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La enfermedad por SARS-CoV-2 se ha asociado con un riesgo aumentado de fenómenos trombóticos.[1] Aunque existen varios mecanismos que podrían explicar este hallazgo, se ha documentado que un porcentaje importante de estos pacientes tiene presentes anticuerpos antifosfolípidos. El papel que estos desempeñan en la COVID-19 no ha sido totalmente esclarecido, por lo que vale la pena revisar la evidencia que existe hasta el momento.
Enfermedades infecciosas y anticuerpos antifosfolípidos
Es bien sabido que algunas enfermedades infecciosas pueden desencadenar la aparición de anticuerpos antifosfolípidos. El ejemplo más destacable es la presencia de anticuerpos contra los fosfolípidos de corazón de res (cardiolipina) utilizados en el diagnóstico de la sífilis. De manera similar, las infecciones por virus de hepatitis C y B, virus de Epstein-Barr, virus linfotrópico humano 1 y virus de inmunodeficiencia humana parecen tener un riesgo elevado para presentar anticuerpos antifosfolípidos y se asocian con un mayor riesgo de trombosis.[2]
Aunque una infección puede ser el evento desencadenante para que un paciente desarrolle el síndrome de anticuerpos antifosfolípidos, la mayoría de las veces los anticuerpos en contexto de infecciones es un hallazgo transitorio.[3] Debido a lo anterior se recomienda que se corrobore cualquier resultado positivo de anticuerpos antifosfolípidos con un segundo perfil 12 semanas después de la prueba inicial, como bien lo mencionan los criterios diagnósticos.[4]
En el caso de COVID-19, una revisión sistemática publicada a inicios de 2021 demostró que una gran cantidad de pacientes con esta enfermedad presentaba anticuerpos antifosfolípidos.[5] Los autores analizaron 21 estudios, con un total de 1.159 pacientes y encontraron que en aquellos hospitalizados la prevalencia de cualquier tipo de anticuerpos antifosfolípidos fue de 46,8% (IC 95%: 36 a 57). El hallazgo más frecuente fue la positividad del anticoagulante lúpico, con una prevalencia de 50% (IC 95%: 34 a 66).
Los pacientes críticamente enfermos presentaron con mayor frecuencia positividad de los anticuerpos anticardiolipina (28% frente a 7%; p < 0,0001) y anti-beta2 glicoproteína (12% frente a 5%; p < 0,0001), comparados con pacientes no críticamente enfermos. Sin embargo, en este estudio no se encontró una relación entre los desenlaces de los pacientes, como mortalidad o trombosis y la positividad de los anticuerpos antifosfolípidos. Es importante destacar que muchos de estos pacientes se encontraban recibiendo heparina, lo cual se puede asociar a falsos positivos. Sumado a esto puede existir una importante variabilidad en los métodos utilizados para detectar los anticuerpos antifosfolípidos en diferentes laboratorios. Finalmente, aunque no parece haber un mayor número de eventos trombóticos macroscópicos, uno de los hallazgos más relevantes en COVID-19 es la microtrombosis en la vasculatura pulmonar, un fenómeno que solo se puede evidenciar por métodos histopatológicos.[6]
De manera similar a los reportados en otras infecciones virales, la positividad de los anticuerpos antifosfolípidos en COVID-19 parece ser de carácter transitorio en la mayoría de los pacientes. En dos estudios se realizó un análisis inicial de la serología de los pacientes y posteriormente se repitieron las determinaciones de anticuerpos antifosfolípidos. El primer estudio encontró que 9 de los 10 pacientes fueron negativos en una segunda determinación, mientras que el segundo reportó que los anticuerpos antifosfolípidos presentaban un pico y una disminución posterior en 3 a 4 semanas.[7,8] Esto sugiere que incluso si lo anticuerpos confieren un mayor riesgo de trombosis, este debería de ser temporal y disminuir paulatinamente conforme los anticuerpos desaparecen.
Opinión del experto
Debido a su alta incidencia, es posible que encontremos un número importante de pacientes que padecieron COVID-19 y que hayan presentado positividad de anticuerpos antifosfolípidos. Sin embargo, estos no parecen asociarse con un peor pronóstico de COVID-19, con riesgo aumentado de trombosis ni con un mayor riesgo de padecer síndrome de anticuerpos antifosfolípidos. Se recomienda repetir la determinación de estos anticuerpos e informar al paciente que probablemente se trate de un fenómeno asociado a la respuesta inmune (epifenómeno), sin un papel patológico claro. La información a este respecto seguirá surgiendo en los próximos meses y deberemos estar atentos.
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Citar este artículo: ¿Anticuerpos antifosfolípidos en pacientes con COVID-19? - Medscape - 21 de sep de 2021.
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