La enfermedad del hígado graso no alcohólico: 8 nuevas recomendaciones para tratarlo

Carlos Sierra

Conflictos de interés

9 de agosto de 2021

La esteatosis hepática no alcohólica, conocida como la enfermedad del hígado graso no alcohólico, es la principal causa de enfermedad hepática crónica a nivel global. Esta enfermedad se define como la existencia de numerosas vacuolas de grasa en los hepatocitos y engloba diferentes cuadros histológicos, desde la esteatosis simple a la que se asocia a inflamación, hasta la necrosis de las células hepáticas, denominada esteatohepatitis.

Esta enfermedad supone un gran impacto sobre los sistemas sanitarios, ya que se estima que en los países occidentales puede afectar al 25% de la población. Sin embargo, hasta el momento, esto no se ha visto reflejado en la atención al manejo de los pacientes con esta enfermedad en el contexto de los sistemas sanitarios, ya que por lo general este trastorno no es diagnosticado en la mayoría de las ocasiones porque no suele provocar síntomas en quienes la padecen.

Recomendaciones para mejorar el tratamiento de la esteatosis hepática no alcohólica

Una dificultad añadida al infradiagnóstico de la enfermedad es que, a día de hoy, no hay ningún fármaco aprobado para tratar la esteatosis hepática no alcohólica. Por lo general, los profesionales sanitarios recomiendan bajar de peso, controlar la alimentación, evitar el consumo de alcohol y aumentar la actividad física. Pero más allá de estas recomendaciones generales, en muchos servicios de salud, no existen rutas formales para cuidar a los pacientes con esteatosis hepática no alcohólica, y cuando las hay, no suelen estar estandarizadas.

Para solucionar esta problemática y poner a disposición de los pacientes buenas prácticas para tratar su dolencia, un grupo de investigadores liderado por la European Association for the Study of the Liver (EASL), la International Liver Foundation (EILF) y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) han realizado una revisión bibliográfica de los modelos de cuidado para la esteatosis hepática no alcohólica publicados hasta la fecha.[1] Como resultado han desarrollado un conjunto de ocho recomendaciones destinadas a los profesionales médicos y a los encargados de diseñar políticas enfocadas a la mejora de estos modelos de cuidado. Estas recomendaciones han sido publicadas a finales de junio de 2021 en la Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology y se han presentado durante el International Liver Congress (ILC) de la EASL.

Estas recomendaciones, que detallan los servicios requeridos por los pacientes, dónde deben administrarse dichos servicios, quién debe proporcionarlos y cómo deben coordinarse en el contexto de los sistemas sanitarios, son las siguientes:

  1. Establecer rutas de provisión de cuidados claramente definidas adaptadas a evaluar el estadio de la enfermedad, la presencia de comorbilidades y el resultado de salud óptimo para el paciente.

  2. Desarrollar orientaciones acerca del cribado y análisis mediante pruebas no invasivas.

  3. Desenvolver pautas sobre las estrategias de tratamiento para los pacientes, en relación al estadio de su enfermedad.

  4. Plantear acciones para prevenir la progresión de la enfermedad en la atención primaria, para pacientes en los primeros estadios de la enfermedad y que no requieran cuidados hepatológicos especializados.

  5. Articular y definir los roles e interacciones entre los proveedores de atención primaria, secundaria y terciaria.

  6. Establecer dónde pueden colocalizarse los servicios para la esteatosis hepática no alcohólica y los servicios para el tratamiento de comorbilidades frecuentes.

  7. Definir la composición y la estructura del equipo multidisciplinar responsable del manejo de los pacientes.

  8. Establecer sistemas efectivos para coordinar e integrar el cuidado a lo largo de todo el sistema sanitario.

Estas recomendaciones "no están pensadas como una lista de requisitos a cumplir, sino más bien como un marco de trabajo para ayudar a guiar a los profesionales y a los encargados de diseñar políticas con el objetivo de mejorar el cuidado ofrecido a las personas con esteatosis hepática no alcohólica", afirmó el Dr. Jeffrey V. Lazarus, vicepresidente de la EILF e investigador de ISGlobal participante en el estudio. "De hecho, deberían revisarse y actualizarse periódicamente a medida que vamos aprendiendo más acerca de estos modelos de cuidado, incluyendo el efecto sobre los resultados clínicos y la relación coste-eficacia de los diferentes abordajes", continuó el Dr. Lazarus.

Dada la creciente prevalencia de la esteatosis hepática no alcohólica y el bajo porcentaje de casos diagnosticados, "los sistemas sanitarios necesitan empezar a reorientarse para garantizar que pueda proporcionarse el cuidado de forma eficiente y efectiva para abordar esta enfermedad progresiva, y reducir sus amplias implicaciones en el ámbito de la salud. Tales recomendaciones pueden contribuir a paliar la escasez de orientaciones sobre los modelos de cuidado para la esteatosis hepática no alcohólica y ayudar a abordar la creciente necesidad de proporcionar a los pacientes unos cuidados basados en las mejores prácticas", concluyó el Dr. Lazarus.

El Dr. Lazarus ha declarado haber recibido becas y apoyos de AbbVie, MSD and Gilead Science, CEPHEID, GSK, Intercep y Janssen.

Este contenido fue originalmente publicado en Univadis, parte de la Red Profesional de Medscape.

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