El Gobierno mexicano asegura que hay abasto de medicamentos, pero la realidad se presenta distinta

Nelly Toche

23 de junio de 2021

El 2 de junio pasado un paciente con cáncer, docente de la Universidad de Sinaloa, se encadenaba frente a Palacio Nacional para exigir al Gobierno Federal el abastecimiento de fármacos y quimioterapias.

CIUDAD DE MÉXICO, MEX. El 27 de mayo el secretario de Salud, Dr. Jorge Alcocer Varela, nuevamente denunció malos manejos en la compra de fármacos durante el Gobierno pasado, señalando que 10 empresas distribuidoras fueron beneficiadas con 90% del presupuesto total para ese rubro, el cual fue de 335.342 millones de pesos. Enseguida informó que durante este Gobierno se logró un acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos y la Organización Panamericana de la Salud (UNOPS) para la compra de fármacos en el extranjero que permitía un ahorro de 11.800 millones de pesos.

"Esto representa más de 20% programado este año y se logrará en un solo año alcanzar más de 70% de lo que se ahorró en todo el sexenio pasado", mencionó y además se refirió a la reforma al artículo 1º de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, con la que se pudieron adjudicar 730 claves de fármacos y material de curación, con la participaciónn de 171 empresas de 17 países, en las que resultaron ganadoras 144 empresas de siete países.

Por último, destacó que los fármacos de alta especialidad y alto consumo, oncológicos, para enfermedades infecciosas, cardiología, virus de inmunodeficiencia humana, neurología, hematología y endocrinología, tenían un monto asignado de 43.278 millones de pesos para obtener 724 millones de piezas.

Por su parte, la UNOPS desde su papel de intermediario ha informado a través de dos sesiones que buscará maximizar la competencia abierta y la igualdad de oportunidades para todas las empresas mexicanas e internacionales.[2] De acuerdo con su plan de gestión de la compra consolidada de fármacos para el periodo 2021 a 2024, para este momento ya debería existir una estrategia de compra y los procesos de negociación.

Fuente: Presentación UNOPS, primera sesión informativa

Los hechos contrastan

Sin embargo, mientras estos anuncios se dan desde el Gobierno, los hechos presentan otra realidad en el país.

"Estamos en este momento encadenados protestando por la falta de medicinas, porque los niños mueren por cáncer; así como mueren en la Ciudad de México, hay alrededor de 150 maestros que han muerto en Sinaloa", dijo Inocencio Castillo López, paciente con cáncer, docente de la Universidad de Sinaloa al encadenarse frente a Palacio Nacional para exigir al Gobierno federal el abasto de fármacos y quimioterapias.[3]

Estas muestras de inconformidad se presentan tamibién a través de agrupaciones. A finales de mayo el Movimiento Nacional por la Salud,  A. C., la Asociación de Padres de Familia de Niños Enfermos A. C. y el Colectivo Cero Desabasto, que agrupa más de 54 organizaciones de la sociedad civil, reprobó las declaraciones del ejecutivo sobre la inexistencia del desabasto y la manipulación de padres. A la par denunciaron alteración de los protocolos médicos durante más de 936 días, con graves repercusiones.

Por otro lado, desde la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) se exhortó al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) y a la UNOPS a fortalecer el proceso de planeación de compra consolidada.[4] Además se advirtió el "grave retraso en el proceso de compra y abasto de insumos para la salud en las instituciones públicas para el año 2021", se denunció que persistía la falta de información de los procedimientos que llevan a cabo y se prevé una falta de claves para ser cubiertas a través de las compras consolidadas. Asimismo, aseguraron que la iniciativa privada ofrecía propuestas y soluciones que contribuirían a disminuir la carga de trabajo y estaban a la espera de una respuesta.

Durante 2020, dentro de las consecuencias del desabasto, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no surtió 15,9 millones de recetas, mientras que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) no surtió un millón.

