//ACTUALIZACIÓN 10 de marzo de 2021: La Cámara de Diputados aprobó en lo general la ley que regula el cannabis, ahora se regresará al Senado, que previamente ya había aprobado el dictamen en noviembre y que fue modificado y avalado por la Cámara de Diputados.//
El 8 de marzo las comisiones Unidas de Justicia y Salud de la Cámara de Diputados de México aprobaron en lo general la minuta que expide la Ley Federal para la Regulación de Cannabis con 34 votos a favor, 11 en contra y 12 abstenciones.
Este proyecto de Ley Federal aprobado por las comisiones unidas de Justicia y de Salud de la Cámara de Diputados para la Regulación del Cannabis con el fin de legalizar el uso lúdico de la marihuana incluyó votos de: Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a favor; Partido de Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en contra; Movimiento Ciudadano, Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Partido del Trabajo (PT) se abstuvieron.
Las juntas directivas de las comisiones turnaron el dictamen a la mesa directiva en el Palacio de San Lázaro para discutirlo y votarlo a la brevedad.
El dictamen queda de la siguiente manera:
Se reconoce el derecho de las personas mayores de 18 años a consumir cannabis psicoactivo con fines recreativos, siempre y cuando el consumo se realice sin afectar a terceros.
Se despenaliza la posesión de hasta 28 gramos para consumo personal.
Se autoriza el cultivo de hasta seis plantas para autoconsumo y ocho en caso de que en la vivienda resida más de un consumidor.
La Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC) será el órgano rector de la cadena productiva y consumo de marihuana.
La Comisión Nacional contra las Adicciones estará facultado para autorizar y revocar licencias de producción, distribución, comercialización y venta final de la marihuana.
La Comisión Nacional contra las Adicciones podrá limitar o prohibir la adquisición, posesión y consumo de cannabis psicoactivo a personas mayores de 18 años y menores de 25, como medida de protección a su salud.
Considera la posibilidad de constituir asociaciones de cannabis para cultivar y poseer hasta cuatro plantas por socio, sin exceder de 50 en total, para consumo con fines lúdicos.
La ley establece sanciones de hasta 15 años de prisión a quien trafique o sin autorización comercie y suministre cannabis, aun de manera gratuita, cuando la cantidad supere 5,6 kg.
También prohíbe el consumo de cannabis y sus derivados a personas menores de 18 años, así como en áreas de trabajo o instalaciones escolares públicas o privadas de cualquier nivel educativo.
Se impide la venta de cannabis o sus derivados por medio de máquinas de autoservicio, correo, teléfono, internet o cualquier otro medio de venta no personalizado.
Queda prohibida toda forma de publicidad, promoción o patrocinio de cannabis psicoactivo y proveerlo de manera gratuita a cualquier persona, salvo lo establecido para la producción de autoconsumo.
El proyecto prevé dar marcha atrás a la creación del Instituto Mexicano de Cannabis y dejar a la Comisión Nacional contra las Adicciones como órgano rector de la cadena productiva y consumo de marihuana. Así, la Comisión Nacional contra las Adicciones podría autorizar y revocar las licencias de producción, distribución, comercialización y venta final de la marihuana, e incluso la de limitar o prohibir la adquisición, posesión y consumo de cannabis psicoactivo a personas mayores de 18 años y menores de 25 como medida de protección a su salud. Con modificaciones de fondo y de forma a la minuta senatorial, el dictamen reconoce el derecho de las personas mayores de 18 años a consumir cannabis psicoactivo con fines recreativos, siempre y cuando el consumo se realice sin afectar a terceros, especialmente a menores de edad.
¿Qué significa esto para nuestro país y la salud mental?
Sin duda plantea un reto importante. Dividiremos esta opinión en dos puntos:
1. Antecedentes de legalización del consumo.
Para hablar de la legalización de la marihuana en México hay que remitirse a los antecedentes legales en Estados Unidos, que ha sido el pionero en estas historias.[2]
En Estados Unidos cannabis fue legal desde los primeros momentos de su historia. Al principio el cultivo fue importante para el abastecimiento de los colonizadores ingleses y el uso de la marihuana medicinal. La primera intención que se conoce de regular el uso de la marihuana data de 1930, cuando se reglamentó la hierba al imponer restricciones estatales en la comercialización de cannabis medicinal. No se criminalizaban la posesión ni el uso, pero se establecía el objetivo de disuadir a todos los compradores, vendedores, importadores, cultivadores, médicos, veterinarios y cualquier otra persona que se dedicara comercialmente a la marihuana o la prescribiera profesionalmente.
En 1970 el congreso aprobó la Ley de sustancias controladas, que estableció categorías para la clasificación individual de cada uno de los fármacos dependiendo de su utilidad médica y el potencial de abuso; dentro de estas categorías se encontraba la más restrictiva, que contenía fármacos que el gobierno federal consideraba ineficaz para usos médicos válidos, y alto potencial de abuso, donde se encontraban heroína, dietilamida de ácido lisérgico, metacualona, y por supuesto, marihuana.
Desde la década de los años setenta los estudios de algunas comisiones apuntaron a que la prohibición causa más daño social que el consumo mismo, por lo que se abogó para que no considerara a la marihuana como sustancia controlada; se sugería que fuera removida del anexo 1 de la ley de las sustancias controladas, y entre 1973 y 1978 la marihuana se despenalizó en 11 estados del país.
