La Organización Panamericana de la Salud reitera que la vacuna de Oxford/AstraZeneca es segura en los mayores de 18 años

Matías A. Loewy

18 de junio de 2021

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BUENOS AIRES, ARG. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reafirmó que la vacuna contra la COVID-19 Vaxzevria de University of Oxford/AstraZeneca, quizás la que tuvo más contratiempos en sus fases de desarrollo, producción y despliegue, "hasta el momento" puede seguir siendo inoculada en todos los mayores de 18 años, pese a que nuevos países se sumaron la última semana a aquellos que restringen parcial o totalmente su aplicación (especialmente en adultos jóvenes) por temor a raros episodios de trombosis.

Dr. Jarbas Barbosa

"Nosotros seguimos las recomendaciones del Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Grupo Técnico Asesor de vacunas de la OPS, que tienen expertos en todo el mundo con muchos años de experiencia y conocimiento en eficacia y seguridad de las vacunas. Hasta el momento, el grupo SAGE sigue manteniendo la misma recomendación para la vacuna de AstraZeneca: que se puede utilizar en todos los mayores de 18 años", afirmó el miércoles 16 el subdirector de la OPS, el Dr. Jarbas Barbosa.

"Hay datos muy importantes divulgados por la autoridad de salud pública del Reino Unido que demuestran una alta efectividad de la vacuna de AstraZeneca para prevenir casos graves y muertes. Así que cada país toma sus propias decisiones, pero nosotros seguimos con la misma recomendación para todos los mayores de 18 años. La excepción son las mujeres embarazadas, donde hay que hacer una evaluación de riesgo y beneficio", añadió.

El comentario fue realizado días después de que sendos casos de trombosis en jóvenes en Italia y Chile determinaran que ambos países dejaran de administrarla en menores de 60 años y 45 años (sexo masculino), respectivamente. Distintas medidas restrictivas ya habían sido tomadas al menos por dos decenas de países, sobre todo en Europa, pese a que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) concluyó a mediados de abril que los beneficios de la vacuna en la prevención de hospitalizaciones y muertes por COVID-19 supera con creces la probabilidad extremadamente baja de desarrollar estas alteraciones de la coagulación. 

Hasta el momento, la vacuna, que forma parte de la cartera de vacunas del mecanismo COVAX y también está siendo fabricada en conjunto por Argentina y México, está autorizada para uso de emergencia en la Unión Europea y más de 80 países.

Historia de dos pacientes

Tanto en Italia como en Chile, las últimas medidas sobre la vacuna conmovieron a la opinión pública. En el país europeo, falleció una joven de 18 años por una trombosis del seno cavernoso, nueve días después de haber recibido la primera dosis de Vaxzevria durante un "open day" o jornada de vacunación abierta para jóvenes en la región de Liguria. El rostro y nombre de la estudiante se hicieron públicos y las autoridades dispusieron limitar su uso solo a mayores de 60, habilitando a los menores que hubieran recibido la primera dosis a completar el esquema con una vacuna de ARN mensajero.

Muchos especialistas avalaron la decisión. La inmunóloga Antonella Viola, Ph.D., directora científica del Istituto di Ricerca Pediatrica Città della Speranza, en Padua, aseguró: "Siempre estuve convencida de que no se le debe dar a menores de 55 años", según reflejó Univadis (de Medscape). Sin embargo, el caso podría tener relación con una trombocitopenia inmunitaria no declarada, además de que los medios informaron que el hospital que por primera vez atendió a la joven no le habría administrado el tratamiento recomendado para trombocitopenia posterior a la vacunación.

En Chile, en tanto, a partir de un caso notificado de trombosis con trombocitopenia en un hombre de 31 años, el Ministerio de Salud corrigió el plan de inmunización y dispuso el 7 de junio que la vacuna sea utilizada solo "en los varones mayores de 45 años sin factores de riesgo de enfermedad tromboembólica", mientras que mantuvo la precaución de no administrarla a las mujeres menores de 55 años.

