El intento de suicidio entre los adolescentes registró incremento de 33% en seis años (2012 a 2018), lo cual es un grave problema de salud pública y exige pronta intervención de diferentes sectores a fin de frenar la tendencia al alza, así como las secuelas en la salud física y mental de quienes sobreviven. Aproximadamente 4% de personas entre 10 y 19 años ha intentado quitarse la vida, reveló la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018-2019.[1]
Datos clave:
Cerca de 800.000 personas se suicidan cada año. En México 18 personas diariamente.
Por cada suicidio hay muchas más tentativas de suicidio cada año. Entre la población general, un intento de suicidio no consumado es el factor individual de riesgo más importante.
El suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades comprendidas entre 15 y 19 años. En México el grupo que más suicidios registra es el de hombres de 20 a 24 años, siendo la población adolescente la más vulnerable.
Setenta y nueve por ciento de los suicidios se produce en países de ingresos bajos y medianos.
La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en todo el mundo.
Respecto a las armas de fuego, me referiré a una noticia que conmocionó al mundo el 7 de abril.[2] En Estados Unidos dos hermanos (19 y 21 años) matan a sus padres, abuela y hermana, para después quitarse la vida tras dejar una nota suicida: "Hola a todos. Me suicidé y maté a mi familia. Si solo me mato, mis familiares quedarían destrozados. Amo a mi familia, de verdad. Y es exactamente por eso que decidí matarlos".
El suicidio es un problema complejo. La ideación suicida aparece en la mente de cualquier individuo. Sin embargo, factores específicos pueden variar el desarrollo de la misma y la privación del juicio.[3]
Factores de riesgo
Los factores de riesgo son aquellos sobre los que se construye la tendencia suicida, que se han ido formando con el tiempo o incluso son parte estructural de nuestras vulnerabilidades y constitución. Estos influyen directamente en el riesgo individual cuando el evento vital aparece y los factores de riesgo proximales actúan potenciándolo.
Factores de riesgo distal
Dentro de estos factores de riesgo distales encontramos:
Factores biológicos.
Factores familiares.
Abuso de sustancias.
Factores de riesgo proximal
Son aquellos que se asocian de manera más cercana al evento vital que se relaciona a la conducta suicida en sí misma y que pueden precipitarlo. Pertenecen a este grupo los factores situacionales o circunstanciales.
Factores situacionales. Los estresores que se identifican con mayor frecuencia en los suicidios en jóvenes son las pérdidas o conflictos interpersonales, los conflictos económicos y los problemas legales
Los factores de riesgo que tanto pueden ser proximales como distales para el suicidio como para el comportamiento suicida son las enfermedades mentales y las adicciones.
La desesperanza es el indicador más potente del potencial suicida.
Prevención
El suicidio es prevenible. Existen algunas medidas que se pueden adoptar entre la población, los grupos de población y las personas para prevenir el suicidio y los intentos de cometerlo. Esas medidas incluyen:
Restricción del acceso a los medios de suicidio (por ejemplo, plaguicidas, armas de fuego y ciertos fármacos).
Información responsable por parte de los medios de comunicación.
Intervenciones escolares.
Introducción de políticas orientadas a reducir el consumo nocivo de alcohol.
Identificación temprana, tratamiento y atención de personas con problemas de salud mental y abuso de sustancias, dolores crónicos y trastorno emocional agudo.
Capacitación de personal sanitario no especializado en la evaluación y gestión de conductas suicidas.
Seguimiento de la atención dispensada a personas que intentaron suicidarse y prestación de apoyo comunitario.
Punto de vista
Hechos como el ocurrido en Estados Unidos reafirman que es imperativa la prevención del suicidio en forma interestructural e interdisciplinaria a través del acceso a los servicios de salud y la regulación del acceso a los medios, en este caso, las armas de fuego. Asimismo, la regulación sobre los reportes e información a través de medios masivos de hechos derivados de la conducta suicida, lucha contra el estigma, protocolos de trabajo en salud mental con relación a situaciones de desastre.
En caso de movilidad, trauma o abuso y a nivel interpersonal e individual, es importante mantenernos en contacto unos con otros, convivir con quienes más queramos, conocer nuestra historia, si existe antecedente familiar o personal de conductas suicidas, uso de sustancias, antecedentes de pérdidas recientes, desesperanza o dolor crónico.
El suicidio es un problema complejo y, consiguientemente, las actividades de prevención exigen la coordinación y colaboración de múltiples sectores de la sociedad, incluidos los de salud, educación, trabajo, agricultura, comercio, justicia, derecho, defensa, política y medios de comunicación. Esas actividades deben ser amplias e integradas, dado que ningún enfoque individual por separado puede tener efecto en una cuestión tan compleja como el suicidio.
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Citar este artículo: Retos en la salud mental de los adolescentes: suicidio - Medscape - 27 de abr de 2021.
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