Las consultas hospitalarias por esclerosis múltiple aumentan en clima más cálido

Conflictos de interés

23 de abril de 2021

Individuos con esclerosis múltiple buscan atención médica aguda adicional durante periodos de clima inusualmente cálido, según se observó en un nuevo estudio, lo que plantea inquietudes sobre posible aumento de los síntomas y utilización de asistencia médica a largo plazo a causa del calentamiento global.[1]

"Nuestro estudio indica que las tendencias del calentamiento podrían tener implicaciones importantes a largo plazo para las personas que padecen esclerosis múltiple y para el personal sanitario que las atiende", señaló la autora del estudio, Holly Elser, Ph. D., maestra en salud pública de la Stanford University School of Medicine, en Stanford, Estados Unidos.

Los resultados del estudio fueron dados a conocer antes de su presentación en el Congreso Anual de la American Academy of Neurology (AAN) de 2021, que tuvo lugar de forma virtual del 17 al 22 de abril.

"Clima anormalmente cálido"

Elser comentó a Medscape Noticias Médicas que el estudio se inspiró en una paciente con esclerosis múltiple que mencionó que solía sentirse peor durante los periodos de clima cálido.

"La sensibilidad al calor en realidad es un rasgo clínico bien reconocido de esta enfermedad. Los incrementos súbitos de la temperatura corporal central pueden dar lugar a agravamiento de los síntomas neurológicos en muchos individuos con esclerosis múltiple", señaló la investigadora.

"Sabemos que las temperaturas promedio aumentan constantemente en todo el mundo, y los científicos climáticos prevén que los patrones de clima y temperatura se volverán variables con el tiempo. Se han documentado los efectos adversos de las temperaturas globales crecientes en la población general, pero también en particular en grupos susceptibles, como los de individuos con enfermedades cardiopulmonares preexistentes, demencia o enfermedades mentales graves. Pero al buscar información encontramos muy pocos estudios publicados sobre las implicaciones del clima y la temperatura para personas con esclerosis múltiple", destacó Elser.

Para el estudio, los investigadores examinaron las reclamaciones de seguros comerciales y de Medicare de 106.225 pacientes con esclerosis múltiple de 18 a 64 años de edad a nivel nacional en Estados Unidos.

Calcularon el número de consultas médicas para cada persona durante los periodos de clima anormalmente cálido (definido como cualquier mes en el que las temperaturas promedio locales fueron más altas que la temperatura promedio a largo plazo para ese mes en por lo menos 1,5 °C) y compararon esto con el número de consultas durante periodos de clima normal.

Los resultados demostraron que durante los periodos de clima anormalmente cálido los participantes tenían aumento de 4% en las probabilidades de acudir al servicio de urgencias, en comparación con periodos de clima normal (riesgo relativo [RR]: 1,04; IC de 95% [IC 95%]: 1,03 a 1,06) e incremento de 3% en las probabilidades de tener una consulta intrahospitalaria (RR: 1,03; IC 95%: 1,01 a 1,05). Además hubo aumento de 1% en las consultas externas.

Aunque el incremento relativo de las probabilidades de acudir a consulta es pequeño, los autores consideran que los resultados son significativos, señalando que en la escala absoluta esto se traduce en un exceso estimado de por lo menos 592 consultas en el servicio de urgencias, 1.260 consultas de pacientes hospitalizados y 1.960 consultas externas relacionadas con la esclerosis múltiple durante el curso de 15 años del estudio asociado con periodos de clima anormalmente cálido.

"En otras palabras, las asociaciones moderadas en la escala relativa se traducen en efectos sustanciales en la escala absoluta cuando grandes poblaciones están expuestas (como en el caso del clima y la temperatura), lo que da lugar a efectos significativos en pacientes con esclerosis múltiple y el sistema de asistencia sanitaria", comentó Elser.

Agregó que la magnitud de los efectos observados en este estudio es bastante congruente con otros estudios de población sobre las exposiciones a factores ambientales.

"En general nuestros resultados indican que periodos de clima anormalmente cálido pueden desencadenar la búsqueda de tratamiento en el ámbito de la atención aguda en individuos que padecen esclerosis múltiple", declaró Elser.

