España
¿Cómo va la curva de casos?
Después de atravesar cuatro olas de contagios, con picos en marzo, septiembre y noviembre de 2020, y en enero de 2021, y un récord diario de 40.197 casos registrados el 15 de enero de 2021, España está en una fase incipiente de ascenso de la quinta ola. Según las cifras de la actualización diaria del Ministerio de Sanidad, correspondientes al 5 de julio de 2021, desde el inicio de la pandemia se han registrado 3.866.475 casos totales, con incidencia acumulada en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes de 204,16, que se encuentra en franca progresión, y viene de una cifra valle de 92 el día 23 de junio.
Los expertos y las autoridades coinciden en atribuir este incremento a los desplazamientos del periodo estival, pero sobre todo a la finalización del curso escolar de los estudiantes, con las consiguientes celebraciones y viajes. Como consecuencia de esto se ha disparado la incidencia en las franjas de edad comprendidas entre los 20 y los 29 años. La ampliación de los horarios del ocio nocturno y la retirada de la obligación de usar la mascarilla en los espacios abiertos también han contribuido.
En cuanto a la cifra total de fallecidos reconocidos desde el inicio de la pandemia, esta asciende a 80.934 (según datos oficiales), con tasa de letalidad global de la pandemia de 2,1%. En la actualidad la media nacional de porcentaje de camas ocupadas por pacientes COVID-19 es de 2,26%, mientras que la correspondiente a las camas de unidades de cuidados intensivos es de 6,73%, mostrando leve tendencia descendente, debido a que el aumento de casos actual se está produciendo en los jóvenes, la mayoría no vacunados.
¿Cómo se evalúa la gestión de la vacunación en el país?
La campaña de vacunación en España comenzó el 27 de diciembre de 2020. Según datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad en sus actualizaciones diarias, a fecha de 5 de julio, de las 47.081.000 de dosis que ha recibido España de las cuatro vacunas que se incluyen en la estrategia vacunal (Pfizer/BioNTech, University of Oxford/AstraZeneca, Moderna y Janssen), se ha administrado 93,4% de las mismas.[2]
De la población (26.505.000), 55,9% tiene puesta al menos una dosis y 40,3% (19.135.000) ha recibido la pauta vacunal completa, bien por una doble dosis o por una sola en caso de haber pasado la enfermedad o haber recibido la vacuna de Janssen (que es monodosis). En el caso de los mayores de 40 años, cerca de 90% recibió al menos una dosis y 56,1% completó el esquema.
"Después de un inicio un poco accidentado, el ritmo de vacunación en España, al igual que en el resto de la Comunidad Europea, es muy bueno. Ha habido errores importantes, como la distribución por edades de la vacuna de AstraZeneca, que ha dejado a la población de 60 a 69 años poco vacunada ante la llegada de la variante delta, pero en general, la situación es buena", declaró a Medscape en español el Dr. Salvador Macip, investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido) y de la Universidad Oberta de la Catalunya (UOC), con sede en Barcelona.
¿Cuáles son las medidas que se implementaron para controlar la pandemia?
Como muchos países, España combinó fuertes restricciones iniciales con flexibilizaciones graduales y "refuerzos" (temporarios) puntuales de algunas medidas de salud pública. El 14 de marzo de 2020, cuando el país registraba 5.753 contagios confirmados y 136 decesos, el gobierno decretó el estado de alarma (prorrogado hasta en seis ocasiones) que implicaba, entre otras medidas, el confinamiento de la población, la suspensión de actividades no esenciales y la limitación de actividades y movimientos de la población a una serie de servicios considerados esenciales.
La actividad asistencial se volcó en la atención de enfermos COVID-19, paralizándose las citas presenciales y la mayoría de las intervenciones programadas en todas las especialidades. Posteriormente, sobre todo a partir del fin de la primera oleada, empezaron a diseñarse y habilitarse zonas "COVID-19" y "no COVID-19" con el objetivo de ir retomando poco a poco la asistencia presencial, impulsándose de forma paralela la consulta telemática.
El 28 de abril de 2020 se aprobó un plan de desescalada en cuatro fases y a distintas velocidades, en función de la situación epidemiológica de cada región. Asimismo, a partir de junio se permitió la movilidad entre provincias, adoptando algunas comunidades autónomas medidas de protección al respecto y de cara a las vacaciones de verano (por ejemplo, registro de personas procedentes de otras autonomías).
Ante el repunte de contagios registrados a partir de enero de 2021, coincidiendo con la expansión de la variante alfa o B.1.1.7, que llegó a ser la dominante en buena parte del territorio español, la Comisión de Salud Pública propuso el 4 de marzo establecer de cara a las vacaciones de Semana Santa (29 de marzo a 5 de abril) el cierre perimetral de las comunidades y el toque de queda (de 22.00 a 6.00).
Finalmente, el 9 de mayo de 2021 se decretó el fin del estado de alarma, lo que en la práctica supuso el fin de los cierres perimetrales, aunque se estableció que la gestión de las restricciones y las medidas a adoptar para frenar la pandemia en caso de repuntes fuera competencia de las distintas comunidades autónomas. En tanto, el uso de mascarillas en vía pública y espacios al aire libre también dejó ser obligatorio el pasado 26 de junio, excepto en casos de aglomeraciones o cuando fuera imposible mantener una distancia mínima de 1,5 metros.
¿Cuáles son las políticas actuales de testeo?
La tasa de positividad, medida de la adecuación de la estrategia de testeo y de la diseminación del virus, ronda en España 5% en las últimas semanas (4,1% el 24 de junio, último dato disponible) y no supera 10% desde el 9 de febrero de 2021, según Our World in Data.
