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Mientras España ha entrado en la quinta, Reino Unido afirma que la cuarta aún no ha terminado, Italia y México están en la tercera y Argentina al final de la segunda: estamos hablando de las llamadas olas epidémicas, un concepto no del todo claro incluso para expertos y que merece un estudio más a fondo. Las olas epidémicas, de hecho, influyen en la percepción pública de la pandemia y también en las posturas políticas.
"No existe una definición clara de una ola pandémica o una fase epidémica, pero podemos entender más si analizamos la historia de las epidemias pasadas", dijo Abram L. Wagner, Ph. D., maestro en salud pública, e investigador en epidemiología de la University of Michigan en Ann Arbor, Estados Unidos, en uno de los pocos artículos publicados sobre el tema al comienzo de la pandemia.[1]
Que esto es confuso es un hecho. En junio de 2020, Mike Pence, entonces vicepresidente de Estados Unidos, debatió en un editorial del Wall Street Journal titulado No hay una 'segunda ola' de coronavirus. El mismo día, el director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID) de Estados Unidos, el Dr. Anthony Fauci respondió, a través de los mismos medios: "La gente está hablando de la segunda ola pero Estados Unidos todavía se encuentra firmemente dentro de una primera ola de casos". El término ola epidémica, por lo tanto, parece ser solo una metáfora sin base científica. Pero, ¿es realmente así?
Modelos de hace dos siglos
En realidad, se trata de una metáfora de larga data, utilizada por primera vez durante la epidemia de influenza estacional de 1889 a 1892, la primera ampliamente reportada en la prensa: cuando, después de un primer repunte de infecciones y un momento en el que la enfermedad parecía desaparecer, los casos empezaron a subir de nuevo, los periodistas hablaron, por primera vez, de una "segunda ola". El término se consolidó en el lenguaje común durante la epidemia de influenza de 1918 a 1929, caracterizada, en diferentes partes del mundo por el repetido resurgimiento de las infecciones, modelo que parece "inspirar" esta nueva pandemia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha tratado de definirlo, afirmando que, para decretar el fin de una ola pandémica, "el virus debe estar bajo control y los casos deben reducirse sustancialmente. Para decretar una segunda ola es necesario un crecimiento sostenido de casos". En cierto sentido, esta es una definición tautológica, que no ayuda mucho a aclarar.
Diferentes perfiles
La característica de las olas epidémicas es que son causadas por el mismo agente infeccioso pero tienen perfiles diferentes, porque cada una de ellas puede impactar en distintas poblaciones, incluso en el mismo país. Por ejemplo, al inicio una epidemia puede afectar a casi todos sin distinción, como sucedió con COVID-19, pero luego, gracias a la inmunidad lograda por medios naturales o por vacunación de parte de una parte de la población, cambia de objetivo, enfocándose en la población de edad avanzada o la población pediátrica.
Las olas pueden estar separadas por las estaciones sin propiciar la transmisión de la infección, como ocurre con los virus estacionales clásicos como la influenza, también ligadas al cambio en el estilo de vida de la comunidad con la llegada del calor.[2]
La segunda ola es generalmente peor que la primera, porque a menudo está respaldada por variantes más agresivas, como sucedió con COVID-19. Las terceras olas afectan históricamente a grupos sociales específicos, por razones socioeconómicas o de nivel educativo, asumiendo que las dos primeras ya han proporcionado cierto grado de inmunidad a un segmento de la población y que los grupos sociales más afortunados tienen acceso a medidas de prevención o contención de la gravedad de la infección.
Las olas subsiguientes son generalmente propulsadas por variantes víricas o por agentes infecciosos seleccionados precisamente por su rápida capacidad de contagio. "Se trata de un modelo de transmisión infecciosa que se basa fundamentalmente en datos históricos", explicó el Dr. Paolo Vineis, maestro en salud pública, epidemiólogo y profesor en el London Imperial College en Londres, Reino Unido, "pero que de nuevo carece de una definición cuantitativa clara que haga unívoca la determinación de picos epidémicos".
En marzo de 2020, por ejemplo, el Centre for Evidence-Based Medicine de la University of Oxford intentó predecir la ocurrencia de la segunda ola de COVID-19 con base en esta misma metodología histórica, analizando lo sucedido durante las epidemias anteriores y el número de olas de cada una de ellas, sin poder identificar un patrón recurrente. En ese momento, la conclusión de los expertos fue: "La teoría de la ola pandémica no está clara. La más conocida es la teoría cíclica basada en casos de influenza que predice ciclos de infección que aparecen cuando la inmunidad natural al agente infeccioso anterior desaparece con la muerte de los sobrevivientes. Hasta hace poco, se suponía que este comportamiento cíclico rondaba los 70 años. Esta teoría, sin embargo, no concuerda con la evidencia y con la aparición de nuevos agentes infecciosos como los coronavirus".
Nuevas definiciones al servicio de las políticas
"El estudio de olas epidémicas hoy puede contar con nuevas metodologías, en particular el modelado y análisis de grandes cantidades de datos", explicó el Dr. Vineis. Este es el enfoque utilizado, por ejemplo, por Giacomo Cacciapaglia y sus colaboradores en un trabajo reciente publicado en Scientific Reports que utiliza el modelo de dilatación del tiempo según la teoría especial de la relatividad para definir la tasa de propagación de la enfermedad, mientras que la etapa final de un episodio epidémico corresponde al logro de un estado invariante en la escala de tiempo.[3] El periodo endémico entre dos olas se interpreta, por tanto, como un signo de inestabilidad en el sistema. Este tipo de modelo permite hacer predicciones sobre el curso y la recurrencia de las epidemias, pero no es el único en el que están trabajando los expertos. La OMS, por ejemplo, está tratando de desarrollar un índice compuesto que considere la tasa de transmisión de la enfermedad en función del tiempo, pero también la aparición de variantes del agente infeccioso.
Este contenido fue originalmente publicado en Univadis, parte de la Red Profesional de Medscape.
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Citar este artículo: COVID-19: ¿cómo se define una ola pandémica? - Medscape - 29 de jul de 2021.
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