¿Semaglutida para bajar de peso? Un buen primer "paso", con salvedades

Marlene Busko

Conflictos de interés

25 de febrero de 2021

El estudio de fase 3a STEP 1 en que se investigó el uso de semaglutida, un agonista similar al glucagón del receptor del péptido 1 (GLP-1), para bajar de peso, tiene un nombre muy acertado, dicen algunos investigadores.[1]

"En resumen, tenemos un largo camino por recorrer para controlar la epidemia de obesidad, pero en vista de la situación, el estudio STEP 1, como su nombre lo indica, es un buen comienzo", escribieron los coeditorialistas, Dra. Julie R. Ingelfinger, de la Harvard Medical School, en Boston, Estados Unidos, y editora adjunta de The New England Journal of Medicine, y el Dr. Clifford J. Rosen, de la Tufts University School of Medicine, también en Boston, Estados Unidos.

Los hallazgos del estudio realizado por el Dr. John P.H. Wilding, de University of Liverpool, en Reino Unido, y sus colaboradores y un editorial adjunto, fueron publicados el 10 de febrero en la versión electrónica de The New England Journal of Medicine.

"Los resultados son alentadores, pues un número significativamente mayor de pacientes del grupo asignado a semaglutida tuvo reducción de peso clínicamente importante", señalaron la Dra. Ingelfinger y el Dr. Rosen.

Sin embargo, también advirtieron que "a pesar de sus resultados positivos, el presente estudio tiene algunas limitaciones importantes y hay inquietudes, tales como efectos adversos (principalmente digestivos: náusea, a veces vómito y diarrea) relacionados principalmente con la clase de fármaco".

Dos expertos de Reino Unido llegaron a conclusiones prácticas similares en su comentario a UK Science Media Centre.[2]

"Este fue un estudio bien diseñado con hallazgos inequívocos, que demostró que semaglutida sin duda probablemente es un estudio que modifica el paradigma en la lucha contra la obesidad", de acuerdo con Baptiste Leurent, Ph. D., de London School of Hygiene and Tropical Medicine.

Sin embargo, para que el fármaco sea aprobado en esta dosis para este uso, los pacientes necesitarían monitoreo cercano a fin de identificar trastornos digestivos, y "también necesitamos comprender mejor qué ocurre una vez que se suspende el tratamiento, y si este podría tomarse por un periodo más breve".

El Dr. Sir Stephen O'Rahilly, de MRC Metabolic Diseases Unit, University of Cambridge, en Cambridge, Reino Unido, puntualizó que "el agonista similar al glucagón del receptor del péptido 1 es producido por células intestinales y sus niveles aumentan en la sangre después de una comida, proporcionando una especie de señal al cerebro que nos dice que estamos 'satisfechos'"; así que los agonistas similares al glucagón del receptor del péptido 1 se han estudiado como supresores del apetito, además de su uso aprobado para tratar la diabetes de tipo 2.

Solo cerca de 4,5% de los participantes en STEP 1 dejó de tomar semaglutida a causa de problemas digestivos, aunque más participantes de este grupo comunicaron problemas con cálculos biliares, que pueden presentarse tras una reducción de peso rápida, señaló.

"Y a diferencia de algunos fármacos supresores del apetito previos que causaban efectos secundarios psicológicos y psiquiátricos importantes, no hay indicios de que semaglutida produzca algún efecto adverso de esta índole", agregó el Dr. O'Rahilly.

En suma, "este es el principio de una nueva era en el desarrollo de fármacos contra la obesidad y la dirección en un futuro será lograr grados de reducción de peso equivalentes a los obtenidos con semaglutida, y a la vez con menos efectos secundarios", destacó.

Es "necesidad apremiante" resolver la obesidad; se solicitó el registro de semaglutida con indicación para obesidad

Hay "necesidad apremiante" de resolver el aumento de obesidad en el mundo y los trastornos concomitantes relacionados con el peso, señalaron la Dra. Ingelfinger y el Dr. Rosen.