En esta cadena de evidencia, el Congreso se manifestó a través de la presidenta de la Comisión de Salud, Dra. Miroslava Sánchez Galván, quien hablaba de un exhorto dirigido a la UNOPS para que cumpliera con la compra y entrega de fármacos, o de lo contrario se pidiera la cancelación del convenio con dicha agencia.[6]

El Dr. Éctor Jaime Ramírez Barba, secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados en México, agregó: "Fue una pésima decisión del Gobierno centralizar estas compras, la UNOPS es una agencia que si bien tiene buenas intenciones no tiene la capacidad y es una insuficiencia que afecta dos temas fundamentales, el gasto de bolsillo que está generando más empobrecimiento y la incapacidad de este Gobierno para comprar medicinas, porque desmantelaron un sistema que si bien tenía áreas de oportunidad, era mejor que ahora".

Asimismo, Rubén Eugenio Alvarado Manríquez, líder del sindicato del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, advirtió que la mayoría de los hospitales generales y regionales, así como clínicas del instituto, estaban a punto de colapsar por problemas de falta de fármacos, y de personal médico. A esta voz se unió Marcos Pascual, director comercial de la Asociación Nacional de Farmacias de México, al asegurar que hay faltantes notorios especialmente en los fármacos para atención de la diabetes, como insulinas y antihipertensivos.

Garantizar el derecho humano a la salud

Juan Martín Pérez García

Juan Martín Pérez García, coordinador regional de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, aseguró a Medscape en español que en este problema es muy importante poner el foco en el derecho a la salud, central en la Declaración de los Derechos Humanos y la Convención sobre los Derechos del Niño, ya que "cuando una persona tiene afectaciones en la salud no puede ser productiva ni estudiar ni imaginar un futuro". Asimismo, al no estar garantizada la salud genera pobreza. En México más de 40% de la población no tiene servicios públicos de seguridad social y las personas tienen que invertir una gran proporción de sus ingresos. 

En este contexto el especialista explicó que el derecho a la salud además tiene que ser garantizado por los estados, el problema es que los modelos económicos que han imperado en la región han desmantelado los sistemas sanitarios, primero porque se dejó de invertir en hospitales, profesionalización y servicios de salud pública; todo esto dejó de ser una prioridad política. Un segundo punto es que se dejaron de lado los programas de medicina preventiva, misma que es más sostenible. En tercer lugar, se privilegió la inversión privada, en México el ejemplo está en las farmacias similares, que fueron una respuesta a este modelo para la población más pobre, debido a que el sistema de salud quedó desbordado.

Además el desabasto tiene sus antecedentes. En la última década ya existía una alerta con la compra de vacunas para los más pequeños; tampoco se estaba teniendo información transparente respecto a cómo se estaba comprando y la cobertura. "Esto se notó porque durante los últimos 40 años México fue uno de los países emblemáticos por sus estrategias de vacunación; probablemente era la mejor demostración hasta hace una década de una estrategia de salud integral donde participaban todas las dependencias públicas y los diferentes órdenes de Gobierno, que lograba una cobertura de 95%. Cuando se comienza con un nuevo paradigma de reducir la inversión, claramente impacta en la cobertura y el abasto".

Por otro lado, el desabasto en el interior del país ya un problema instaurado, pero ese problema no había llegado a la capital, porque la centralidad de nuestra cultura política es tan brutal que para existir se tenía que pasar por este punto; esto se ha exacerbado en los últimos tiempos. Con este escenario y antecedentes, Pérez García explicó que el actual gobierno presentó un escenario y narrativa donde se pretende acabar con la corrupción, lo cual es un punto valioso, pero en lugar de hacer una investigación inteligente, con evidencia, cadenas de custodia y contratos para identificar redes de corrupción, se decidió reinventar el país. Por tanto, en los hechos seguimos sin fármacos y con niños, niñas y en general personas que están perdiendo su proyecto a futuro, porque en la salud se tiene esa afectación directa.

