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La cruda realidad de la resistencia a los antimicrobianos, incluidas las crecientes tasas de infecciones difíciles de tratar, la falta de una línea sólida de futuros antimicrobianos y los tratamientos anti-COVID-19 que dejan a las personas más vulnerables a las infecciones, siguen siendo prioridades urgentes, dicen los expertos.[1]
Para algunos pacientes la pandemia y la resistencia a los antimicrobianos están entrelazadas.
"Un paciente que estoy tratando ahora en el servicio realmente subraya cómo interactúan las dos", comentó el Dr. Vance Fowler durante una conferencia de prensa el 30 de junio, patrocinada por la Infectious Diseases Society of America (IDSA). Un paciente de 40 años, casado y con un hijo pequeño, desarrolló COVID-19 a principios de enero de 2021. Fue intubado, pasó aproximadamente un mes en la unidad de cuidados intensivos y sobrevivió.
"Pero desde entonces se ha visto afectado por una serie de bacterias progresivamente más resistentes a los fármacos", manifestó el Dr. Fowler, profesor de medicina en la Duke University School of Medicine, en Durham, Estados Unidos, y presidente del Comité de Resistencia a los Antimicrobianos de la IDSA.
El paciente adquirió neumonía asociada al ventilador por Pseudomonas mientras estaba conectado. Aunque la infección respondió inicialmente a los antibióticos estándar, ha experimentado recaídas en los últimos meses. A través de estas múltiples infecciones, Pseudomonas se volvieron cada vez más resistentes al tratamiento.
El Dr. Fowler agregó: "El único agente antimicrobiano restante para este paciente, es un estudio de caso en lo que estamos describiendo... un fármaco que se usa con relativa poca frecuencia, que es bastante caro, pero para ese paciente en particular es absolutamente vital".
Una experiencia personal "aterradora"
Tori Kinamon, estudiante de medicina de la Duke University y miembro de la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos sobre resistencia a los fármacos antibacterianos, se unió al Dr. Fowler en la sesión informativa de la IDSA. Compartió su viaje personal de sobrevivir a una infección por Staphylococcus aureus resistente a meticilina, una que despertó su interés en convertirse en médica.
"Tuve una confrontación muy aterradora e inesperada con la resistencia a los antimicrobianos cuando era estudiante de primer año en la universidad", dijo Kinamon.
Unos días después de competir en un campeonato de gimnasia de la División Uno sintió un dolor de inicio gradual en el tendón de la corva izquierda. El dolor empeoró de forma aguda, y en cuestión de días su pierna se puso roja, hinchada y dolorosa al tacto.
Kinamon fue ingresada al hospital por sospecha de celulitis y se le administraron antibióticos por vía intravenosa.
"Sin embargo, mi estado clínico siguió deteriorándose. Los estudios de imágenes revelaron un absceso de 15 cm de profundidad en mi tendón de la corva", relató.
La infección que puso en peligro la vida y la extremidad la dejó preguntándose si saldría de la cirugía con ambas piernas.
"Al final tuve ocho cirugías en dos semanas", dijo.
"Como atleta universitaria de 19 años, eso es aterrador. Y nunca imaginé que me pasaría algo así, hasta que sucedió", agregó Kinamon, quien también es parte de la sección de prevención de infecciones de la National Collegiate Athletic Association.
Cuando los riñones de Kinamon ya no pudieron tolerar vancomicina, la cambiaron a daptomicina.
"Reflexiono con bastante frecuencia cómo tener ese fármaco adicional en la reserva tuvo un impacto significativo en mi resultado", dijo.
Incentivar nuevos agentes antimicrobianos
La falta de nuevos antimicrobianos en desarrollo no es una historia nueva.
"Ha habido una pausa que se ha mantenido en el campo del desarrollo de antibióticos. La mayoría de las grandes empresas farmacéuticas ha abandonado el área de los antiinfecciosos y la mayor parte de la investigación y el desarrollo está ahora en pequeñas empresas farmacéuticas. Y están luchando", destacó el Dr. Fowler.
Una posible solución es la Ley Pasteur, un proyecto de ley bipartidista reintroducido en el congreso y respaldado por la IDSA.[2] El proyecto de ley alienta a las empresas farmacéuticas a desarrollar nuevos agentes antimicrobianos con fondos no vinculados a la venta o el uso de los fármacos.
Además, el proyecto de ley enfatiza el uso apropiado de estos agentes a través de programas de administración eficaz.