Además de las pruebas de diagnóstico de infección activa con reacción en cadena de la polimerasa y pruebas rápidas de antígenos realzadas en las primeras 24 horas y repetición a las 48 horas ante resultados negativos en casos probables y sospechosos, el país también autorizó la venta en farmacia de pruebas de antígenos para el autodiagnóstico y de pruebas serológicas muy mejoradas que diferencian los anticuerpos generados por la infección natural frente a los inducidos por las vacunas.
¿Cuáles fueron los lineamientos para la educación?
Desde el inicio del curso escolar 2020-2021 (en septiembre de 2020), la educación presencial se mantuvo prácticamente en todo el estado en los niveles de infantil, primaria y secundaria, con diferencias en el resto de los niveles dependiendo de cada comunidad autónoma (optando por el sistema virtual, presencial o combinado, según el caso). La gestión de la situación en estos centros ha sido uno de los "grandes éxitos" de la pandemia, como se afirmó en el II Congreso Digital de la Asociación Española de Pediatría (AEP), celebrado el pasado mes de junio.
Según se comentó en ese congreso, un análisis detallado llevado a cabo recientemente por la OCDE reconoce que España ha sido un ejemplo en Europa en la apertura escolar continuada durante el curso escolar de la pandemia, "demostrando así que con las medidas preventivas aplicadas con rigor es posible mantener la escolarización presencial con éxito", indicó la Dra. María José Mellado, presidenta saliente de la Asociación Española de Pediatría.
Durante el curso 2020-2021, la media habitual de grupos burbuja confinados en cualquier semana en los centros escolares no superó por norma general 1% a 2%, y el porcentaje de alumnos o docentes infectados ha estado en torno a 0,5% la mayor parte del tiempo. El uso de mascarilla, la reducción de la relación profesor/alumno, y sobre todo, la ventilación como medida preventiva de contagio han sido las claves de esta gestión óptima, en opinión de los especialistas.
¿Cómo se proyecta el escenario para los próximos meses?
Según ha declarado el presidente Pedro Sánchez, está previsto que a finales del mes de agosto se consiga la tan ansiada inmunidad de grupo (esto es, 70% población vacunada completamente), en base al ritmo actual de la vacunación masiva, que en este momento sigue en aumento, favorecida por iniciativas como la apertura de diversos centros de vacunación las 24 horas del día (dos en el caso de la Comunidad de Madrid), o la posibilidad abierta en algunas comunidades autónomas de que los jóvenes de 18 años en adelante soliciten la vacunación, con la intención de ir intercalándolos en los huecos que queden sin cubrir de la estrategia vacunal en vigor diseñada por el gobierno.
Incluso la última actualización de la estrategia de vacunación (del 22 de junio de 2021) ya contempla que los adolescentes de 12 a 19 años inicien el curso escolar en septiembre ya inmunizados.
Sin embargo, algunos expertos han apuntado que la estrategia para "vencer al virus" pasa por conseguir que el porcentaje de población protegida alcance un porcentaje de entre 80% y 85%.
Todo apunta a que después del verano se pueda hablar de una "casi" normalidad, aunque en las últimas horas las alarmas se han disparado debido al incremento de los casos en jóvenes y la expansión de la variante delta, por lo que crecen las voces que abogan por priorizar o acelerar la cobertura vacunal en ese segmento etario. Por otro lado, algunas regiones no descartan un retroceso en las medidas de desescalada, especialmente en lo que a los horarios de ocio nocturno y hostelería se refiere (en las últimas horas han anunciado medidas en este sentido Cataluña, Navarra y Castilla y León).
¿Qué se pudo haber hecho mejor en el país?
Al igual que en la mayoría de los países, la irrupción de la pandemia supuso la adopción de medidas prácticamente sobre la marcha para adaptar la realidad asistencial y social al nuevo escenario, de ahí que en los primeros momentos la incertidumbre y la sucesión de recomendaciones (muchas de ellas contradictorias respecto a las previas) fuera la constante.
Más de un año después del inicio de la crisis sanitaria, los análisis de los expertos sobre las áreas y aspectos en los que la gestión de la pandemia ha sido francamente mejorables coinciden en identificar los siguientes: mayor esfuerzo por dotar de equipos de protección individual en cantidad y calidad suficientes a los profesionales sanitarios; la creación o actuación de un comité de expertos adecuado, priorizando sus recomendaciones y guías, despolitización de la pandemia (que en muchas ocasiones desplazó el foco de la crisis sanitaria hacia otras cuestiones y/o intereses), la transmisión a la población de información actualizada, sencilla, directa y no contradictoria, y la coordinación adecuada entre las distintas comunidades autónomas (en España las competencias sanitarias están transferidas a las Consejerías de Sanidad de las distintas Autonomías, lo que en la práctica supone la existencias de 17 sistemas sanitarios diferentes, algo que favoreció la falta de uniformidad de medidas y en ocasiones contribuyó a aumentar la confusión entre la población durante la pandemia).
"Existen muchos aspectos que se podrían haber enfocado de forma distinta en el manejo de la pandemia. Por ejemplo, año y medio después aún no hemos sido capaces de prever una ola, a pesar de los avisos que recibíamos de Reino Unido. Tampoco hemos sabido tomar medidas para evitarla (por ejemplo, cerrar rápidamente la comunicación con los países más afectados por la nueva variante), y una vez en marcha, no aplicamos las medidas que sabemos que funcionan para pararla con rapidez. Siguen prevaleciendo criterios no científicos para tomar decisiones de salud pública que, al final, acaban creando más problemas y alargando la crisis", comentó el Dr. Macip.
Medscape Noticias Médicas © 2021 WebMD, LLC
Citar este artículo: COVID-19 en Iberoamérica: mosaico de situaciones, evolución y pronóstico - Medscape - 16 de jul de 2021.
Comentario