En contraste con investigación previa, un nuevo estudio indica que el aumento de peso en adultos mayores no preserva la cognición, y de hecho puede ser perjudicial.[1]
Los hallazgos cuestionan la "paradoja de la obesidad" en la cognición, que señala que el sobrepeso o la obesidad en adultos mayores protegen la función cognitiva.

Judith M. Kronschnabl
En el presente estudio, la pérdida de peso asociada con deterioro cognitivo reflejó en gran parte el deterioro físico progresivo, mientras que el aumento de peso vinculado con efectos positivos pequeños se observó en personas con peso subnormal o tras la pérdida de peso relacionada con enfermedad, señalando recuperación, comentó la investigadora del estudio, Judith M. Kronschnabl, M. A., del Munich Center for the Economics of Aging del Max Planck Institute for Social Law and Social Policy, en Alemania.
Sin embargo, "el aumento de peso persistente o el aumento de peso a niveles ya elevados de índice de masa corporal tarde o temprano se vuelve perjudicial", manifestó Kronschnabl a Medscape Noticias Médicas.
"Se ha señalado que el mayor peso o el aumento de peso en la vejez puede resultar beneficioso para mantener el desempeño cognitivo, pero no encontramos evidencia de esto", añadió.
"Por consiguiente, tal creencia errónea no debería contribuir a la renuencia de los médicos a aconsejar" a pacientes con obesidad o sobrepeso que reduzcan el exceso de peso corporal, señaló Kronschnabl.
Los hallazgos fueron publicados el 21 de abril en la versión electrónica de PLoS One.
Prevalencia mundial
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que la prevalencia del sobrepeso y la obesidad en personas mayores ha aumentado en todo el mundo. Otra inquietud importante es la población que envejece y el aumento asociado en las tasas de deterioro cognitivo, incluida la demencia.
Aunque investigación previa ha demostrado que el sobrepeso y la obesidad conllevan cognición más deficiente en niños y adultos jóvenes, estudios sobre esta asociación en adultos mayores han arrojado resultados conflictivos.[2]
Algunos estudios han demostrado mejoras en el razonamiento, la velocidad de procesamiento visuoespacial y la flexibilidad cognitiva en personas mayores que tienen sobrepeso u obesidad, en comparación con aquellas que tienen peso normal. Sin embargo, otros estudios han demostrado asociación negativa entre el peso corporal y la cognición, de manera muy parecida a la relación observada en niños y adultos jóvenes.
En la presente investigación los autores analizaron la relación entre el cambio de peso y la cognición en adultos mayores enfocándose en una población internacional. También trataron de minimizar los problemas metodológicos observados en estudios previos, como su diseño transversal y vulnerabilidad a sesgo de sobreviviente.
Analizaron datos de la Survey of Health, Ageing and Retirement in Europe, que incluye participantes de 50 años de edad o mayores. Los datos se recolectaron cada 2 años en este estudio, y los investigadores actuales examinaron cuatro series de datos.
A los participantes elegibles para el análisis actual se les había observado por lo menos 3 meses e incluyeron 32.467 mujeres y 25.922 hombres de 15 países.
Se evaluó la cognición con una versión modificada de la Prueba de Aprendizaje Auditivo Verbal de Rey, que evalúa el recuerdo inmediato y tardío de palabras. Estas métricas fueron seleccionadas debido a que las habilidades de fluidez cognitiva son las afectadas inicialmente y son más notorias en el envejecimiento cognitivo.
Se utilizó el índice de masa corporal para medir el peso corporal ajustado a la estatura y se registraron los motivos de la pérdida de peso que declararon los participantes.
Puesto que el índice de masa corporal no proporciona información sobre la composición corporal, los investigadores complementaron los datos con los de la fuerza de sujeción, que se correlaciona con la masa corporal magra. Añadir esta información ayudó a distinguir entre la pérdida de peso como resultado de reducción de la masa adiposa y la pérdida de peso resultante de reducción de la masa muscular.
Además, los investigadores analizaron la actividad física autodeclarada por los participantes, identificaron comorbilidades que podían dar lugar a cambios en el peso, como enfermedad de Parkinson o ictus, y características demográficas registradas.
Efectos pequeños del índice de masa corporal
Los resultados demostraron que el índice de masa corporal contribuyó con poco a la variación en el desempeño cognitivo (entre los participantes o en cada participante en el curso del tiempo). Las magnitudes de efecto del índice de masa corporal sobre la cognición fueron pequeñas. El incremento de una unidad de índice de masa corporal cambió la cognición prevista 0,007 desviaciones estándar o casi 0,03 palabras adicionales en la tarea combinada de recuerdo inmediato y tardío.
No se observó efecto positivo significativo del aumento de peso sobre la cognición en hombres o mujeres. La pérdida de peso se asoció con efecto negativo significativo sobre la cognición en las mujeres (-0,0106; error estándar: 0,0026; p < 0,001), pero no tuvo efecto significativo en los hombres.