Aunque algunas instituciones desviaron recursos de resistencia a los antimicrobianos por necesidad cuando golpeó la COVID-19, "por nuestra experiencia en Duke puedo decir ciertamente que al menos la administración estaba viva y funcionando. No fue relegada", destacó el Dr. Fowler.
"De hecho, en todo caso COVID-19 realmente enfatizó la importancia de la administración" al ayudar a los médicos con orientación sobre el uso de remdesivir y otros antivirales durante la pandemia.
Asimismo, en algunos casos los tratamientos utilizados para mantener con vida a las personas con COVID-19 paradójicamente pueden colocarlas en mayor riesgo de otras infecciones, añadió el Dr. Fowler, citando los corticoesteroides como ejemplo.
Preocupación de todos
La resistencia a los antimicrobianos tampoco es solo un problema en los entornos hospitalarios. Kinamon reiteró que contrajo la infección en un entorno deportivo.
"La resistencia a los antimicrobianos no es solo un problema para los pacientes de la unidad de cuidados intensivos en el hospital. Estaba más saludable que nunca y casi no escapé de la muerte debido a una de estas infecciones. A medida que aumentan las tasas de resistencia conforme estos patógenos se vuelven más virulentos, la resistencia a los antimicrobianos se está convirtiendo cada vez más una amenaza para la comunidad", agregó.
Además, los consumidores también son parcialmente culpables, señaló el Dr. Fowler.
"Es interesante cuando observas las encuestas sobre el número de pacientes que han usado los antibióticos de otra persona" o los agentes antimicrobianos sobrantes de una infección anterior.
"Es realmente sorprendente... ese es el tipo de uso excesivo de antibióticos que contribuye directamente a la resistencia a los antibacterianos", señaló.
Razones para el optimismo
Se están realizando avances prometedores en el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de las resistencia a los antimicrobianos, puntualizó el Dr. Fowler.
"Siempre me emociona mucho hablar de ello. Es asombroso lo que la tecnología y los descubrimientos científicos pueden aportar a esta discusión y a esta amenaza", destacó.
Por ejemplo, hay una "revolución silenciosa" en el diagnóstico, con el objetivo de proporcionar rápidamente datos procesables que salven la vida de un paciente real en tiempo casi real.
Tradicionalmente "se comienza tratando lo que debería estar allí" mientras se esperan los resultados de las pruebas para delimitar la terapia, indicó el Dr. Fowler. Sin embargo, se está desarrollando gran cantidad de nuevas plataformas para reducir el tiempo hasta los resultados de susceptibilidad. Este tipo de tecnología tiene "el potencial de transformar nuestra capacidad para cuidar a los pacientes, dándoles el fármaco adecuado en el momento adecuado y nada más".
Otra vía de investigación prometedora son los bacteriófagos. El Dr. Fowler es el investigador principal de un ensayo clínico en curso para evaluar los bacteriófagos como terapia complementaria para la bacteriemia por Staphylococcus aureus resistente a meticilina.
En lo que respecta a la prevención de las infecciones por resistencia a los antimicrobianos en el futuro, "sigo siendo optimista sobre la posibilidad de que las vacunas prevengan muchas de estas infecciones", expresó el Dr. Fowler, y agregó que las empresas están trabajando en vacunas contra este tipo de infecciones causadas por Staphylococcus aureus resistente a meticilina o Escherichia coli, por ejemplo.
Resultados de los pacientes
El paciente de 40 años con infecciones por Pseudomonas resistentes a múltiples fármacos "ha llegado al punto en que camina por los pasillos y creo que eventualmente saldrá del hospital", afirmó el Dr. Fowler.
"Pero su vida ha cambiado para siempre", señaló.
La recuperación de Kinamon de Staphylococcus aureus resistente a meticilina incluyó tiempo en la unidad de cuidados intensivos, un mes en un hospital regular y cinco meses en casa.
"Despertó mi interés en la investigación y el desarrollo de antibióticos porque me veo como una beneficiaria directa de la reserva de antibióticos que estaban disponibles para tratar mi infección. Ahora, como estudiante de medicina que trabaja con pacientes que tienen infecciones similares, siento profunda empatía y conexión con ellos porque hacen las mismas preguntas que yo", finalizó Kinamon.
Damian McNamara es un periodista con sede en Miami. Cubre una amplia diversidad de especialidades médicas, que incluyen enfermedades infecciosas, gastroenterología y reumatología.
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Citar este artículo: La amenaza de resistencia a los antimicrobianos continúa durante la pandemia - Medscape - 7 de jul de 2021.
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