CASO CLÍNICO

Paciente masculino de 29 años sexualmente activo con chorro urinario débil

Liana Meffert; Dr. Paul Gellhaus

Conflictos de interés

26 de mayo de 2021

Se recomendó asesoría genética a este paciente a causa de su importante antecedente familiar de cáncer de vejiga. Aunque se han estudiado muchos factores genéticos y alteraciones moleculares y su posible contribución al cáncer vesical, no se ha identificado una sola mutación como causa primaria. Puesto que las exposiciones desempeñan un papel bien establecido en el desarrollo de cáncer vesical, los genes que se han estudiado con más detalle en los estudios de asociación del genoma completo son los que intervienen en la carcinogénesis química, la reparación del ADN y vías de ciclo celular.[8] Dos candidatos principales son los polimorfismos de genes para los genes de destoxificación de carcinógeno NAT2 y GSTM1. Las mutaciones en estos genes pueden modificar la susceptibilidad de un individuo a los carcinógenos, como los originados por el consumo de tabaco.[9]

Incluso estudios que identifican genes relacionados con más susceptibilidad al cáncer vesical reconocen que esta enfermedad multifactorial requiere tamaños de muestra cada vez más grandes para el control con respecto a un gran número de variables. Por ahora, sigue siendo más exacto afirmar que el cáncer vesical es resultado de interacciones complejas entre genes y medioambiente que probablemente estén influenciadas por la susceptibilidad genética.

El cáncer de vejiga es más común en hombres que en mujeres en todo el mundo, con una tasa de incidencia estandarizada para la edad de 10,1 por 100.000 para los hombres y 2,5 por 100.000 para las mujeres. Se estima que 3% de todos los nuevos diagnósticos de cáncer y 2,1% de las muertes por cáncer pueden atribuirse al cáncer vesical, el cual ocupa el décimo lugar en la incidencia absoluta de cánceres en todo el mundo.[10]

En países occidentales, el tabaquismo de cigarrillos es un factor de riesgo bien documentado; contribuye con cerca de 50% a los casos en hombres y con 35% a los de las mujeres. Cabe hacer notar que el aumento y la reducción del consumo de tabaco en países desarrollados ha reflejado en parte la incidencia de cáncer urotelial de la vejiga.[11] La exposición laboral a carcinógenos también contribuye al desarrollo de carcinoma urotelial.[12]

Si bien el cáncer urotelial de la vejiga es el cuadro histopatológico predominante en países occidentales, el carcinoma de células epidermoides es dominante en regiones donde es endémico Schistosoma haematobium, un trematodo parasitario que produce hematuria. La contribución de S. haematobium al cáncer de vejiga ocupa el segundo lugar después del tabaco. Otro factor de riesgo establecido es la edad: en más de 90% de los casos, el cáncer vesical se presenta en personas de 55 años o más.[12]

Aunque el consumo de tabaco se ha reducido ampliamente en países en vías de desarrollo, una población que envejece, en quienes la duración de vida estimada es ahora mucho mayor de 55 años, vuelve improbable que la incidencia de cáncer vesical disminuya en un futuro inmediato.[13] Sigue siendo vital nuestra capacidad para detectar, diagnosticar y tratar esta enfermedad que no se debe pasar por alto.

Comentario

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