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Más allá de la ventaja obvia para quienes tienen fobia a las agujas, las siete vacunas intranasales contra la COVID-19 en fase de desarrollo podrían ofrecer dos niveles adicionales de protección contra la infección por SARS-CoV-2, afirman expertos.[1]
En primer lugar, las vacunas intranasales podrían producir anticuerpos y atraer otros componentes del sistema inmunitario a la nariz y las vías respiratorias altas, formando una primera línea de defensa contra la infección. En segundo lugar, si ocurre la infección, una respuesta local en la nariz puede ser más rápida que una sistémica, lo que proporciona al SARS-CoV-2 menos probabilidad de replicarse, eliminarse y transmitirse a otras personas.
Por lo menos esa es la idea.

Troy Randall, Ph. D.
"Veremos cómo les va en los estudios clínicos, pero la investigación indica que estos tipos de vacunas deberían desencadenar respuesta inmunitaria especializada en las vías nasales que pueda ayudar a detener al SARS-CoV-2 en el lugar de la infección y reducir la transmisión", indicó Troy D. Randall, Ph. D., a Medscape Noticias Médicas.
Randall y la coautora Frances Lund, Ph. D. analizaron la promesa de las vacunas intranasales contra la COVID-19 en un artículo de perspectiva publicado el 22 de julio de la versión electrónica de Science.
Aplicar directamente la vacuna en el interior o en la mucosa de la nariz podría tener una ventaja, estuvo de acuerdo Debora H. Fuller, Ph. D. "La inmunidad de la mucosa, en especial contra enfermedades respiratorias, es una mina de oro para las vacunas relativamente no explotada", comentó a Medscape Noticias Médicas cuando se le pidió su comentario.
Investigación reciente realizada por Fuller y sus colaboradores, al igual que por otros autores, indica que las respuestas inmunitarias en la mucosa pueden limitar mejor la replicación viral y las respuestas inmunitarias localizadas en la sangre.[2]
"Y esto hace sentido. Si se tienen células inmunitarias localizadas en el sitio inicial donde el virus infecta, podrían suprimir el virus antes que tenga oportunidad de replicarse", añadió Fuller, profesora de microbiología en la University of Washington School of Medicine, y jefa de la División de Enfermedades Infecciosas y Medicina Traslacional en el Washington National Primate Research Center, en Seattle, Estados Unidos.
¿Lo mejor de ambos mundos?
Si una o más de las formulaciones intranasales contra la COVID-19 logran la autorización para uso de emergencia o la aprobación por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, la estrategia ideal podría ser combinar la vacunación intramuscular con una dosis de refuerzo intranasal, señalaron los autores.
Este impacto doble de la vacuna podría incrementar la protección al abordar dos respuestas inmunitarias de inmunoglobulina.
"La vacunación intramuscular debería provocar inmunidad sistémica o central, que proporciona respuesta robusta de anticuerpo circulante de inmunoglobulina G en la sangre. La vacunación intranasal podría desencadenar inmunidad de la mucosa en las vías nasales y desencadenar preferentemente respuesta de anticuerpo de inmunoglobulina A, sobre todo en las vías nasales", destacó Randall, profesor del inmunología clínica y reumatología del Departamento de Medicina de la University of Alabama, en Birmingham, Estados Unidos.
"Tener ambas proporciona más cobertura", añadió.
¿Un avance potencial en infecciones intercurrentes?
Las vacunas intranasales también podrían tener ventajas para reducir las infecciones intercurrentes, señaló Fuller. "Últimamente hemos observado infecciones intercurrentes por el SARS-CoV-2 en individuos vacunados. Esto es de esperar, ya que las vacunas actuales están diseñadas para proteger principalmente contra la enfermedad".
Hay duda en cuanto a si las personas con infecciones intercurrentes, incluso aquellas sin síntomas, podrían aún transmitir el SARS-CoV-2 a personas no vacunadas. "No lo sabemos todavía. En el caso de la inmunización en la mucosa, la esperanza es que el virus no tenga la oportunidad de activarse", añadió Fuller.
El tiempo podría decirlo. Seis de las formulaciones intranasales están en estudios de fase 1. Estas vacunas las están desarrollando la University of Oxford, Altimmune, Bharat Biotech, la University of Hong Kong, Meissa Vaccines y Codagenix. Un séptimo producto, del Centro para Ingeniería Genética y Biotecnología, en la Habana, Cuba, se está evaluando en un estudio de fases 1/2.
Estas formulaciones tienen mucha promesa, agregó Fuller. "La inmunidad en la mucosa ofrece la mejor esperanza para encontrar el santo grial de la vacunación: inmunidad esterilizante o protección completa contra la infección".
Un equipo de "primeras respondedoras"
Los anticuerpos atraen mucha atención, pero otros componentes del sistema inmunitario juegan papeles importantes en la respuesta a las infecciones víricas como las causadas por el SARS-CoV-2. Asimismo, mucho después que los niveles de anticuerpo comienzan a desaparecer, "las células de memoria", como las células T CD8+, permanecen en la circulación o en las superficies mucosas, donde pueden reconocer patógenos y reactivarse para combatir infecciones futuras.
Las células B y T de memoria en el pulmón y las vías nasales también actúan como primeras respondedoras no redundantes para atacar la infección. Son esenciales para la eliminación rápida del virus, señalaron los autores.
Para que estas células de memoria permanezcan a la espera en las vías respiratorias es necesaria la interacción directa con un antígeno vírico. Esto significa que "las vacunas ideadas para reclutar células de memoria residentes hacia el sistema respiratorio podrían administrarse por vía intranasal", señalaron los autores.