La reducción de peso sostenida a largo plazo con dieta y ejercicio es difícil; las estrategias conductuales para bajar de peso "fallan con mucha frecuencia", la cirugía bariátrica es invasiva y a menudo tarde o temprano se acompaña de la recuperación del peso, escribieron.

Además, Wilding y sus colaboradores agregaron que el "uso de fármacos disponibles para bajar de peso sigue estando limitado por su eficacia moderada, problemas de tolerabilidad y costo".

Semaglutida subcutánea, aprobada para tratar la diabetes de tipo 2 en adultos en dosis de hasta 1 mg/semana produjo la baja de peso en dosis más elevadas. El presente estudio es parte del programa global de cuatro estudios STEP 1, 2, 3 y 4 (Efecto del tratamiento con semaglutida en personas con obesidad) que tiene como propósito evaluar la tolerabilidad y la eficacia de semaglutida subcutánea en dosis de 2,4 mg/semana para bajar de peso.

Los resultados principales de STEP 1 se presentaron el 4 de junio de 2020.[3]

Y como se informó antes, los resultados de STEP 3, estudio de 68 semanas sobre semaglutida frente a placebo en 611 participantes que recibieron asesoría muy intensiva sobre dieta y ejercicio, fueron presentados en el congreso virtual ObesityWeek® 2020.

Los cuatro estudios de semaglutida para bajar de peso han concluido y se presentaron los datos a la Food and Drug Administration de Estados Unidos el 4 de diciembre de 2020 (se espera una decisión en unos seis meses) y a la Agencia Europea de Medicamentos el 18 de diciembre de 2020.[4,5]

La mayoría de los pacientes tuvo 5% de reducción de peso con semaglutida

En el estudio STEP 1 se reclutaron 1.961 adultos con índice de masa corporal ≥ 30 kg/m2 o ≥ 27 kg/m2 con al menos un trastorno concomitante relacionado con el peso, pero sin diabetes de tipo 2, en 129 centros de 16 países de Asia, Europa, Norteamérica y Sudamérica.

Los participantes tenían una media de edad de 47 años, y tres cuartas partes eran mujeres.

La mayoría de los participantes era de raza caucásica (76%) seguida por asiáticos (13%), raza negra o afroestadounidenses (6%) o de otro grupo étnico (5%).

En promedio tenían índice de masa corporal de 28 kg/m2 y pesaban 105 kg. Tres cuartas partes tenían uno o más trastornos concomitantes.

Los participantes fueron aleatorizados para recibir semaglutida (1.306 pacientes) o placebo (655 pacientes), añadidos a una intervención en el modo de vida.

Todos recibieron 17 sesiones de asesoría individual cada mes, durante las cuales aprendieron a apegarse a una dieta, con déficit de 500 calorías/día; fueron alentados a caminar hasta alcanzar 150 minutos cada semana y registraron su dieta y ejercicio diariamente (en un diario o utilizando una aplicación).

Se administró semaglutida con un inyector de pluma prellenado en dosis de 0,25 mg/semana por las primeras cuatro semanas, que se aumentó a 2,4 mg/semana hacia la semana 16 (o menos si el paciente tenía efectos secundarios inaceptables).

A las 68 semanas los participantes asignados al grupo de semaglutida frente a placebo tuvieron una media de reducción de peso mayor (14,9% frente a 2,4%, o 15,3 kg frente a 2,6 kg).

Los participantes del grupo asignado a semaglutida frente a placebo tuvieron muchas más probabilidades de haber bajado al menos 5% de su peso inicial (86% frente a 31,5%) o por lo menos 10% de su peso inicial (69,1% frente a 12,0%), o al menos 15% de su peso inicial (50,5% frente a 4,9%; p < 0,001 para las tres comparaciones).

Algunos participantes que recibieron semaglutida tuvieron reducción de peso equivalente a la obtenida con cirugía bariátrica

Aproximadamente 80% de los participantes se apegó al tratamiento del estudio. Un tercio de los participantes del grupo asignado a semaglutida que concluyó el estudio redujo por lo menos 20% de su peso inicial, lo que se aproxima a 20% a 30% de reducción de peso notificada 1 a 3 años después de gastrectomía en manguito, señalaron los investigadores.

