En junio de 2021 la Infectious Diseases Society of America (IDSA) emitió nuevas guías de manejo de Clostridioides difficile.[1] Dentro de los cambios más relevantes destaca su actual recomendación de fidaxomicina como tratamiento de elección en infección por C. difficile tanto en episodio inicial como en casos recurrentes.
Esta recomendación ha sido ampliamente discutida, siendo controversial debido al alto costo del fármaco y a la falta de acceso a este.
Lo anterior nos lleva a cuestionarnos cuál es la razón por la que se considera a fidaxomicina como tratamiento de elección en la infección por C. difficile y a vancomicina como una opción terapéutica.
Evidencia de eficacia contra C. difficile
Fidaxomicina fue aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos como tratamiento de C. difficile en mayo de 2011. Actúa inhibiendo las ARN polimerasas de C. difficile; es un fármaco altamente activo in vitro contra esta bacteria, con muy bajas tasas de resistencia reportadas. Las características farmacológicas que se traducen en la alta eficacia clínica de fidaxomicina contra C. difficile incluyen que tiene mínima absorción sistémica (igual que vancomicina vía oral) y un espectro antibiótico estrecho con actividad limitada a otros patógenos entéricos comensales, por lo que hasta este momento no existe otra indicación terapéutica.
Actualmente contamos con cuatro estudios aleatorizados y controlados en los que se ha evaluado la eficacia de fidaxomicina comparada con vancomicina vía oral en la infección por C. difficile, los cuales han incluido pacientes tanto hospitalizados como ambulatorios y en estos fidaxomicina mostró un aumento en la respuesta terapéutica sostenida por cuatro semanas después de haber suspendido el tratamiento, comparado con vancomicina vía oral (RR: 1,16; IC 95%: 1,09 a 1,24), es decir, menos recaídas clínicas.[2,3,4,5]
Asimismo, se evidenció que el uso de fidaxomicina es comparable a vancomicina como tratamiento inicial curativo (RR: 1,00; IC 95%: 0,96 a 1,04) sin aumentar los eventos adversos relacionados al tratamiento (RR: 1,02; IC 95%: 0,76 a 1,36).
Por los sólidos resultados de estos cuatro estudios se concluyó que fidaxomicina es el tratamiento de elección en la infección por C. difficile, dado que tiene respuesta clínica y datos de seguridad comparables con vancomicina vía oral, pero adicionalmente los pacientes que reciben fidaxomicina tienen menos recaídas, lo cual es deseable para todos nuestros pacientes, ya que las recaídas se han asociado a reingresos hospitalarios y lesión renal aguda, entre otras complicaciones.
Punto de vista
La realidad es que fidaxomicina es un fármaco costoso y en múltiples países de Latinoamérica aún no tiene una aprobación sanitaria para su uso y, por tanto, no se encuentra a la venta, por lo que las guías de tratamiento locales continúan indicando vancomicina vía oral en casos iniciales, recurrentes y graves de C. difficile en los que no se cuente con fidaxomicina.
Vancomicina es un fármaco altamente efectivo, seguro y con mayor disponibilidad, vía oral es la terapia estándar de tratamiento en la infección por C. difficile en múltiples regiones del mundo y, mientras no se pueda generalizar el uso de fidaxomicina, es probable que continúe siendo el pilar de tratamiento de C. difficile.
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Citar este artículo: Fidaxomicina: tratamiento de primera línea de Clostridioides difficile - Medscape - 17 de agosto de 2021.
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