También hizo notar que la medida del clima anormalmente cálido que se utilizó en el estudio no estuvo limitada a temperaturas extremas, ya que también captó incrementos más indolentes en las temperaturas regionales que pueden ocurrir durante todo el año. "Esto indica que los aumentos menos extremos en las temperaturas locales pueden tener consecuencias en la salud de individuos con trastornos preexistentes como la esclerosis múltiple".

Elser indicó que el personal sanitario podría tener conversaciones con sus pacientes con esclerosis múltiple para que tengan precauciones cuando la temperatura sea más cálida que lo esperado, con el fin de protegerse a sí mismos de cualesquiera efectos adversos.

"Esto podría incluir llevar un diario de síntomas para verificar si el clima más cálido conduce al empeoramiento de los síntomas, estrategias como vestir con ropa holgada o usar varias capas de ropa para evitar el sobrecalentamiento cuando las temperaturas son más cálidas que las esperadas, o medidas para moderar las temperaturas más cálidas con el empleo de ventiladores o aire acondicionado cuando sea necesario", comentó.

También planteó la posibilidad de que la mejor eficiencia de energía y "climatización" de las viviendas puede representar una solución rentable con beneficios significativos para la salud. "Los vales de tarifas de energía sociales para individuos con más bajos ingresos que padecen esclerosis múltiple, aunque son una solución a corto plazo menos viable, podrían utilizarse para alentar su uso durante las estaciones cuando las temporadas de clima cálido parecen plantear el máximo riesgo", añadió.

Elser señaló que las limitaciones del análisis no incluyen medidas directas de los síntomas o la discapacidad relacionados con la esclerosis múltiple y que no se hicieron mediciones de la posición socioeconómica a nivel individual (como condición laboral, ingresos domésticos, acceso a aire acondicionado, calidad de la vivienda y raza o grupo étnico).

"Factores como estos pueden ser modificadores clave del efecto del clima y la temperatura sobre individuos con esclerosis múltiple. Dadas estas limitaciones, se necesita investigación futura en torno a las implicaciones del clima para individuos con esclerosis múltiple, en especial cuando se dispone de medidas directas de la carga de la enfermedad y los síntomas, así como otros datos clave a nivel del individuo".

Al preguntarle cómo se relacionan estos resultados con las observaciones de que la esclerosis múltiple es más común en regiones más septentrionales (más frías), Elser dijo que el estudio actual se enfocó en consultas hospitalarias de individuos que ya tenían diagnóstico de esclerosis múltiple, más que en la incidencia de la enfermedad.

Pero señaló que los resultados secundarios demostraron heterogeneidad en la asociación entre clima anormalmente cálido y consultas médicas relacionadas con la esclerosis múltiple según temporada y región.

Por región, las asociaciones más potentes se observaron en el sur de Estados Unidos, por temporada, las asociaciones más potentes ocurrieron durante el invierno, y según la zona climática, se observaron asociaciones uniformemente más fuertes en las regiones de clima muy frío y en regiones de clima húmedo.

"Prevemos que los hallazgos estacionales podrían ser mediados por factores relativos a la conducta. Por ejemplo, los individuos pueden tener más probabilidades de sobrecalentarse en el invierno si se visten esperando que bajará la temperatura", comentó Elser.

"Pero estas observaciones plantean la cuestión interesante de que las implicaciones del clima y la temperatura difieren según la geografía, y es motivo para volver a examinar esta cuestión en contextos de estudio variados", añadió.

En su comentario para Medscape Noticias Médicas, la Dra. Lily Henson, especialista y directora ejecutiva de Piedmont Henry Hospital, en Stockbridge, Estados Unidos, dijo que el estudio puede ayudar a preparar a los pacientes con esclerosis múltiple a las posibles implicaciones del calentamiento global.

"Por ejemplo, deberíamos preguntar si los pacientes tienen ventiladores o aire acondicionado, y aconsejarles que se mantengan adecuadamente hidratados durante estos periodos más cálidos", señaló.

El estudio fue financiado por el National Institute of Environmental Health Sciences y el National Institute on Drug Abuse.

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