CIUDAD DE MÉXICO, MEX. El colapso de la línea 12 del metro de la Ciudad de México el lunes 3 de mayo dejó como resultado cerca de 80 heridos y, hasta ahora, 26 fallecidos. En respuesta al accidente arribaron al lugar aproximadamente 40 ambulancias para trasladar a los heridos a diferentes hospitales de la ciudad.
No obstante que expertos en medicina de desastres catalogaron la respuesta prehospitalaria como óptima, el sistema de salud nacional aún no está lo suficientemente preparado para lidiar con desastres de este tipo, debido principalmente a la falta de fondos y de organización.
Coordinación y financiamiento: áreas de oportunidad para la medicina de desastres en México
Por su ubicación geográfica, climas y tamaño de sus áreas urbanas, México es un país propenso a sufrir todo tipo de catástrofes, pero aún estamos lejos de tener una medicina de urgencias y desastres óptima, pues el país no tiene un sistema de emergencias muy maduro.

Dr. Luis Daniel Sánchez Arreola
Las áreas de oportunidad para mejorar se extienden desde la respuesta prehospitalaria hasta el traslado y la atención posterior, señaló el Dr. Luis Daniel Sánchez Arreola, presidente de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia.
Primero que nada está la barrera de coordinación. Si bien en el caso del accidente del metro la respuesta inicial estuvo bien coordinada, es muy fácil que urgencias de esta magnitud se salgan de control porque hasta el momento no existe un sistema prehospitalario homologado e intervienen muchas dependencias simultáneamente, como Cruz Roja Nacional, Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) y centros que dependen de la Secretaría de Salud, entre otros.
Actualmente esta labor de coordinación recae en los centros 911 de emergencia, encargados de mandar las ambulancias al lugar del accidente, operados de manera independiente en cada estado del país, en comunicación con la Secretaría de Salud y el Centro Regulador de Urgencias Médicas, que coordina el traslado de los pacientes a los diferentes hospitales.
"Que el sistema de salud tenga muchos subsistemas, como el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), entre otros, tampoco ayuda, porque lamentablemente a veces no hay comunicación con todos los hospitales", destacó el Dr. Sánchez.
De acuerdo con el experto, una posible solución sería crear una coordinación nacional para la atención de emergencias y desastres a la par de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), y que esta sea liderada por la Secretaría de Salud con apoyo de los sistemas estatales, como el número único nacional de emergencias 911. Pero de nada servirá que exista buena coordinación si el sistema de salud no cuenta con los insumos médicos y humanos suficientes para atender a los pacientes.
En 2018 la Secretaría de Movilidad registró 487 ambulancias en la Ciudad de México que están al servicio de poco menos de 9.200 millones de habitantes.[1,2] "Cubrir un área tan grande como la Ciudad de México, con tantos habitantes, hace que hoy en día las ambulancias tengan un tiempo de respuesta promedio de veinte a treinta minutos y a veces hasta de una hora", explicó el Dr. Sánchez. Esto contrasta con algunos indicadores internacionales que recomiendan un tiempo de respuesta de diez minutos, establecidos en referencia a pacientes que sufren un paro cardiorrespiratorio.
Aunado a esto, no existe una ley mexicana que asegure financiamiento a los sistemas de emergencia del país, por lo que estos terminan dependiendo de las donaciones de la población civil, en el caso de instituciones privadas como la Cruz Roja, y de la voluntad política individual de cada gobierno estatal, en el caso de los sistemas públicos. Los recortes presupuestales que hizo el Gobierno Federal a los servicios de urgencias hospitalarias en 2019 no contribuyeron a mejorar la situación.[3]

Dr. Fabián Chable Chan
De hecho, de acuerdo con el Dr. Fabián Chable Chan, presidente de la Asociación de Medicina de Urgencias y Desastres de México (AMUDEM), los servicios de respuesta prehospitalaria en el país no son el problema, sino la atención que se le pueda dar al paciente una vez que arriba al hospital. "No todos los hospitales están 100% preparados para atender este tipo de emergencias. Es ahí donde el gobierno se debe involucrar".
Esta falta de recursos puede ser tanto técnica como humana. Por el lado técnico, no todos los hospitales cuentan con las instalaciones necesarias para atender a heridos de desastres, como unidades de cuidado intensivo, laboratorios, bancos de sangre disponibles, etc. En la parte de recursos humanos intervienen tanto urgenciólogos como cirujanos del trauma y México aún tiene un déficit de expertos para alcanzar a atender a los pacientes de todo el país.
