COMENTARIO

La necesidad urgente de vacunar a las mujeres embarazadas contra la COVID-19 en México

Dra. Armelle Pérez-Cortés Villalobos

Conflictos de interés

3 de mayo de 2021

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Para fines de investigación las mujeres embarazadas son consideradas una población vulnerable y por esa razón inicialmente fueron excluidas de los estudios para la aprobación de vacunas contra la COVID-19.

Sin embargo, a un año de la pandemia se ha identificado que las gestantes sintomáticas parecen tener riesgo elevado de enfermedad grave y muerte, en comparación con no embarazadas en el mismo rango de edad.

En una revisión sistemática de 192 estudios con 64.000 mujeres embarazadas con diagnóstico de sospecha o confirmado de COVID-19, 17,4% tenía neumonía, 17% recibió oxígeno nasal, 13,4% tuvo síndrome de insuficiencia respiratoria aguda, 11,3% enfermedad grave y 3,3% fue admitido a una unidad de terapia intensiva con 1,6% requiriendo ventilación mecánica invasiva.[1]

Estos hallazgos confirman que las mujeres embarazadas pueden cursar con mayor frecuencia cuadros graves de COVID-19, en comparación con aquellas no gestantes de la misma edad. Este riesgo puede verse aumentado dependiendo de la presencia de comorbilidades, como ser mayor de 35 años, padecer diabetes, obesidad o hipertensión, entre otras enfermedades crónicas.

En México las cifras de mortalidad materna son preocupantes. En el Informe semanal de notificación inmediata de muerte materna de enero 2021, cuando el país enfrentaba un violento aumento en el número de casos de COVID-19, registrando el mayor número de casos desde el inicio de la pandemia, la razón de mortalidad materna fue de 80,5 defunciones por cada 100.000 nacimientos estimados, representando incremento de 181,8% en la razón respecto a la misma semana epidemiológica del año anterior.

En este momento, en que los casos de COVID-19 han disminuido en el país, también ha disminuido la mortalidad materna a 50,8 defunciones por cada 100.000 nacimientos estimados; aún así, está cifra representa aumento de 72% respecto al año anterior.

Actualmente en México la primera causa de muerte materna es COVID-19, se atribuye 43,6% de las muertes maternas a los casos confirmados y 4,6% a casos sospechosos de COVID-19 con virus no identificado. Estas cifras son preocupantes y requieren intervención inmediata.

Se necesita urgentemente reforzar esfuerzos en la educación de las pacientes embarazadas respecto a cómo se adquiere COVID-19 y cuáles son las medidas efectivas de protección contra el virus. Educar a nuestras pacientes es una herramienta indispensable e insustituible para prevenir contagios.

Asimismo, es prioritario evaluar la necesidad de iniciar la vacunación contra la COVID-19 en mujeres embarazadas. En Chile la estrategia de vacunación ya ha incluido a mujeres embarazadas con comorbilidades

A pesar de que las gestantes fueron excluidas de los estudios de fase 3 de las vacunas contra la COVID-19, hasta el momento contamos con información de estudios animales, estudios en mujeres embarazadas y cohortes prospectivas que no han evidenciado efectos adversos dañinos o teratogénicos relacionados a las vacunas de ARN mensajero de COVID-19 y, por otro lado, han demostrado buena respuesta inmune materna e incluso la transferencia de anticuerpos maternos que les ha dado inmunidad pasiva contra COVID-19 a los recién nacidos.

Centers for Disease Control and Prevention de Estados Unidos lleva el registro V-safe que da seguimiento a los efectos adversos posterior a la vacunación contra la COVID-19 con vacunas de ARN mensajero en embarazadas. Al 26 de abril de 2021, 100.599 personas vacunadas han indicado que estaban embarazadas al momento de recibir la dosis. Análisis de preliminares con 3.958 participantes del registro informaron que 86,1% concluyeron su embarazo con un recién nacido vivo (entre participantes con vacunación en el tercer trimestre), sin aparentes señales deletéreas de seguridad con respecto a aborto espontáneo, anormalidades congénitas, retraso en el crecimiento, parto pretérmino o muerte neonatal, en comparación indirecta con mujeres embarazadas no vacunadas contra la COVID-19.[2]

Nos encontramos en un estado de emergencia en el cual es necesario proteger a las mujeres embarazadas de COVID-19 en México, y actualmente contamos con herramientas extraordinariamente efectivas para prevenir fallecimientos maternos y contagios. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, México es el país número uno en Latinoamérica con muertes maternas por COVID-19; futuros decesos deben ser prevenidos.

Es momento de invertir en estrategias de educación de estas pacientes y que sean consideradas un grupo prioritario a la vacunación, especialmente aquellas con factores de riesgo agregados a presentar COVID-19 grave, en quienes el beneficio de ser vacunadas sobrepasa los potenciales riesgos, recordando que actualmente tenemos evidencia de que las vacunas de ARN mensajero contra la COVID-19 hasta el momento han resultado seguras y eficaces en mujeres embarazadas.[3]

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