Además, este lunes 15, las autoridades chilenas anunciaron que aquellos hombres menores de 45 que hubieran recibido la primera dosis de Oxford/AstraZeneca deberán completar el esquema con la vacuna de Pfizer/BioNTech. El jueves 17, en tanto, Australia levantó la edad mínima recomendada para recibir la vacuna de 50 a 60 años, según consignóThe Sydney Morning Herald.[1]

Según deslizan algunos expertos, limitar la administración es un "lujo" que pueden darse países que ya avanzaron en sus campañas de vacunación o tienen otras alternativas disponibles.

"Es posible que estén decidiendo suspenderla para conservar la confianza. Antes de que se instale la duda, hacen algo para proteger la big picture (visión global)", dijo a Medscape en español un especialista argentino en percepción de riesgo de vacunas que declinó ser nombrado.

Valentina Sbocchia

La percepción del riesgo sobre las vacunas cambia según el contexto, las experiencias, la visión del mundo, el momento histórico y de persona a persona, señaló a Medscape en español Valentina Sbocchia, maestra en antropología médica y salud global por la Universitat Rovira i Virgili, en Tarragona, España, quien está radicada en Milán, Italia, y estudió aspectos de la gestión y percepción del riesgo en movimientos italianos de reticencia a la vacunación.[2]

"Ahora más que nunca, la relación entre Estado, ciencia, población y comunicación es bien compleja y contradictoria", puntualizó Sbocchia. Y añadió que "la percepción del riesgo y la sobreinformación basada en contenido contradictorio y alarmista se conecta con sesgos cognitivos, es decir, la amplificación y el incremento de creencias contraintuitivas. Por ejemplo: 'Si 20 personas sufren de trombosis con AstraZeneca [sobre muchos millones vacunados], entonces no quiero AstraZeneca porque sufriré de trombosis'".

"Muchísimo menos riesgo que un viaje en avión"

En cambio, en países con menor acceso a vacunas y altos niveles de transmisión del virus, como ocurre actualmente en Sudamérica, las valoraciones y aprensiones pueden ser distintas.

El Dr. Adolfo Rubinstein, exministro de Salud en Argentina y maestro en epidemiología clínica, señaló en un hilo de Twitter que "todos los medicamentos y vacunas tienen efectos adversos que deben monitorearse. En el caso de la de Oxford/AstraZeneca habría una relación causal entre casos de trombosis venosa en personas menores de 40-50 y la aplicación de la vacuna, pero son extremadamente raros (aproximadamente 1 por cada 100 mil)".

"Ahora bien, el riesgo de complicaciones por #COVID19 es muchísimo mayor, por lo que en la balanza del riesgo-beneficio, vacunarse en siempre la mejor opción, aun en gente joven", añadió.

Según la página oficial de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), el riesgo de trombosis y trombocitopenia "es extremadamente bajo (0,0004% con la vacuna de Oxford/AstraZeneca) y muchísimo menor al riesgo de presentar trombosis asociado al uso de anticonceptivos orales (0,05%), a un viaje en avión (0,1%) o a la infección por COVID-19 (7,8-23%)".

Si bien el vínculo causal entre la vacuna y los inusuales eventos trombóticos se estableció a comienzos de abril, el riesgo de trombosis de senos venosos cerebrales es "mucho mayor" con COVID-19 que con la vacuna de Oxford/AstraZeneca o Janssen, según un nuevo estudio publicado en Journal of the American College of Cardiology.

"Ha habido mucha preocupación, pero necesitamos comprender la magnitud de ese riesgo en contexto y en relación con el riesgo asociado con la infección por COVID-19 para poder tomar decisiones informadas", afirmó el autor principal del estudio, el Dr. Behnood Bikdeli, del Brigham and Women's Hospital, en Boston, Estados Unidos.

"El alto riesgo de contraer COVID-19 y sufrir consecuencias hace que los beneficios superen ampliamente los mínimos riesgos", coincidió en diálogo con Medscape en español el Dr. Ezequiel Forte, cardiólogo de Concordia, Entre Ríos, Argentina, quien este miércoles moderó un encuentro virtual de la Sociedad Argentina de Cardiología sobre interrogantes de la vacunación contra COVID-19.

Sbocchia, M.Sc., y el Dr. Forte han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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