En noviembre de 1996 California se convirtió en el primer estado en legalizar la marihuana medicinal para personas con enfermedades crónicas. Durante la administración de Barack Obama, en 2013, se estableció una política de no intervención para que las empresas de cannabis actuaran de manera legal y responsable donde estaba legalizada la marihuana. En 2016 California legalizó el uso recreativo, seguido por Maine, Massachusetts y Nevada, siendo ahora 9 los estados que permiten el uso recreativo de cannabis.
Los beneficios observados y esperados para México podrían resumirse en lo siguiente:[3]
Uso medicinal de cannabis.
Reducción de arrestos y redireccionamiento de recursos hacia la prevención del consumo e investigación de las sustancias. De acuerdo a datos del Centro de Investigación y Docencia Económicas, 63% de las detenciones por posesión de drogas se debe a marihuana.
Creación de empleos y aumento de la recaudación. El valor de mercado en California es de más de 10 mil millones de dólares. Es importante seguir estudiando los posibles efectos y sostener nuestra posición de prevención del daño y del consumo en tono no prohibicionista.
Respeto a la libre expresión de la personalidad como derecho.
2. El impacto en la salud mental del consumo de marihuana.
"Prohibir el uso lúdico de la marihuana es inconstitucional, ya que vulnera el derecho al libre desarrollo de la personalidad". La prohibición no es una medida proporcional para proteger la salud y el orden público, por lo que la penalización vulnera el libre desarrollo de la personalidad, sin embargo, las resoluciones no contemplan el cultivo y comercialización de la marihuana.
Ya es inminente el proceso de legalización de la marihuana en nuestro país para su uso recreativo; cobra importancia hablar de los efectos tanto a corto como a largo plazo de esta, así como el consumo de acuerdo a la magnitud.
En el panorama mundial, la legalización de la marihuana es un tema en incremento; no solo países europeos, sino latinoamericanos y norteamericanos han legalizado este uso y los efectos diversos. Estados como Colorado y Washington han observado aumento en el número de consumidores de cannabis, pero consecuentemente, disminución en el consumo de opiáceos.
La lucha contra las adicciones no es únicamente sobre la oferta, sino la lucha real contra la demanda, que es la generación de la adicción desde el punto de vista clínico.
Nuestra labor médica es informar a los pacientes sobre sus posibles efectos adversos y beneficiosos para la salud. La población parece tener la idea de que la marihuana ofrece un consumo inofensivo, al igual que otras drogas que tampoco son inofensivas, como tabaco y alcohol. La marihuana es la droga ilícita más utilizada en México, 80% total del consumo de drogas con aproximadamente 12% de las personas de 12 años de edad o más que reportan el uso en el último año y tasas de uso particularmente altas entre los jóvenes.
Es de particular importancia el incremento en el consumo en la adolescencia, ya que se asocia con mayor probabilidad de daño. Es necesario no olvidar los efectos adversos comprobados asociados a este consumo.
Una revisión publicada en 2015 por la Dra. Nora D. Volkow describe los siguientes efectos:[4]
Tabla. Efectos adversos asociados consumo
Efectos del uso a corto plazo o consumo ligero |
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Deterioro de la memoria a corto plazo: dificulta el aprendizaje y la retención de información. Deterioro de la coordinación motora: interfiere con la habilidad de conducir y aumentar el riesgo de lesiones. Modificación del juicio: aumenta el riesgo de comportamientos sexuales y facilitan la transmisión de enfermedades de transmisión sexual. En altas dosis: paranoia y psicosis. |
Efectos del uso a largo plazo o consumo pesado (varias veces todos los días) |
Adicción: en aproximadamente 9% de los usuarios en general; 17% de los que comienzan a usar en la adolescencia, y 25% a 50% de quienes son usuarios diarios. Desarrollo cerebral alterado. Resultado educativo deficiente, con mayor probabilidad de abandonar la escuela. Deterioro cognitivo, menor coeficiente intelectual entre usuarios frecuentes durante la adolescencia. Disminución de la satisfacción con la vida y el logro (determinado sobre la base de medidas subjetivas y objetivas, en comparación con dichas calificaciones en la población general). Síntomas de bronquitis crónica. |
Punto de vista
Hasta el momento queda mucho por aclarar sobre los efectos a corto y largo plazos de la marihuana sobre la conducta, se destaca que no hay sustancia con efecto en el sistema nervioso central que en consumo agudo intenso o en consumo crónico sea inocua.
Mantengo la postura de la importancia de concientizar a los usuarios sobre los efectos posibles que el consumo condiciona, así como promover políticas públicas y legislaciones sobre el consumo y las consecuencias sociales y legales del mismo y los actos relacionados a este que pudieran generar ilegalidad. El consumo es un hecho innegable. La legalización de este es cuestión de tiempo.
Debemos de recordar que la posición de la medicina es y será siempre la prevención y la educación, recordar que la marihuana tiene efectos y que estos pueden ser permanentes en casos con consumo intenso o crónico.
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Citar este artículo: La legalización del uso lúdico de la marihuana en México: una realidad y un reto a corto plazo - Medscape - 9 de marzo de 2021.
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