La erradicación de Clostridioides difficile no es necesaria para la curación clínica de infecciones recurrentes con trasplante fecal

Tara Haelle

Conflictos de interés

30 de julio de 2021

No es necesario erradicar por completo Clostridioides difficile para tratar satisfactoriamente las infecciones recurrentes por C. difficile mediante trasplante de microbiota fecal, de acuerdo con un estudio presentado en versión electrónica el 12 de julio en el European Congress of Clinical Microbiology and Infectious Diseases.[1]

La colonización por C. difficile persistió durante 3 semanas después del trasplante de microbiota fecal en casi una cuarta parte de los pacientes, pero no está claro si se trató de una infección persistente, una infección recién adquirida o la persistencia parcial de una infección mixta, comentó la Dra. Elisabeth Terveer, microbióloga médica en el Leiden University Medical Center, en Leiden, Países Bajos. "Además 82% de los pacientes con C. difficile detectable no experimenta recaídas, por lo que no es absolutamente necesario para una curación".

Varios mecanismos explican por qué el trasplante de microbiota fecal es un tratamiento muy eficaz para las infecciones por C. difficile recurrentes, entre ellos, el restablecimiento del metabolismo bacteriano en el intestino, la modulación inmunitaria y la competencia directa entre bacterias, señaló la Dra. Terveer, pero está menos claro si la erradicación de esporas de C. difficile es uno de estos mecanismos.

Entre mayo de 2016 y abril de 2020 los investigadores analizaron muestras fecales de 84 pacientes que tomaron vancomicina durante un mínimo de 4 días antes de someterse a trasplante de microbiota fecal. Los investigadores tomaron muestras fecales de pacientes antes del trasplante de microbiota fecal y 3 semanas después del trasplante de microbiota fecal para cultivarlas y las muestras del donante para detectar la presencia de C. difficile; asimismo, evaluaron los desenlaces clínicos a las 3 semanas y a los 6 meses después del trasplante de microbiota fecal.

Tras el tratamiento con antibiótico, pero antes del trasplante de microbiota fecal, 19% de los pacientes (n = 16) todavía tenía un cultivo de C. difficile toxigénico mientras que el otro 81% tuvo un cultivo negativo. Ninguna de las muestras de donante tuvo un cultivo positivo para C. difficile. Después del tratamiento mediante trasplante de microbiota fecal, cinco pacientes que tuvieron un cultivo positivo antes del trasplante de microbiota fecal persistieron con la positividad, y los otros 11 fueron negativos. De 81% de los pacientes (n = 68) que tuvieron un cultivo negativo inmediatamente antes del trasplante de microbiota fecal, 22 tuvieron un cultivo positivo y 46 un cultivo negativo después del trasplante. En general, 26% de los pacientes después del trasplante de microbiota fecal tuvieron un cultivo positivo para C. difficile, hallazgo que fue 10 tantos mayor que el de otro estudio en que se evaluó C. difficile con pruebas de reacción en cadena de la polimerasa, dijo la Dra. Terveer.

Tabla. Análisis de muestras fecales de pacientes que tomaron vancomicina durante un mínimo de 4 días antes de someterse a trasplante de microbiota fecal

Proporción de pacientes
(n = 84)

C. difficile previo a trasplante de microbiota fecal

C. difficile posterior a  trasplante de microbiota fecal

6%

Positivo

Positivo

13%

Positivo

Negativo

26%

Negativo

Positivo

55%

Negativo

Negativo

La tasa de curación clínica después del trasplante de microbiota fecal fue de 94% y cinco pacientes tuvieron recaídas en los primeros 2 meses después de su trasplante. Estas recaídas fueron más frecuentes en pacientes con un cultivo positivo para C. difficile antes del trasplante de microbiota fecal (odds ratio [OR]: 7,6; p = 0,045) y un cultivo positivo para C. difficile después del trasplante (OR: 13,6; p = 0,016). Aun así, 82% de los pacientes que tuvieron un cultivo positivo para C. difficile después del trasplante de microbiota fecal permaneció clínicamente curado 2 meses más tarde.

No está claro por qué 19% de los pacientes tuvo un cultivo positivo después de su antibioticoterapia preliminar antes del trasplante de microbiota fecal, indicó la Dra. Terveer, pero es posible que el tratamiento preliminar haya tenido duración breve.

"Creo que lo aconsejable debería ser administrar un ciclo de antibioticoterapia anti-C. difficile completo para tratar la infección por C. difficile, y luego administrar trasplante de microbiota fecal para restaurar la microbiota y evitar más recaídas", señaló la Dra. Terveer. El Dr. Dimitri Drekonja, jefe del Departamento de enfermedades infecciosas del Minneapolis VA Medical Center, en Minneapolis, Estados Unidos, dijo que los hallazgos no necesariamente eran sorprendentes, pero que hubiera sido interesante que los investigadores realizaran secuenciación de ADN de muestras fecales de los pacientes después del trasplante de microbiota fecal para ver cuál era la diversidad biológica.

"Una corriente de pensamiento ha sido que se tiene que repoblar la microbiota diversa normal del colon con trasplante de microbiota fecal, y la otra es que es necesario eliminar C. difficile que se encuentra ahí", comentó a Medscape Noticias Médicas el Dr. Drekonja, quien no intervino en el estudio. "Creo que más personas consideran que es la microbiota diversa, porque si solo se está deshaciendo de C. difficile, podemos hacer eso con antibióticos, pero ello no elimina otros microorganismos".

Mientras se tenga una microbiota diversa después del trasplante de microbiota fecal, "tener algunos microorganismos residuales, aun cuando se amplifiquen en el proceso de cultivo, probablemente no represente mucho problema", añadió el Dr. Drekonja.

Sin embargo, hay una tercera escuela de pensamiento con la que el Dr. Drekonja manifestó estar de acuerdo: "Realmente no me preocupa cómo funciona, solo que en estudios bien realizados funciona. Mientras estudios grandes, robustos, con buen enmascaramiento, demuestren que el trasplante de microbiota fecal funciona, estoy abierto a todo tipo de ideas de cuál es el mecanismo. Lo principal es si funciona o no".

Estos hallazgos básicamente refuerzan la guía actual que indica no evaluar las heces de los pacientes si están asintomáticos, destacó el Dr. Drekonja. En el pasado los médicos a veces evaluaban las heces de los pacientes después del tratamiento para garantizar que se erradicara C. difficile, independientemente de que el paciente tuviera síntomas de infección.

"Desde entonces nos hemos percatado cada vez más de que hay muchas personas que tienen C. difficile detectable en sus heces sin presentar algún síntoma, sean detectables mediante cultivo o reacción en cadena de la polimerasa. En general, si el paciente está evolucionando bien y no tiene diarrea, no hay que hacer pruebas, y si alguien hace pruebas e identifica el microorganismo hay que pretender que no se hizo la prueba. Esta es una parte importante de la vigilancia diagnóstica: no se hacen pruebas a personas que están bien", concluyó el especialista.

El Netherlands Donor Feces Bank utilizado en la investigación es financiado por una beca de Vedanta Biosciences. El Dr. Drekonja ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Tara Haelle es una periodista independiente en el campo de la ciencia y la salud con sede en Dallas.

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