Cuando los investigadores añadieron la fuerza de sujeción, las enfermedades notificadas y la actividad física al análisis, el efecto de la pérdida de peso sobre la cognición se redujo significativamente en mujeres (-0,0086; error estándar: 0,0026; p < 0,001) lo mismo que en hombres (-0,0092; error estándar: 0,0034; p < 0,01).
A continuación los investigadores dividieron la población del estudio en dos grupos de acuerdo con la edad, siendo el valor de corte 65 años. La media de edad fue de 60 años en el grupo más joven y de 76 años en el grupo de mayor edad.
Entre las mujeres el aumento de peso sin pérdida de peso previa no afectó al desempeño cognitivo. Sin embargo, el aumento de peso tuvo efecto beneficioso sobre la cognición cuando siguió a altos niveles de reducción de peso.
Por ejemplo, después de disminución de 7 unidades en el índice de masa corporal, el aumento de una unidad en el índice de masa corporal se asoció con incremento del desempeño cognitivo de aproximadamente 0,04.
El efecto positivo previamente observado del aumento de peso sobre la cognición en mujeres tal vez fue consecuencia de un efecto de recuperación, señalaron los investigadores.
Dificultades metodológicas
En el presente estudio no hubo interacción significativa en los hombres entre el aumento de peso y la cognición, con y sin pérdida de peso previa.
Cuando los investigadores analizaron el efecto del aumento de peso sobre la cognición, estratificado según índice de masa corporal, observaron que el aumento de peso podría tener beneficios cognitivos a índice de masa corporal bajo. Sin embargo, el efecto favorable disminuyó y se volvió perjudicial conforme se incrementó el índice de masa corporal.
En los hombres la pérdida de peso tuvo efectos particularmente dañinos sobre la cognición en quienes tenían peso subnormal. Por ejemplo, el índice de masa corporal disminuyó en los hombres y un índice de masa corporal de 15 se asoció con disminución de la cognición de aproximadamente 0,09, pero la reducción de peso no tuvo efecto en los que tenían sobrepeso.
"Con nuestro estudio pudimos abordar empíricamente las posibles dificultades metodológicas que se han conocido y debatido en la literatura antes de que se utilizara una serie de datos longitudinal grande, en la que observamos a los informantes en múltiples ocasiones hasta por 10 años", destacó Kronschnabl.
Restringir las pruebas cognitivas en el estudio al recuerdo inmediato y tardío de palabras impide a los investigadores sacar conclusiones sobre los efectos del cambio del peso corporal en el desempeño cognitivo en otros dominios cognitivos, añadió.
"Sin embargo, por estudios previos sabemos que no todos los dominios cognitivos son afectados de igual manera a través del envejecimiento. En particular la memoria episódica, según se mide por el recuerdo, se ve afectada primeramente y de forma más acentuada, mientras que las destrezas cristalizadas, como las habilidades verbales, han demostrado mantenerse relativamente estables en el curso de la vida", destacó.
Además las alteraciones de la memoria episódica son buenos predictores de demencia y enfermedad de Alzheimer. Tales alteraciones se correlacionan con marcadores sanguíneos de plasticidad neural, como el factor neurotrófico derivado del cerebro, dijo Kronschnabl.
"Análisis excelente"
En su comentario sobre sus hallazgos para Medscape Noticias Médicas, el Dr. David Knopman, profesor de neurología en la Mayo Clinic, en Rochester, Estados Unidos, agregó que desde la perspectiva de un epidemiólogo analítico, "este es un análisis excelente y minucioso".

Dr. David Knopman
El efecto protector aparente del sobrepeso en la cognición a edad avanzada, que estudios previos han señalado, fue una consecuencia de la forma en la que se calcularon los riesgos relativos, señaló el Dr. Knopman.
Los grupos de comparación de participantes con peso normal también incluyeron personas con bajo peso como resultado de enfermedades crónicas, quienes más probablemente desarrollan alteración cognitiva debido a dichas enfermedades crónicas, añadió.
"La contribución de este estudio es que demuestra con datos longitudinales del índice de masa corporal que en efecto la pérdida de peso es la que está indexando esas enfermedades crónicas. Como señalaron claramente los autores, el aumento de peso y la pérdida de peso no son simétricos", dijo el Dr. Knopman.
Una "paradoja" similar se encuentra en la hipertensión. Al parecer esta comorbilidad es neutral o proporciona pocos beneficios para la cognición en personas de edad mayor debido a que el grupo de comparación de individuos sin presión arterial elevada a menudo incluye pacientes con hipotensión a consecuencia de enfermedades sistémicas o neurológicas, señaló el Dr. Knopman.
Los médicos deben tener presente que la obesidad es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, hiperlipidemia, problemas lumbálgicos, dificultades en la marcha y apnea obstructiva del sueño, añadió.
"Este estudio elimina la falsa expectativa de que la obesidad protege de alguna manera contra la demencia. No es así. Todas estas afirmaciones pueden hacerse independientemente de la edad del adulto", concluyó el Dr. Knopman.
Kronschnabl y el Dr. Knopman han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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Citar este artículo: Se cuestiona la paradoja de la obesidad: el aumento de peso no protege la cognición - Medscape - 2 de jun de 2021.
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