Vacunas de virus vivos atenuados
Seis de las vacunas intranasales en vías de desarrollo son vacunas de virus vivos atenuados o de vectores de virus; la séptima es una vacuna de subunidad de proteína. Las vacunas de virus vivos atenuados ofrecen ventajas, pero al menos históricamente son muy problemáticas.
Los autores explicaron que a diferencia de una vacuna de vector que se dirige a un solo componente de un virus SARS-CoV-2, como la proteína en espiga, "el SARS-CoV-2 vivo atenuado ofrece la ventaja de expresar (y potencialmente desencadenar respuestas inmunitarias contra) todas las proteínas del virus, confiriendo, por tanto, inmunidad de amplio espectro que debería reaccionar de forma cruzada y proporcionar cierto nivel de inmunidad contra cepas variantes del SARS-CoV-2".
En el término "vivos atenuados", la palabra "atenuados" significa que los científicos han alterado al virus vivo de manera que es improbable que produzca enfermedad, pero aun así desencadenará respuesta inmunitaria robusta. El riesgo es que un virus vivo atenuado desarrolle una mutación que supere esta característica de seguridad. A este proceso se le conoce como "reversión".
"Aunque las técnicas moleculares modernas minimizan el riesgo de reversión, los virus vivos atenuados retienen la capacidad de replicación y están contraindicados en lactantes menores de 2 años, personas de más de 49 años de edad o personas inmunodeprimidas", señalaron los autores.
Cuando se le pidió que cuantificara el riesgo, Randall dijo: "En mi opinión, el riesgo es mínimo para las personas de este rango de edad con un sistema inmunitario normal".
"Sin embargo, las personas con inmunodeficiencia debido a factores genéticos o fármacos inmunosupresores para tratar otras enfermedades probablemente no deberían vacunarse con vacunas de virus vivos atenuados para el SARS-CoV-2 o alguna otra enfermedad", agregó.
"Siempre será importante tener cautela con respecto a la seguridad de los virus vivos atenuados", coincidió Fuller.
Estas vacunas de virus "no son tecnologías de ʹconectarse y usarʹ como las vacunas de ARN mensajero en las que se utiliza el mismo esqueleto y simplemente se extrae la secuencia para la siguiente variante del virus", destacó.
Más bien el desarrollo de cada virus vivo atenuado es individualizado e incluye pruebas de seguridad rigurosas para garantizar que no se pueda revertir a un virus de tipo natural, dijo Fuller. Este es un motivo por el que las vacunas de virus vivos atenuados tardan más tiempo en desarrollarse que las vacunas de ARN mensajero, añadió.
Una advertencia importante
Otra salvedad potencial con las vacunas de virus vivos atenuados, anticuerpos neutralizantes que pueden reducir la eficacia de la vacuna, plantea una distinción importante entre infección e inmunización previa.
"Las personas que pueden haber tenido exposición previa a la infección por el SARS-CoV-2 casi seguramente tendrán anticuerpos inmunoglobulina A en la nariz que pueden neutralizar una vacuna de SARS-CoV-2 vivo atenuado. Estos anticuerpos pueden desaparecer después de un año, aproximadamente", añadió Randall.
En cambio, las personas que han estado expuestas a la vacuna contra el SARS-CoV-2 a través de una inyección en el brazo tendrán principalmente anticuerpos de inmunoglobulina G circulantes, añadió.
Los niveles moderados de inmunoglobulina G circulante no aparecerán en la nariz y no neutralizarán una vacunación subsiguiente con el SARS-CoV-2 vivo atenuado. Sin embargo, altos niveles de inmunoglobulina G circulantes permitirán que un poco de inmunoglobulina G llegue a la nariz y pueda reducir la eficacia de una vacuna de virus vivo atenuado.
Esta inquietud no es privativa del SARS-CoV-2, también surge en relación con las vacunas de virus vivos atenuados contra influenza, síndrome respiratorio agudo grave, infección por virus sincitial respiratorio y enfermedades ocasionadas por otros virus. Sería ideal desarrollar una vacuna intranasal que no puedan neutralizar anticuerpos preexistentes, añadió Randall.
Promesa futura
Fuller elogió a los autores por describir apropiadamente las dificultades potenciales para las vacunas aplicadas en mucosas. Por ejemplo, Randall y Lund abordaron cómo están diseñadas las vacunas intranasales para dirigirse a la nariz sin llegar a los tejidos profundos de los pulmones.
"Dado que la descarga de la vacuna en las vías respiratorias bajas puede causar directamente inflamación o exacerbar trastornos como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las vacunas intranasales suelen administrarse a los seres humanos de forma que evitan que el antígeno llegue a los pulmones", escribieron.
Fuller dijo que incluso con algunas limitaciones, "en última instancia, las vacunas aplicadas en la mucosa pueden representar la mejor estrategia para combatir futuras pandemias". Una vacuna pandémica ideal es tolerable, es estable a temperatura ambiente, puede autoadministrarse y funciona bien en personas de todas las características demográficas.
"Las vacunas aplicadas en la mucosa ofrecen el potencial de cumplir con la mayor parte de estas características, si no es que todas".
Randall y Lund son consultores y reciben financiación para investigación de Altimmune Inc. Fuller ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Damian McNamara es un periodista con sede en Miami. Cubre una amplia diversidad de especialidades médicas, que incluyen enfermedades infecciosas, gastroenterología y reumatología.
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Citar este artículo: Vacunas intranasales contra la COVID-19 podrían ofrecer protección adicional - Medscape - 27 de jul de 2021.
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