Los trastornos del movimiento funcionales forman parte del espectro clínico de los trastornos neurológicos funcionales y representan un reto diagnóstico para los neurólogos, debido a que no existe ningún dato patognomónico en la anamnesis ni en la exploración física, que por sí solo sea concluyente y las pruebas complementarias que se realizan de rutina suelen ser normales.[1]
El diagnóstico es esencialmente clínico, basándose en aspectos de la historia clínica que son sugestivos, aunque no sean exclusivos (inicio brusco, variabilidad de los síntomas, periodos de remisiones espontáneas) unidos a la presencia de signos positivos en la exploración física (variabilidad, distraibilidad e inconsistencia e incongruencia con los trastornos del movimiento que se observan en enfermedades neurológicas típicas).
Los grandes desconocidos
"Los trastornos neurológicos funcionales siguen siendo uno de los grandes enigmas del cerebro y se encuentran en la intersección entre la psiquiatría y la neurología. La causa final de estos trastornos es aún desconocida y actualmente solo se conocen algunos de los factores que pueden estar implicados en la aparición y el mantenimiento de los síntomas", indica la Dra. Isabel Pareés Morenés, neuróloga especialista en trastornos del movimiento.
Es posible que ciertos rasgos de personalidad, la presencia de dificultades emocionales o enfermedades neurológicas previas confieran cierta vulnerabilidad en algunos pacientes. Además, ciertos factores pueden actuar como precipitantes, entre los que se incluyen eventos físicos (traumatismos, infecciones, etc.) o eventos emocionales (crisis de pánico, etc.).
Uno de los aspectos que más ayudan en el diagnóstico de un trastorno del movimiento funcional es la identificación de los signos positivos en la exploración física. Por ejemplo, en pacientes con temblor funcional, la combinación de un inicio brusco con la variabilidad del temblor en frecuencia y eje, su desaparición con maniobras de distracción (cálculo aritmético, movimientos alternos con la extremidad contralateral), el fenómeno de "arrastre" de la frecuencia del temblor que se equipara a la frecuencia de movimientos alternantes realizados con la extremidad contralateral pueden ser de ayuda. Cada subtipo de trastorno del movimiento funcional tiene signos positivos específicos en el examen físico.
"Al ser un diagnóstico clínico basado fundamentalmente en los hallazgos atípicos en el examen físico es importante que se confirme por un neurólogo con amplia experiencia clínica que permita diferenciarlos de otras enfermedades neurológicas infrecuentes que pueden presentar una fenomenología motora compleja", explicó a Univadis España la Dra. Pareés Morenés, también editora, junto al Dr. Pablo Mir, del Manual de recomendaciones para el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos del movimiento funcionales, editado recientemente por la Sociedad Española de Neurología (SEN).
En los últimos 15 años ha resurgido el interés clínico y científico de los trastornos del movimiento funcionales y numerosos avances han mejorado la comprensión de los mecanismos fisiopatológicos, tanto a nivel diagnóstico como en el tratamiento. Este documento, que contiene más de 400 páginas y trata en profundidad todos los aspectos desde la epidemiología, el diagnóstico o el tratamiento de los diferentes tipos de trastornos (distonía, parkinsonismo o mioclonías funcionales, entre otros) surgió ante la necesidad de ofrecer una ayuda a los profesionales de la salud implicados en el cuidado de estos pacientes.
El manual, que además incluye un interesante capítulo dedicado a los aspectos históricos de estos trastornos, pretende resumir las recomendaciones actuales basadas en la literatura científica más reciente para realizar el diagnóstico, comunicárselo al paciente y elaborar un plan de tratamiento coordinado con otras especialidades desde la consulta de neurología.
Avances en el diagnóstico de los trastornos del movimiento funcionales
El principal avance ha sido el cambio en el enfoque diagnóstico de estos trastornos. Históricamente desde la neurología se realizaba un diagnóstico de exclusión, basado en la ausencia de alteraciones patológicas en las pruebas complementarias realizadas. Hoy en día se recomienda realizar el diagnóstico en positivo basado principalmente en los signos que presentan típicamente cada uno de los tipos de trastornos del movimiento funcionales, junto con una historia clínica sugestiva.
Tratamiento
El manejo es multidisciplinar y es fundamental que los profesionales involucrados en cada caso (fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, médicos de familia, psicólogos, psiquiatras y neurólogos) tengan un lenguaje común y una interacción fluida.
El pronóstico de los trastornos del movimiento funcionales se podría mejorar de diferentes maneras a pesar de las dificultades que presentan tanto diagnósticas como de tratamiento.
Ante esta patología es importante que se realice un diagnóstico precoz y se mejore la accesibilidad a recursos terapéuticos específicos y coordinados, concluyó la Dra. Pareés Morenés.
La Dra. Pareés ha declarado haber recibido honorarios o cobertura de viáticos de: Allergan, Abbvie, Alter, TEVA e Italfarmaco para asistir o participar como oradora en congresos.
Este es un resumen de un contenido publicado originalmente en Univadis, parte de la Red Profesional de Medscape, consulte aquí el artículo completo.
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Citar este artículo: Manual de los trastornos del movimiento funcionales de la SEN: una obra necesaria para mejorar su diagnóstico y tratamiento - Medscape - 24 de jun de 2021.
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