La coautora del estudio, Dra. Rachel Batterham, Ph. D., del Centre for Obesity Research at University College London, en Londres, Reino Unido, declaró: "Los hallazgos de este estudio representan un avance importante para mejorar la salud de las personas con obesidad. Ningún otro fármaco se ha acercado a producir este nivel de reducción de peso: esto realmente modifica el paradigma. Por primera vez las personas pueden lograr a través de fármacos lo que solo era posible mediante procedimientos de cirugía bariátrica".

"El impacto de la obesidad en la salud ha sido objeto de mucha atención a causa de la COVID-19, en que la obesidad aumenta notablemente el riesgo de muerte por el virus, y también aumenta el riesgo de muchas enfermedades graves que limitan la vida. Este fármaco podría tener implicaciones importantes para las políticas sanitarias en los años futuros", señaló en una declaración de su centro.

Los participantes en el grupo asignado a semaglutida también tuvieron mayores mejoras en el perímetro de la cintura y en los niveles de hemoglobina glucosilada, proteína C reactiva (un marcador de inflamación) y lípidos en ayunas, así como en las puntuaciones de función física en los cuestionarios SF-36 e IWQOL-Lite-CT.

En su editorial, la Dra. Ingelfinger y el Dr. Rosen señalaron que "semaglutida oral diariamente (ya aprobada en dosis de 7 mg y 14 mg para el tratamiento de la diabetes de tipo 2 como Rybelsus) podría ser más atractiva para muchas personas" como fármaco para bajar de peso, que una dosis subcutánea una vez a la semana.[6] Semaglutida es el primer agonista similar al glucagón del receptor del péptido 1 disponible por vía oral.

El estudio en curso de Efectos de semaglutida sobre cardiopatía e ictus en pacientes con sobrepeso u obesidad (SELECT), cuya conclusión se espera en 2023, esclarecerá los resultados cardiovasculares después de 2,5 a 5 años.

Trastornos digestivos y "limitaciones importantes"

Más participantes del grupo asignado a semaglutida que del asignado a placebo informaron de trastornos digestivos (típicamente náusea, diarrea, vómito y estreñimiento; 74,2% frente a 47,9%), que fueron en su mayor parte transitorios y de intensidad leve a moderada, pero también dieron por resultado más suspensiones de tratamiento (7,0% frente a 3,1%).

Más pacientes del grupo asignado a semaglutida frente a placebo tuvieron un trastorno relacionado con la vesícula biliar (2,6% frente a 1,2%, principalmente colelitiasis) y pancreatitis aguda leve (3 frente a 0 participantes), pero no hubo diferencias intergrupales en las neoplasias.

Wilding y sus colaboradores reconocieron las limitaciones del estudio, incluido el hecho de que se reclutaron principalmente mujeres, sobre todo participantes no caucásicos, fue relativamente corto y se excluyeron pacientes con diabetes de tipo 2.

La media de reducción de peso corregida respecto al placebo con 2,4 mg de semaglutida subcutánea a la semana fue mayor que con liraglutida subcutánea en dosis de 3,0 mg una vez al día, el único agonista similar al glucagón del receptor del péptido 1 aprobado para control de peso en el estudio de 56 semanas SCALE (12,4% frente a 4,5%); sin embargo, los dos estudios tuvieron poblaciones diferentes.

El estudio fue financiado por Novo Nordisk. Las declaraciones de los autores están disponibles en el artículo. La Dra. Ingelfinger es editora delegada y el Dr. Rosen es editor asociado de The New England Journal of Medicine. La Dra. Ingelfinger, el Dr. Rosen y Leurent han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. El Dr. O'Rahilly colabora actualmente en una investigación con científicos de Novo Nordisk en un campo no relacionado y ha sido consultor de la compañía.

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Comentario

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