Las grasas saturadas de la carne pueden aumentar el riesgo cardiovascular

Liam Davenport

Conflictos de interés

31 de agosto de 2021

Las personas que consumen ácidos grasos saturados de la carne podrían tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, mientras que aquellos que dependen de fuentes lácteas o cambian a granos y frutas y verduras podrían estar protegidos, indica un estudio del Reino Unido.[1]

Al examinar los registros de más de 114.000 personas inscritas en el UK Biobank que completaron evaluaciones dietéticas, los investigadores observaron el desarrollo de enfermedad cardiovascular durante más de 8 años de seguimiento.

Aunque no hubo asociación entre la ingesta total de ácidos grasos saturados y el riesgo cardiovascular, el riesgo de enfermedad cardiovascular total aumentó 19% por cada 5% de aumento en el consumo de energía de la carne con ácidos grasos saturados, mientras que el de la cardiopatía isquémica aumentó en 21%.

En contraste, el riesgo de cardiopatía isquémica pareció reducirse por el consumo de ácidos grasos saturados de fuentes lácteas, cayendo 11% por cada aumento de 5% en la ingesta.

Riesgo de ictus

La investigación, presentada en el Congreso de la European Society of Cardiology (ESC) de 2021 el 27 de agosto, también mostró que reemplazar la ingesta de energía de los ácidos grasos esenciales de la carne con granos o frutas y verduras redujo el riesgo de ictus en 14%.

La primera autora, Dra. Rebecca Kelly, del Departamento de Salud de la Población de Nuffield en la University of Oxford, dijo que, en general, los resultados mostraron que "las asociaciones de grasas saturadas con enfermedad cardiovascular variaban según la fuente".

Esto, agregó, "puede explicar" la falta general de asociación entre el consumo total de ácidos grasos saturados en este y en estudios observacionales anteriores.

Sin embargo, se encontró que el índice de masa corporal (IMC) explica "una gran proporción" de las asociaciones entre la ingesta de ácidos grasos saturados  de la carne y los resultados cardiovasculares, "lo que sugiere confusión o mediación por adiposidad".

La profesora Christi Deaton, presidenta de investigación clínica en enfermería de la University of Cambridge, dijo que es "plausible" que el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular con la ingesta de ácidos grasos saturados de la carne sea impulsado por un aumento del riesgo de cardiopatía isquémica.

Esto se debe a que estudios anteriores muestran que "un mayor consumo de ácidos grasos saturados de la carne se asocie con la aterosclerosis y la enfermedad de las coronarias", dijo a Medscape Reino Unido.

La profesora Deaton continuó diciendo que el estudio refuerza la recomendación de que la ingesta de ácidos grasas saturadas se limite a 10% de la energía total, pero también "enfatiza la importancia de las fuentes de los ácidos grasos saturados".

Grasas saturadas

La Dra. Kelly recalcó que estudios previos "han sugerido que diferentes alimentos ricos en ácidos grasos saturados, particularmente la carne y los lácteos, tienen direcciones divergentes de asociación con los riesgos" de la enfermedad cardiovascular y sus subtipos.

"Por lo tanto, nuestro estudio evaluó las asociaciones entre las grasas saturadas entre diferentes fuentes dietéticas y el riesgo de enfermedad cardiovascular, examinando el papel de los mediadores potenciales".

El equipo analizó los datos de 114.285 participantes del UK Biobank que habían completado al menos dos evaluaciones dietéticas de 24 horas y estaban libres de enfermedad cardiovascular en el momento de la evaluación más reciente.

Durante una mediana de seguimiento de 8,5 años, hubo 4.365 casos de enfermedad cardiovascular total, incluidos 3.394 casos de cardiopatía isquémica y 1.041 de ictus.

El análisis de regresión de Cox multivariante, que tuvo en cuenta el estilo de vida y los factores de riesgo cardiovascular, indicó que no hubo una asociación significativa entre la ingesta total de ácidos grasos saturados y los resultados de las enfermedades cardiovasculares.

Sin embargo, la ingesta de ácidos grasos saturados de la carne se asoció con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular total, con un hazard ratio por cada aumento del5% en la ingesta energética de 1,19 (p = 0,006), así como para la cardiopatía isquémica, con un hazard ratio de 1,21 (p = 0,010).

El ajuste para el índice de masa corporal atenuó estas asociaciones, con un hazard ratio no significativo por cada aumento de 5% en la ingesta energética de 1,11 para la enfermedad cardiovascular total y de 1,12 para la cardiopatía isquémica.

Productos lácteos

El equipo también encontró que la ácidos grasos saturados de los lácteos se asoció inversamente con el riesgo de cardiopatía isquémica, con un hazard ratio por cada aumento de 5% en la ingesta energética de 0,89 (p = 0,003), aunque esto nuevamente se atenuó ajustando el índice de masa corporal, con un hazard ratio de 0,91.

No hubo asociación entre el consumo de ácidos grasos saturados de los alimentos procesados y la enfermedad cardiovascular total, la cardiopatía isquémica o el ictus.

Curiosamente, la sustitución de la ingesta de energía de la carne por la de otras fuentes pareció reducir el riesgo de resultados cardiovasculares.

Cada sustitución de 5% de ácidos grasos saturados de la carne por energía de los cereales integrales se asoció con una reducción significativa en la incidencia de accidentes cerebrovasculares, con un hazard ratio de 0,86 (p = 0,002), mientras que la sustitución con carbohidratos de frutas y verduras también se asoció con un hazard ratio de 0,86 (p = 0,003).

Los investigadores señalan que el efecto sobrevivió teniendo en cuenta tanto el índice de masa corporal como los niveles de colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad, con un hazard ratio para los cereales integrales de 0,87 (p = 0,006) y 0,86 para las frutas y verduras (p = 0,003).

Una limitación del estudio es que la información sobre el tratamiento con estatinas durante el seguimiento no es completa y "por tanto, no podemos concluir que el colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad no tenga ningún efecto sobre esta situación".

El estudio fue financiado por Clarendon Fund y Jesus College Clarendon Old Members 'Award Jesus College Graduate Scholarship.

Los autores no han declarado ningún conflicto de interés económico pertinente.

Para más contenido siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Comentario

3090D553-9492-4563-8681-AD288FA52ACE
Los comentarios están sujetos a moderación. Por favor, consulte los Términos de Uso del foro

procesando....