COMENTARIO

Suicidalidad y COVID-19: acciones a tomar

Dr. José J. Mendoza Velásquez

Conflictos de interés

26 de marzo de 2021

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El texto fue editado para su mejor comprensión.

Hola a todos, soy el Dr. José Javier Mendoza Velázquez, médico especialista en psiquiatría, desde la Ciudad de México para Medscape en español.

Hoy hablaremos sobre la suicidalidad y su relación con COVID-19, y esto debido en gran parte a que recientemente empezamos a observar de manera particular posterior a COVID-19 que la presencia del estrés económico, el distanciamiento social, las medidas de distanciamiento físico, las barreras que se han encontrado para alcanzar la salud, las dificultades para mantenerse protegido, la enfermedad física, ser primera línea de trabajo ante COVID-19, el aumento en general de la ansiedad, han sido factores de riesgo que han llevado a que noticias como la de principios de febrero en la BBC se describen que la relación entre suicidio y COVID-19 empezaba a preocupar al mundo a través del incremento súbito que ocurrió en Japón posterior a la primera y segunda ola. Esto, de manera particular se analizaba posteriormente, ya que tras la primera ola de COVID-19 el suicidio no solo no aumentó, sino disminuyó y posterior a esto el suicidio, en la segunda ola, incremento, particularmente en mujeres y en personas adolescentes; situación que, si bien ya venía demostrándose esta disparidad hacia 1980 desde 1982, es una situación que llama mucho la atención para este momento.

Y, de manera particular, uno de los puntos que más nos preocupan a nosotros es no solo la detección en general de la ideación suicida o de la posible intención suicida. Si no que hay una población de manera particular, con un riesgo que ya veníamos manejando desde antes de la pandemia y es la población sanitaria.

¿Más suicidios en la población sanitaria?

El momento actual, igualmente, una vez que cesan las hostilidades, llamémoslo así, o sea, que el trabajo clínico disminuye la presencia de ideación suicida y de cambios en la salud mental en la población sanitaria tiende a aumentar.

Ya habíamos visto que la población médica de manera particular, estudiantes de de medicina, residentes y médicos en general, son los que más cursan con riesgo de suicidio; de igual manera, sabemos que entre 10% y 12% de estudiantes de medicina consumen drogas, y aproximadamente 50% de los médicos tiene problemas de alcoholismo y consumo de múltiples sustancias. También hay una gran cantidad de estigma para buscar ayuda en salud mental. Pero, ¿qué podemos hacer nosotros para poder ayudar tanto a nuestra población sanitaria como a la población general con respecto a las suicidalidad posterior a COVID-19?

Acciones ante suicidalidad pos-COVID-19

  • La primera parte: evaluar nuestra salud mental en forma continua, acostumbrarnos a hacerlo.

  • La segunda parte: hablar de suicidio, campañas de difusión y sensibilización.

  • La tercera parte: estrategias conductuales aplicadas en general para disminuir nuestro estrés y mejorar nuestras formas de afrontamiento.

  • La cuarta parte: tratar las situaciones predisponentes.

  • Y cinco: no esconder. Este punto es uno de los más importantes, tenemos que cambiar nuestra forma de hablar del suicidio y aprender a evaluar el impacto emocional.

Asimismo, hay poblaciones que van a ser de más riesgo. En el caso de los hombres, es más frecuente que cometan el acto suicida, si ya lo han intentado antes, si hay antecedentes familiares de suicidio, si hay diagnóstico de enfermedad mental, antecedentes crónicos de consumo de sustancias, incremento reciente en el consumo de sustancias, si se trata de adultos mayores por encima de los 60 años o adultos o adolescentes, también personas que hayan padecido estrés postraumático o personas que estén en algún cambio de vida, personas que de alguna manera estén atravesando un duelo, personas que estén atravesando una situación de transición, personas con enfermedades con dolor, personas con enfermedades crónicas, personas con enfermedades con mucha incapacidad, con pérdida de la capacidad para desplazarse o incremento de la dependencia o personas que viven solas.

Una vez más los refiero a una de las escalas más sencillas de utilizar, SAD PERSONS, que dentro de la práctica en la consulta de primera vez siempre será una herramienta importante.

Es importante generar un plan de seguridad, para lo cual se debe identificar, antes que nada, el riesgo, para evaluar la situación; saber con qué recursos contamos; saber con qué personas cuenta el paciente, para identificar quién podría servirnos de apoyo; y que como profesionales de la salud tengamos apoyo en otros profesionales de la salud.

Otro factor esencial es contactar a la familia del paciente, pero sin duda, lo más importante es hablar, es importante para nosotros alejarnos del estrés para poder manejar mejor potenciales situaciones suicidas y no perder el control durante este tipo de experiencias emocionales intensas, siguiendo esta serie de pasos.

Agradezco su atención. Pronto seguiremos con más temas relevantes.

Soy el Dr. José J. Mendoza Velásquez, para Medscape en español. Hasta la próxima.

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