COMENTARIO

Microbioma y trasplante de órgano sólido

Dra. Armelle Pérez-Cortés Villalobos

Conflictos de interés

18 de junio de 2021

En los últimos años se ha estudiado con ímpetu la implicación del microbioma en pacientes trasplantados, por lo que durante el American Transplant Congress (ATC) de 2021 se discutieron los avances en este campo y el potencial objetivo terapéutico que puede ser el microbioma intestinal en estos pacientes.

¿Qué es el microbioma?

El microbioma es un conjunto de microorganismos en un ambiente particular, incluyendo el cuerpo o alguna parte del cuerpo, siendo estos microorganismos comensales, simbióticos, y en algunos casos, patógenos. El microbioma debe ser considerado un ecosistema más que un conjunto de bacterias que se evalúan individualmente. Las bacterias comensales brindan múltiples beneficios al hospedero, incluyendo funciones metabólicas, como ahorramiento de energía y degradación de sucrosa; también tienen involucro en el metabolismo de ácidos grasos y aminoácidos, síntesis de vitaminas e incluso en el desarrollo del sistema inmune, ya que el microbioma educa al sistema inmune al inducir tolerancia inmune a diferentes bacterias.

La relevancia de su estudio es porque hay múltiples factores que alteran el microbioma, como enfermedades crónicas, consumo de alcohol, de antibióticos, fallas orgánicas, diferentes dietas, fármacos y muchos otros aspectos que rodean a los pacientes trasplantados, en quienes se ha documentado disbiosis intestinal, la cual ocurre al administrar profilaxis antimicrobiana, inmunosupresores y otros fármacos que alteran el microbioma, y que claramente predisponen a la aparición de enfermedades oportunistas, las cuales finalmente se han asociado con complicaciones postrasplante, como episodios de rechazo y disfunción del órgano.

En pacientes trasplantados hay diversidad disminuida del microbioma postrasplante; en un estudio de investigación se evaluaron 11 estudios con pacientes trasplantados de hígado y de riñón, con la finalidad de caracterizar el microbioma postrasplante, concluyendo que hay disminución en la diversidad reflejada en el índice de diversidad de Shannon, y se asoció la abundancia de Faecalibacterium prausnitzii a niveles elevados de tacrolimus.[1]

Este estudió además evidenció que aquellos pacientes que habían recibido antibióticos, como se esperaba, tuvieron disminución del microbioma intestinal, en comparación con controles sanos.

En el caso de trasplante de hígado se han reportado cambios favorables del microbioma postrasplante, correlacionado con aumento en la cognición de los pacientes.[2] Sin embargo, una diversidad disminuida del microbioma se ha asociado a infecciones posoperatorias, así como la colonización por agentes multidrogorresistentes se ha vinculado con disminución en la diversidad del microbioma.

Otro hallazgo relevante consiste en que se ha establecido probable asociación entre disbiosis y el desarrollo de diabetes postrasplante, vinculado a aumento en la degradación de sucrosa.[3] En el caso de trasplante de riñón, las alteraciones en el microbioma también se han asociado con el inicio de diabetes postrasplante.

Hasta el momento los estudios del microbioma en pacientes trasplantados se han limitado a la caracterización y búsqueda de asociación e implicaciones clínicas, pero actualmente continuamos con información limitada en estudios de causalidad, los cuales son difíciles de realizar debido a que en dichos pacientes hay múltiples agentes que interactúan como factores de riesgo. En el futuro necesitamos biomarcadores diagnósticos que ayuden a predecir complicaciones postrasplante asociadas a alteración del microbioma, como diabetes postrasplante o rechazo.

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