COMENTARIO

Prevención de brotes hospitalarios de infecciones fúngicas en pacientes trasplantados

Dra. Armelle Pérez-Cortés Villalobos

Conflictos de interés

17 de junio de 2021

Los pacientes trasplantados de órgano sólido, por su condición de inmunosupresión se encuentran en mayor riesgo de infecciones fúngicas invasivas, sin embargo, en muchas ocasiones estas infecciones son adquiridas dentro del hospital en las unidades de trasplante. Durante el American Transplant Congress (ATC) de 2021 se discutió qué hongos pueden presentarse en brotes hospitalarios e infectar a los sujetos trasplantados y cómo prevenirlos.

Brotes de aspergilosis

La mayoría de los brotes de aspergilosis es esporádica y no es muy frecuente. Dado el tiempo de incubación de Aspergillus, es difícil saber si se adquirieron dentro o fuera del hospital, sin embargo, en un estudio se describieron 53 brotes de aspergilosis que involucraban 458 pacientes, de los cuales 77% desarrolló infección pulmonar y 5% cutánea, siendo que 65% de los pacientes infectados tenía trasplante de médula ósea y 10% de órgano sólido.

Algunos brotes de aspergilosis se han asociado con trabajos de demolición o construcciones dentro de los hospitales y también se han documentado brotes a través de contaminación de sistemas de agua o ventilación.

Los brotes de aspergilosis se pueden prevenir si se evita la admisión no urgente de pacientes profundamente inmunocomprometidos en periodos de construcción o demolición; se sugiere movilizar a los pacientes de más alto riesgo a otras áreas del hospital, además aislar los sitios de construcción, utilizar filtros HEPA o mantener recambio del aire.

Brotes de mucormicosis

El origen más frecuente de los brotes de mucormicosis es a través de equipos médicos, seguido de contaminación del aire o sistemas de ventilación, inoculación traumática por objetos extraños e ingestión de alimentos contaminados. En un estudio de brote de mucormicosis hospitalaria, 24% integrado por trasplantados de órgano sólido, 57% tuvo infección cutánea y 15% gastrointestinal; se han llegado a documentar cultivos positivos en las sábanas de las camas de hospital y diferentes blancos, por lo que también pueden ser origen de brotes.

Brotes de Pneumocystis jirovecii

La transmisión de humano a humano ocurre a través de la dispersión en el aire de los quistes. Es conocido que los trabajadores de la salud podemos ser portadores asintomáticos de este patógeno. Se han reportado múltiples brotes hospitalarios de P. jirovecii; algunos factores de riesgo conocidos de presentar esta infección incluyen: exposición a otro paciente infectado con P. jirovecii, que los pacientes infectados con P. jirovecii no estén aislados, presencia de infección por citomegalovirus y haber recibido terapia antirrechazo. Por esta razón, para prevenir brotes es importante aislar a los pacientes con P. jirovecii al menos en los primeros 5 días de la enfermedad y que utilicen cubrebocas si están tosiendo, adicionalmente se puede considerar dar profilaxis a los pacientes inmunocomprometidos.

Brotes de Candida auris

Candida auris fue aislada en 2009 y comúnmente es un organismo que se identifica incorrectamente en el laboratorio como Candida haemulonii.

Candida auris es capaz de evadir la fagocitosis por neutrófilos, y se ha asociado a alta mortalidad (30% a 72%), característicamente es resistente a fluconazol y voriconazol, y la terapia inicial recomendada es el uso de equinodantinas (5% a 10% son resistentes); alrededor de 50% es resistente a anfotericina y afortunadamente solo 4% de los aislamientos de C. auris es resistente a las 3 clases de antifúngicos.

La forma de infección más frecuente es fungemia invasiva, sin embargo, es común que C. auris pueda colonizar a los pacientes y se encuentre de forma persistente en superficies, y durante la pandemia de COVID-19 se han reportado brotes en trasplantados de hígado. Para evitar brotes hospitalarios de C. auris se debe aislar a los pacientes colonizados o infectados, utilizar precauciones de contacto y realizar limpieza rigurosa y diaria del ambiente.

Debemos mantenernos alerta de estos patógenos que podrían representar un brote hospitalario de infecciones fúngicas y trabajar en conjunto con epidemiología hospitalaria y laboratorio de microbiología para controlar estos agresivos brotes infecciosos.

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