La exposición a la adversidad en la vida temprana se asoció significativamente con funcionamiento ejecutivo deficiente en niños y adolescentes, según los datos de una revisión sistemática y metanálisis de 91 estudios.[1]
Investigaciones anteriores han demostrado asociaciones entre la adversidad en la vida temprana y los cambios en el desarrollo psicológico, cognitivo y neurobiológico, incluido un mayor riesgo de ansiedad, depresión, trastorno por déficit de atención/hiperactividad, trastornos de conducta, tendencias suicidas y trastornos por uso de sustancias; sin embargo, la investigación que se centra en las asociaciones entre diferentes tipos de adversidad en la vida temprana y procesos específicos es limitada, escribieron Dylan Johnson, M. Sc., de la University of Toronto, en Toronto, Canadá, y sus colaboradores.
"Abordamos directamente esta brecha en la literatura al examinar la asociación entre el tipo de adversidad en la vida temprana y el funcionamiento ejecutivo en niños y jóvenes", señalaron.
En un estudio publicado en JAMA Pediatrics, los investigadores identificaron 91 artículos que incluían 82 cohortes únicas y 31.188 individuos únicos de entre 1 y 18 años.
Los artículos se seleccionaron de las bases de datos Embase, ERIC, MEDLINE y PsycInfo y fueron publicados hasta el 31 de diciembre de 2020. Los desenlaces primarios fueron las mediciones de los tres dominios del funcionamiento ejecutivo: flexibilidad cognitiva, control inhibitorio y memoria de trabajo. Para corregir los tamaños de muestra pequeños en algunos estudios, los investigadores estandarizaron sus medidas de asociación en tamaños del efecto de la g de Hedges.
En general las estimaciones agrupadas de la asociación de cualquier adversidad infantil con los tres dominios del funcionamiento ejecutivo mostraron una heterogeneidad significativa, con efectos de la g de Hedges de –0,49 para la flexibilidad cognitiva, –0,39 para el control inhibitorio y –0,47 para la memoria de trabajo.
Los investigadores también examinaron una submuestra de asociaciones de adversidad en la vida temprana-funcionamiento ejecutivo en categorías de exposición temprana a amenazas, en comparación con la adversidad temprana, incluidos 56 de los 91 artículos originales. En este análisis, un control inhibitorio significativamente menor se asoció con la adversidad, en comparación con la amenaza (g de Hedges: –0,43 frente a –0,27). De manera similar, una memoria de trabajo menor de manera estadísticamente significativa se asoció con la adversidad, en comparación con la amenaza (g de Hedges: –0,54 frente a g de Hedges: –0,28). Tanto para el control inhibitorio como para la memoria de trabajo, la asociación de la adversidad no fue moderada por la edad o el sexo de los participantes del estudio, el diseño del estudio, la calidad de los resultados o la calidad de la selección, anotaron los investigadores.
No se observó una diferencia significativa en el efecto de la exposición a la amenaza frente a la adversidad para la asociación con la flexibilidad cognitiva. La razón de esta discrepancia sigue sin estar clara, señalaron los investigadores. "Alguna evidencia sugiere que las personas que crecen en entornos impredecibles pueden tener control inhibitorio reducido, pero mayor flexibilidad cognitiva", anotaron.
Sin embargo, los resultados generales sugieren que la exposición a la adversidad puede estar asociada con cambios en el desarrollo neurológico que favorezcan el desarrollo del funcionamiento ejecutivo, dijeron.
Los hallazgos del estudio estuvieron limitados por varios factores, incluida la heterogeneidad sustancial en las estimaciones agrupadas y la necesidad de considerar las variaciones en el diseño de los estudios, anotaron los investigadores. Además, el diseño transversal de muchos estudios impidió llegar a conclusiones sobre la causalidad entre adversidad en la vida temprana y el funcionamiento ejecutivo, añadieron.
"Las investigaciones futuras deberían explorar las diferencias entre la amenaza y la adversidad cuando se utilizan medidas de funcionamiento ejecutivo emocional. Las experiencias de amenaza a menudo se asocian con alteraciones en el procesamiento emocional, y se pueden observar diferentes hallazgos cuando se investigan los resultados del funcionamiento ejecutivo emocional", concluyeron.