Tania Ramírez

Tania Ramírez, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), aseguró que hay suficiente evidencia sobre desabastos en general, con denuncias en redes sociales, manifestaciones y el panorama hace ver tres grandes desabastos: fármacos oncológicos, de afección mental o psicosocial, y vacunas.

"Entendemos que aunque hay decisiones de carácter poblacional y económico, el interés superior de la niñez es un criterio que orienta a tomadores de decisiones para poder tener la forma de priorizar el accionar público, con la certeza de que se cumple no solo con un deber moral o ético, sino la mejor forma de invertir los recursos para nuestro futuro".

Agregó que después de comprender la dinámica del abasto tienen que venir soluciones muy prontas. "La acción no puede detenerse porque es la clave de la salud en muchos casos. Suspender una dosis puede ser crítico y en algunos casos fatal, y bajo ese principio se necesita una reorganización si es necesario y asumir que son temas prioritarios".

La importancia de la opinión médica

Ramírez también enfatizó en la importancia de las voces de algunos médicos que han salido a decir que conocen, comprenden y acompañan la gravedad y la urgencia de la demanda. "Esto es importante, porque no solo se trata de un grito desesperado de padres y madres, que debería ser suficiente para que se les volteara a ver, pero esto le agrega un grado de profesionalidad y conocimiento en la materia". Añadió que los médicos tienen la pericia de la dinámica de abasto e incluso la epidemiología de las distintas enfermedades, "ahí hay una opinión profesional que debe ser tomada en cuenta como tal, no como reclamo, sino como opinión profesional y ética que debe ser escuchada".

Dr. Carlos A. Leal

En este sentido, el Dr. Carlos A. Leal, oncólogo del Instituto Nacional de Pediatría (INP), aseguró que la situación de desabasto es muy compleja, añadiendo que desde la institución donde labora hay faltantes de uno o dos fármacos y después la situación se compone. Reflexiona que el desabasto no es generalizado y ocurre a diferentes escalas, según la importancia del hospital o la presión social o pública que se ejerza. "Afortunadamente en esta institución solucionamos de una u otra forma". Sin abundar en el mecanismo, explicó que "se hacen malabares", pero no tienen carencias tan graves como otras instituciones.

"Es difícil trabajar en estas circunstancias", mencionó, comparando la situación en otras instituciones en las que colegas "incluso tienen que poner notas en el expediente de que no existe el fármaco, por lo que no se puede asumir la responsabilidad del pronóstico del paciente".

Agregó que como médicos es difícil llevar un censo de la falta de fármacos, pero es evidente. Otra conclusión es que el desabasto es irregular; "hoy hay fármaco A y mañana no, pero pasado faltan fármacos B o C", existe distribución y abastecimiento errático de los fármacos, no siempre falta el mismo.

Desde el punto de vista del Dr. Leal, al pasar las compras a la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda se perdieron personal y expertos técnicos necesarios para las compras; al tratar de controlar la compra masiva de fármacos y castigar a un grupo de distribuidores, no se hizo una planeación adecuada, de tal forma que se perdió la regularidad del abasto de fármacos y se penalizó a distribuidoras y laboratorios expendedores, lo que provocó desabasto nacional, no solo para el sector público, también el privado.

"El oncólogo atiende con miedo al desabasto de fármacos, tiene miedo y contrariedad, es muy injusto luchar una batalla contra el enemigo fuerte con una resortera que a veces dispara piedras y a veces no, esa es la sensación que se tiene".

Ante la interrogante de que se pueda transformar el panorama, el médico se mostró reflexivo, asegurando que vivió épocas del Seguro Popular en donde los pacientes recibían sus protocolos en tiempo y forma con costo cero. "Pero también viví la muerte de niños antes de esas épocas por pobreza y eso no se puede repetir".

Juan Martín Pérez García, Tania Ramírez y el Dr. Leal han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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