COMENTARIO

México: uno de los países con más decesos entre el personal de salud, pero que deja sin vacunas a una gran parte

Dr. Mauricio Sarmiento

Conflictos de interés

23 de abril de 2021

Encuentre las últimas noticias y orientación acerca de la vacunación contra la COVID-19 en el Centro de información sobre la vacuna contra el SARS-CoV-2.

En la pandemia de COVID-19 en México el problema más grave son los decesos y los trabajadores de la salud han fallecido en un número que causa terror y asombro.[1] A esto se suman la prepotencia de las autoridades y los insultos desde las conferencias del presidente y el subsecretario de Prevención y Promoción de la Secretaría de Salud de México, Dr. Hugo López Gatell, que culpa a los trabajadores por no entregar un censo, siendo que el gobierno tiene facultades para hacerlo. 

Sin embargo, no son solo los trabajadores de la salud del subsistema privado los que se han dejado de vacunar, sino también una parte importante que abarca residentes, internos, estudiantes de enfermería y estudiantes de medicina. La política de vacunación en el país ha dejado fuera a gran parte del personal de salud y a nuestras autoridades no les importa, al parecer están dispuestas a cargar con los muertos. La estrategia es clara: dividir, primero en líneas (primera, segunda y tercera línea), después en público y privado; en México estar en el lado incorrecto de estas líneas divisorias costará la salud, e incluso la vida, a muchos trabajadores.

En estos días se ataca sin piedad al personal de salud del subsistema privado por el sencillo hecho de haber pedido ser vacunado.

Acabar con el autoritarismo en el Sistema de Salud Nacional no será tarea fácil. Cada vez que los trabajadores de la salud levantan la voz, las autoridades y los comentaristas afines al gobierno reaccionan con violencia; los ridiculizan, los amenazan, los minimizan, pero no se dan cuenta de que en el fondo de todo esto se está forjando un nuevo movimiento médico que no permitirá que lo sigan pisoteando.

La medicina privada en México no existe para atender a los ricos, sino para cubrir las carencias e ineficiencias de la medicina pública.

Decir que el subsistema privado es para ricos es no conocer el sistema de salud. Recordemos que la medicina privada ofrece 44% de las consultas y 22% de los egresos hospitalarios. Además de que dicho subsistema está compuesto principalmente por unidades de 5 a 9 camas en ciudades medianas o pequeñas y consultorios adyacentes a farmacias.[2] Por tanto, la característica esencial del subsistema privado de salud es su heterogeneidad, ya que existen desde grandes hospitales con condiciones similares a los mejores del mundo hasta pequeños consultorios independientes. El sistema de salud privado da trabajo a más de 950.000 empleados.

La medicina privada en México no existe para atender a los ricos, sino para cubrir las carencias e ineficiencias de la medicina pública. Una de sus razones de ser es dar oportunidad a aquellas personas que saben que no caben en el sistema público, que no son trabajadores "formales" y no tienen seguridad social, que no tienen acceso a atención médica oportuna y de calidad; aquellos que pueden morir esperando una cirugía, una quimioterapia o un lugar para que nazca su bebé.

México es uno de los países que peor paga a su personal de salud, además de que las condiciones laborales son precarias: contratos provisionales, sin prestaciones de ley, directivos prepotentes, abusadores y cínicos (solo hace falta ver cuántos de ellos fueron descubiertos filtrando a sus familiares o amigos en la fila de la vacuna). Jefes que acusan a sus trabajadores de intento de homicidio y quedan impunes (caso de la Dra. Calvillo), y otros que abandonan a sus pasantes a morir en sus clínicas (caso de la Dra. Mariana). El sistema privado se creó también por la necesidad de los trabajadores de encontrar oportunidades fuera de las instituciones públicas, en donde un mal jefe puede destruir una carrera de 10, 20 o más años.

Con relación a la política nacional de vacunación, en la versión del 11 de enero de 2021 se establecía que en la etapa 1 se vacunaría a los trabajadores de salud del sector público en atención directa a pacientes COVID-19, lo que resultó escandaloso, ya que en ese momento existían pocos ejemplos en el mundo de un país que discriminara tan tajantemente a un grupo por el simple hecho de su condición laboral. Este terrible atentado en contra de los derechos humanos del personal de salud se intentó remediar en la versión de la política del 6 de abril de 2021, en la cual se reconoció el error y se cambió la política: se iba a vacunar a todo el personal de salud en primera línea.

Sin embargo, la política actualizada sigue siendo ridícula y perversa, incluso utiliza como ejemplo las Guías del Ministerio de Salud de Ontario para priorizar la vacunación de los trabajadores de salud. El problema es que en dicha guía se establecen prioridades en caso de "faltar vacunas o ser escasas", pero reconoce que "todos los trabajadores de la salud se deben vacunar en una primera etapa". Lo que está haciendo el Gobierno Federal en México es una terrible violación de los derechos del personal de salud y lo está exponiendo a un riesgo innecesario.

México es uno de los países que más fallecimientos ha padecido dentro de su personal de salud, además se han tenido que soportar insultos y violencia provenientes incluso del presidente de la República. Es increíble que los trabajadores pidan vacunas y los reciban con insultos. No merecemos eso, pero es consecuencia clara de que hemos dejado que hagan de nosotros lo que quieran.

En las últimas semanas, gracias a la presión del gremio de la salud, se han logrado avances. Por la vía judicial se lograron algunos amparos que obligan a la autoridad a vacunar a pocas personas. El problema de los amparos es que solo aplican para la persona que lo promovió, no para todo el personal. Querer lograr la vacunación de todos los trabajadores por medio de amparos parece difícil. El camino aún se vislumbra largo y, a pesar de que la evidencia científica es clara al afirmar que los trabajadores de la salud tienen mayor riesgo, el Gobierno mexicano parece no hacer caso a la ciencia.

No dejemos que nos dividan, el gremio de la salud debe permanecer unido. Público y privado son parte del mismo sistema de salud, para nosotros no existen "primera o segunda línea", trabajamos en equipo, ninguno se debe quedar atrás. La falta de vacunación al personal de salud es un insulto y una violación de los derechos de los trabajadores. La culpa no es del personal por trabajar en una institución en lugar de otra, el problema es un Gobierno al que no le interesan los trabajadores y que no prioriza su salud.

El Dr. Mauricio Sarmiento estudió medicina e hizo residencia en anatomía patológica, medicina interna y hematología clínica. Posteriormente cursó la carrera de Derecho en la Facultad de Derecho de Ciudad Universitaria. Actualmente tiene un despacho jurídico en donde, entre otras cosas, da asesoría a médicos en temas de responsabilidad civil, trámites administrativos y las implicaciones jurídicas de la práctica médica.

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