Se necesitan planes de prevención e intervención
"Aunque numerosos estudios han examinado las asociaciones entre adversidad en la vida temprana y el funcionamiento ejecutivo, las asociaciones de amenaza y adversidad con dominios específicos del funcionamiento ejecutivo (p. ej., flexibilidad cognitiva, control inhibitorio y memoria de trabajo) no se han explorado de manera exhaustiva", escribieron Beth S. Slomine, Ph. D., y Nikeea Copeland-Linder, Ph. D., del Kennedy Krieger Institute y de la Johns Hopkins University School, en Baltimore, Estados Unidos, en un editorial adjunto.[2]
El estudio es "crítico y oportuno" debido al impacto de la pandemia de COVID-19 en la exposición de los niños a la privación, manifestaron las autoras. "Muchos niños han experimentado la muerte de familiares o amigos, inseguridad alimentaria y de vivienda debido a la recesión económica, cierres de escuelas, pérdida de servicios de apoyo críticos y mayor aislamiento debido a las medidas de distanciamiento social", y estos efectos son aún mayores para los niños que ya viven en la pobreza y aquellos con discapacidades del desarrollo, señalaron.
Se necesitan más recursos para desarrollar e implementar políticas de prevención de adversidad en la vida temprana, así como planes de intervención temprana, dijeron las editorialistas.
"Los programas de intervención temprana tienen gran potencial para reducir el riesgo de adversidad en la vida temprana y promover el desarrollo del funcionamiento ejecutivo. Estos programas, como el apoyo familiar y los servicios preescolares, son soluciones viables para los niños y sus familias", agregaron. Aunque la pandemia impidió el uso de muchos servicios de apoyo para niños en riesgo, la adopción de la tecnología de telesalud significa que "ahora es más factible para los expertos en rehabilitación cognitiva implementar la tecnología de telesalud para capacitar a los padres y al personal escolar sobre cómo implementar las intervenciones el mundo real y cómo promover el funcionamiento ejecutivo en la vida diaria", anotaron.
En general, los hallazgos del estudio subrayan la urgencia de identificar adversidad en la vida temprana e implementar estrategias para reducir y prevenir adversidad en la vida temprana, y proporcionar una intervención temprana para mitigar el impacto de adversidad en la vida temprana en la función ejecutiva en los niños, enfatizaron los editorialistas.
Los datos aportan comprensión, pero aún existen barreras
"En este punto, hay datos que demuestran el impacto significativo que las experiencias adversas de la niñez tienen en los resultados de salud, desde un deterioro de la salud mental hasta un mayor riesgo de cáncer y diabetes", comentó la Dra. Kelly A. Curran, de University of Oklahoma Health Sciences Center, en Oklahoma City, Estados Unidos.
"Los médicos, incluida yo, tienden a agrupar todas estas experiencias cuando piensan en los resultados de salud futuros. Sin embargo, hay datos en evolución de que los resultados neurocognitivos pueden ser diferentes según el tipo de adversidad experimentada en los primeros años de vida. Este metanálisis examina el riesgo de los diferentes tipos de impacto neurocognitivo de los tipos de privación, adversidad o amenaza, lo cual es importante para los pediatras porque nos ayuda a comprender mejor los riesgos que pueden experimentar nuestros pacientes", explicó la Dra. Curran.
"Los resultados de este metanálisis fueron especialmente intrigantes porque no había considerado previamente el impacto que los diferentes tipos de adversidad tenían en el desarrollo neurocognitivo. Este estudio me hizo pensar en estas experiencias de manera diferente, y al reflexionar sobre los pacientes que he atendido a lo largo de los años, puedo ver la diferencia en sus resultados", añadió.
Persisten muchas barreras para abordar los efectos de la privación en la vida temprana sobre la función ejecutiva.
"Primero están las barreras en torno a la identificación de estos niños y adolescentes, que pueden no tener un contacto regular con el sistema médico. Además, es importante proporcionar recursos para los padres y cuidadores; esto incluye la creación de una red de apoyo sólida y la educación sobre el impacto de estas experiencias. También existen barreras para identificar y conectarse con qué recursos ayudarán a los niños en riesgo de tener resultados deficientes en el desarrollo neurológico", agregó.
"Ahora que sabemos que los niños que han experimentado privaciones en las primeras etapas de la vida tienen un mayor riesgo de empeorar los resultados del desarrollo neurológico, será importante comprender qué intervenciones pueden ayudar a mejorar sus resultados", concluyó la Dra. Curran.
El estudio recibió apoyo del Connaught New Researcher Award de University of Toronto. Los investigadores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Slomine declaró recibir regalías de libros de Cambridge University Press no relacionadas con este estudio. La Dra. Curran ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente, pero forma parte del Consejo Asesor Editorial de Noticias Pediátricas.
Este contenido fue originalmente publicado en MDEdge, parte de la Red Profesional de Medscape.
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Citar este artículo: La privación infantil afecta la función ejecutiva posterior - Medscape - 30 de jul de 2021.
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