esquema completo vacunal, cuando se espera una inmunidad sustancial.[]Los factores de riesgo identificados fueron: síndrome de Down (hazard ratio [HR]: 12,7), trasplante de riñón (HR: 8,1), anemia de células falciformes (HR: 7,7), quimioterapia (HR: 4,3), residencia en hogar de mayores (HR: 4,1), VIH/SIDA (HR: 3,3), cirrosis hepática (HR: 3,0), afecciones neurológicas (HR: 2,6), trasplante reciente de médula ósea o trasplante de órgano sólido alguna vez (HR: 2,5), demencia (HR: 2,2), enfermedad de Parkinson (HR: 2,2).

Lo más importante:
  • Actualmente continuamos aprendiendo de los casos de COVID-19 después de la vacunación.

  • Sabemos que continúan siendo infrecuentes y que una importante proporción de los casos informados cursó con una enfermedad asintomática o presentó síntomas leves.

  • Es probable que los casos graves o fatales estén asociados con edad avanzada, presencia de comorbilidades y potencialmente una deficiente respuesta a la vacunación.

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