El sistema de salud no está preparado para manejar la saturación hospitalaria producto de un desastre masivo y aunque el accidente del metro no derivó en una saturación, existen reportes de pacientes que no han recibido la intervención quirúrgica necesaria porque el hospital no cuenta con los materiales necesarios.[4] "La mayoría de los hospitales del metro se centra en hospitales de trauma, pero no todos tienen neurocirujanos", agregó el Dr. Sánchez.
"Atendemos emergencias mayores con las capacidades instaladas de cada estado, de cada ciudad, pero seguimos dependiendo de la voluntad política de gobernadores, de presidentes municipales, etcétera", señaló el Dr. Sánchez.
Centro de capacitación y plan hospitalario de desastres: fortalezas
La medicina de urgencias, como el resto de las áreas médicas en el país, requiere mayor inyección de recursos y apoyo del gobierno para llevar a cabo sus labores en forma óptima, sin embargo, eso no significa que todo esté perdido.
A raíz del terremoto de 1985 México fue el primer país de Latinoamérica en introducir la especialidad en urgencias en los planes de formación médica. Desde entonces, cada vez hay más personal médico capacitado para responder ante situaciones de desastre e incluso "hay médicos de Centroamérica que vienen a especializarse al país por la muy buena escuela que tiene la medicina de México a nivel Latinoamérica", señaló el Dr. Chable.
Además, la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencias (SMME) ha luchado por la creación de una especialidad derivada de la medicina de urgencias que sea solo en medicina de desastres, porque aun cuando ya existen algunos cursos en México, la preparación no está normalizada.
Pese a que no existe un protocolo nacional de medicina de desastres, la Ley General de Protección Civil estipula que todos los hospitales deben tener un plan hospitalario de desastres y el Programa Hospital Seguro se ha convertido en un ejemplo de México hacia el mundo en este rubro.
El programa fue creado por la Dirección de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social, a través de su División de Proyectos Especiales en Salud y actualmente se encuentra bajo la dirección de la Secretaría de Gobernación. Dado que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) designó al Instituto Mexicano del Seguro Social como Centro Colaborador para Sistemas de Salud Resilientes, el país se convirtió en el líder mundial del concepto.
El objetivo del programa es que los centros de salud cuenten con los recursos y preparación necesaria para continuar prestando servicios de salud accesibles y funcionando a máxima capacidad inmediatamente después de una emergencia o desastre.
Efecto de la pandemia en urgencias
Otro punto a destacar es que debido en gran medida a la pandemia de COVID-19, atendida en su mayoría por urgenciólogos, quedó al descubierto la importancia de promover más esta especialidad en los centros de salud y entre los estudiantes de medicina, así como de proteger a los médicos en activo.
Algunas instituciones, por ejemplo, comenzaron a ofrecer servicios de apoyo psicológico al alcance de los médicos y el Dr. Chable espera que esto continúe y aumente, porque el área de urgencias se considera un área crítica de mucho estrés por el tipo de pacientes que llegan.
Más importante aún es el pago por concepto de infectocontagiosidad. Este beneficio protege a los profesionales de la salud que puedan contagiarse de alguna infección a causa de su trabajo, pero hasta antes de la pandemia solo estaba disponible para médicos en las áreas quirúrgicas y de terapia intensiva, dejando completamente fuera a las urgencias.
"¿Qué paciente de urgencias llega diciendo: 'Tengo virus de inmunodeficiencia humana o una enfermedad infectocontagiosa'? Creo que el riesgo que tenemos nosotros es más alto y, sin embargo, no nos pagan ese concepto", señaló el Dr. Chable.
México tiene todos los elementos para convertirse en líder mundial en medicina de urgencias y desastres, y el accidente del metro fue un ejemplo perfecto de la importancia de que el gobierno federal asigne una partida presupuestal a este rubro, que sigue luchando día con día por mantenerse a flote.
También enfatizó la importancia de contar con protocolos y gente capacitada para responder rápido; que cada hospital instruya y capacite a su gente para saber qué hacer ante cualquier tipo de emergencia, que se hagan simulacros, concluyó el Dr. Chable.
Los doctores Sánchez y Chable han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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Citar este artículo: Colapso de la línea 12 del metro enfatiza la importancia de la medicina de desastres en México - Medscape - 10 de mayo de 2021.
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